Tu madre sueña despierta, tantas veces deseo ese momento, tantas veces se lo arrebate en un ataque de esos...
Celos.
Tu madre no se lo cree, pero en cuanto se percata entra corriendo a la habitación, la emoción esconde cualquier otro sentimiento que puede tener en su rostro, cae de rodillas y ustedes la abrazan, un lindo y cálido abrazo de mamá.
Esos que te renuevan, más que un beso.
Ella grita, llama a tu padre, el estricto de tu padre.
Él que te obligaba a crecer rápido. Él que llegó y solo les dio una mano extendida de bienvenida.
Pero creo que me equivoqué, porque en cuanto sus manos se encontraron y tu hermano se atrevió a darle un abrazo, se echo al piso y lloró, lloró por ustedes.-Mis angelitos... los extrañe mucho.
En el momento que tu tía la gritona entró a la habitación mi peño se oprimió de una manera muy dolorosa, dolía más que un golpe de Garfio. Detrás de ella venían los niños perdidos, esos niños que tanto me esmere en rescatar, cuidar, enseñar y contar tus cuentos.
Tu tía chilló al verlos, chilló tanto que campanita tapó sus pequeños oídos con sus manos.Pero más sentí nervios y preocupación cuando hiciste aquella pregunta.
-¿Pueden adoptarlos?
Sentía miedo. Miedo que tus padres los rechazarán. Esos niños, quienes ya habían sido rechazados una vez, estaban pálidos y nerviosos. Si no los aceptaban, me dolería más a mi que a ellos.
Pero toda esa opresión se fue en cuanto tu padre extendió sus brazos.
-Bienvenidos a la familia.
ESTÁS LEYENDO
Yo siempre estuve para ti | Relatos de Peter Pan - La gran Aventura.
NouvellesYo siempre estuve para ti, lo estoy. Cuando confiaste es mi, cuando me ayudaste. Cuando te enseñe a volar y me acompañaste. Cuando te hice sufrir y querías irte. Cuando volviste y creciste. Siempre estuve para ti.