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Sentía el rostro rojo de pura ira. 

Estaba decepcionado de mi mismo, y te digo... no es algo que siento a menudo. 

Siempre soy feliz, siempre estoy bien, siempre libre y contento. Desafió a garfio y cuido a los niños perdidos. Así es mi vida...

Libre, feliz...

¿Por que no lo entiendes? ¿Por que quieres crecer? 

Estoy enojado conmigo mismo y es todo por ti, desde que llegaste me siento diferente. Mucho mejor o mucho peor por la forma en que te trato. 


La espada se me atora en el árbol. Trato de sacarla a jalones pero no sede y me enojo más. Cuando al fin sobro sacarla caigo de espaldas al césped húmedo por la madrugada.

Si, e luchado toda la noche con un árbol, fingiendo que es el Capitán Garfio para sacarle la otra mano, puedo ser muy cruel cuando me lo propongo, y eso... me hace bajar. 

Yo soy un niño feliz que vuela alto. Solo estoy enojado...

Siento movimiento en el algo y me pongo en guardia hasta esta misma, donde una sirena me mira con sus ojos achinados y sus manos con membranas, su piel de color azulado y su sonrisa de tiburón.  

-Déjame en paz...

Ella chilla con su respectivo idioma hablándome de cosas que...  no me conciernen.

-¡Te dije que me dejarás en paz! Ella ya no me importa ¿Oíste? 

Vuelve su chillido agonizante, me habla de tantas cosas, ellas a veces son malvadas. Tiene una sonrisa. Si, ella sabe que miento. 

-¿Que tiene que ver campanita en todo esto? Ella se fue, me traiciono... ¿Wendy? 

Me pase hablando un rato con aquella sirena de sonrisa cínica, ella sabe algo que yo no y no quiere decirlo. 

-Habla de una vez...

Y con eso... me saca una sonrisa....


Yo siempre estuve para ti | Relatos de Peter Pan -  La gran Aventura.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora