Seis

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Abrí mis ojos con lentitud encontrándome a Megan dormida a mi lado.

Sonreí al verla.

Era preciosa.

Su cabello pelirrojo alborotado reposaba en su cara y sus manitas estaban junto a mi cara.

La acerqué a mi cuerpo envolviendola en mis brazos y cerré los ojos disfrutando de la sensación de tener a un ser tan pequeño conmigo.

Me sentía afortunada de despertar cada día y ver su carita adormilada.

Es una parte tan esencial de mi vida.

La sentía mía, y así era.

Así lo quiso Hanna.

Sonreí al recordarla.

La extrañaba mucho.

—¿Mami Mel?

Abrí mis ojos y miré al pequeño ser que reposaba en mis brazos.

—Buenos días preciosa.—susurré besando su frente—¿Cómo dormiste?

—Bien.—respondió frotando sus ojos con la parte superior de sus manos—Tengo sueño.

Reí al ver su expresión.

—Sigue durmiendo entonces cariño.—sonreí besando su frente nuevamente.

Asintió y volvió a cerrar sus ojitos acurrucandose entre mis brazos.

La apreté contra mi cuerpo y masajee su cabello.

—Dulces sueños, mi vida.

Cerré mis ojos y me dormí con Megan en mis brazos.

•••

—¡Mami Mel!

Abrí mis ojos rápidamente y vi a Meg que estaba sentada junto a mí mientras reía.

—¿Qué pasa cielo?—pregunté sentandome mientras frotaba mis ojos—¿Cuánto llevas despierta?

—Tengo hambre.—murmuró haciendo un puchero.

—Te haré tu desayuno.—sonreí levantándome—¿Vamos?

Asintió estirando sus brazos en mi dirección.

La tomé entre mis brazos y bajamos a la cocina y la senté en la encimera junto a mí.

—Prepararé el desayuno, no te muevas ¿Si?

Asintió y comencé a preparar el desayuno de ambas.

—¡Buenos días a las princesas de la casa!—saludó mi padre entrando en la cocina—¿Cómo durmieron?

—¡Abu!—gritó Megan—Mami mel está haciendo comida.

Rió tomándola entre sus brazos.

—Que rico.

—Papá.—llamé—Quería pedirte un favor.—murmuré.

Ya era hora de tomar las riendas de mi vida y poner en marcha lo que planee la noche anterior.

—Las llaves del auto están en la mesa cariño.—rió.

Negué con una sonrisa divertida.

—No es eso.—reí—Quería ver si había la posibilidad de tapar el ventanal de mi habitación.

Esa era la única opción que tenía si quería que Peter no volviera a entrar en mi habitación ni en mi vida.

Ya había tomado la decisión, no dejaría que me volviera a hacer daño.

 Ya no más.

—¿Por qué, cariño?—preguntó dudoso.

—Tengo miedo de que se meta alguien por ahí.—me excusé—¿Se puede?

Asintió pensativo.

—Entiendo.—miró a Megan que jugaba con su camisa—Llamaré a un carpintero para que lo haga.

Asentí aliviada.

—Gracias papá.—agradecí abrazándolo con fuerza.

Al fin me liberaría de mi pasado.

Mi tormentoso pasado.

—Llamaré a un amigo que es carpintero, posiblemente venga mañana.—comentó—¿Está bien?

—¿No puede ser hoy?—pregunté con un puchero en mis labios—Por favor.

Rió negando.

—Eres imposible.—acarició mi mejilla—Lo llamaré ahora.

Sonreí.

—Gracias, te amo.—besé su mejilla.—Ahora vamos Meg, abu Jack tiene cosas que hacer.

Tomé a Megan entre mis brazos y la senté en el comedor junto a mí para comer el desayuno que había preparado minutos antes.

—Iré afuera a llamar.—comentó tras de mí—Vuelvo enseguida.

Asentí y comenzamos a comer con Meg.

Minutos después volvió con una sonrisa y se sentó junto a mí.

—Vendrá en una hora a tapar el ventanal.—comentó—Tienes que estar atenta en cuanto toquen la puerta.

Sonreí.

Finalmente me alejaría de Peter de una vez por todas.

Ya no volveré a caer en sus juegos de seducción.

Ya no. 

—Está bien, muchas gracias, papá.

—No tienes nada que agradecer querida.—Acarició mi mejilla con ternura.—Para eso está tu padre.

Le sonreí con ternura y me levanté de la mesa para limpiar lo que ensuciamos con Megan en el desayuno.

—¡Melody, te tengo una noticia!—Gritó Jade entrando con euforia en la cocina.—¡Tienes una entrevista de trabajo el lunes de la próxima semana!

—¿Qué?—pregunté confundida—¿Cómo dices que dijiste?

Se acercó con entusiasmo hacia la nevera para tomar un poco de agua mientras sonreía.

—Me contacté con un viejo amigo que es publicista y necesita una secretaria.—comentó—Sé que tienes tu título ya de diseñadora, pero si te interesa puedes ir o buscar algo más.

—Sí, no lo sé, Jade.—dudé—estudié tantos años para trabajar en mi rubro y ser secretaria de un publicista está cerca, pero no del todo, ¿entiendes?

Asintió pensativa.

—Claro que sí cariño.—sonrió—Si no encuentras algo que te llame la atención, ya sabes que tienes una entrevista segura el próximo lunes.

Sonreí en agradecimiento y me acerqué a darle un abrazo.

—Gracias Jade, me lo pensaré.

Melody-Plus |MEB|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora