Peter
Miré a Melody quien me miraba aterrada y terminé de vestirme con rapidez.
—Vístete, te espero abajo señorita.—Habló la mujer mirándola acusatoriamente mientras salía de la habitación.
—Mierda.—Susurró soltando aire.—¿Qué se supone que le diré?
Terminé de ponerme mi camiseta y me encogí de hombros.
Me acerqué a ella y le robé un beso.
Me miró enojada y me pegó en el hombro.
—¿Acaso no ves la magnitud del asunto?—Preguntó elevando la voz.—Todo es tú culpa.
Sonreí al ver como arrugaba su nariz.
—¿Mi culpa?
—Sí, genio.—Sonrío irónica.
—¿Y por qué, señorita enojona?
Abrió su boca con impacto y me volvió a pegar en el hombro.
—¡Me estaba bañando tranquilamente hasta que llegaste tú, idiota!—Dijo parándose de la cama con rapidez.
Miré su cuerpo con detalle y no pude evitar recriminarme por haberla dejado.
Era hermosa.
—Que buen culo tienes, muñeca.—Le guiñé el ojo.—Y lo lamento, pero no resistía más al estar lejos de ti.
Tomó una bata con rapidez y se tapó el cuerpo.
—Maldito imbécil.
Sonreí.
—Bueno, fue un placer.—Me acerqué a ella.—Pero tengo que irme.
Arrugó su nariz enojada y volvió a pegarme en el hombro.
—¿Me dejarás sola con este problema?
Me encogí de hombros y la tomé de la cintura para acercarla hacia mí.
La besé y caminé hasta su balcón.
Como en los viejos tiempos.
—Nos vemos, muñeca.
Bajé con cuidado de no caer a mitad de camino y en cuanto llegué al piso caminé con rapidez hasta escabullirme por unos arbustos hasta llegar a la calle en donde estaba estacionada mi motocicleta.
Me subí y emprendí mi camino hasta el viejo teatro abandonado.
Tenía que recoger mis vendas que había dejado olvidadas allá.
Luego de unas cuadras llegué y estacioné en el callejón que daba al teatro.
Me bajé y me adentré por los confusos pasillos de daban a los improvisados camarines que usábamos para descansar después de las peleas.
Arriba de una silla se encontraba el bolso en el que llevaba todo lo necesario para estar allí.
Lo tomé y me di la vuelta para salir de ahí, pero una silueta bastante conocida se posó frente a la puerta cerrándola detrás suyo.
