Epílogo.

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Yo siempre estuve para ti. Y te lo prometí.

Nunca falle en una promesa, porque nunca prometí en vano. Y es algo que tu sabes Wendy, aún que nunca te diste cuenta. 

Te vi, cada vez que podía. Te observaba de lejos. 

Seguía rescatando niños perdidos, niños que no encontraban sus casas o los que se caían de la cuna y nunca nadie los iba a ayudar y siempre iba a visitarte.

Me encantan tus nuevos cuentos, llenos de aventuras y experiencias. 

Pero lo que no saben tus hijos es que aquellas aventuras son anécdotas, anécdotas vividas por ti misma, en un lugar que lamentablemente ya no podrás entrar. 

Pero no te veo triste Wendy, te veo radiante, alegre y más viva que nunca. 

Siempre estuve para ti, el día que contrajiste matrimonio, con un tipo adulto, con un trabajo estable y sueños por delante. 

Siempre estuve para ti, cuando la pequeña Jane llegó a casa, y más aún emocionada escuchando las aventuras que su madre vivió un día, enfrentando piratas, conversando con sirenas y acompañando a los indios. 

Siempre estuve para ti cuando conseguiste tu primer trabajo, cuando terminaste lo que tanto deseabas. Me sentía feliz por ti y triste también. Pero nunca falle a mi promesa.

Me encantan los cuentos nuevos y a los niños perdidos también, quieren conocer a la autora, pero les expliqué que no pueden ir a verte.

Gracias Wendy, por enseñarme cosas nuevas. 

Por cuidar a los niños perdidos que ya no están perdidos. 

Por despertar cosas en mí que nunca imagine que existían.

Por vivir experiencias conmigo que nadie más se imaginarían.

Por ser mi primer beso y primer amor.

Por cumplir tus sueños a pesar de todo.

Creciste  y eso me duele, pero un día te jure en silencio que te comprendería. Por que en ese  momento no podía y te juro Wendy que ya lo hice, lo comprendí. 

Porque el verte feliz me hace feliz. 

Siempre estaré para ti. Pero más, siempre estaré esperándote.

En el país de Nunca Jamás. 

Ya sabes donde queda. 

Y por favor nunca lo olvides, aún que no despegues los pies de la tierra, tu mente aún vuela...

Con fe, esperanzas y... polvo de hadas. 


Yo siempre estuve para ti | Relatos de Peter Pan -  La gran Aventura.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora