LA REALIDAD DESCONOCIDA

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CAPÍTULO 2

¿OCTUBRE 15? No sé en realidad que día es hoy…
Wallace estoy asustado… me encuentro en un lugar que jamás había visto en mi vida, es demasiado extraño. Esto parece un mundo sin forma ni sentido lógico. Pareciera que estoy dentro de alguna pintura de Dalí, rodeado de cosas sin sentido que se empiezan a derretir. Tengo mucho miedo, tan sólo si supiera cómo es que llegué aquí. Lo último que recuerdo es que yo estaba por hablar y arreglar las cosas con Sandra, la cual estaba al final de las escaleras del pasillo, pero en un desliz, tropecé y me di un buen golpe en la cabeza, solo veía como poco a poco mi visión se deterioraba y se iba perdiendo con los minutos que pasaban. Espero no estar muerto como muchos que dicen ver una luz en un túnel inmenso; yo no vi tal luz pero si un camino que me trajo a este lugar donde estoy ahora. Curiosamente tú eres la única cosa que quedó de mi percance Wallace, incluso cuando caí de las escaleras te llevaba en mis brazos, y aun así, apareciste en mis manos desde que me puse a caminar en este largo trayecto que me esperaba. No sé qué hacer ahora, supongo que caminar hasta dar con algún lugar que pueda enseñarme la salida de este infierno… bueno, aquí no hace tanto calor.
Deséame suerte Wallace, no quiero estar aquí toda la vida….
OCTUBRE 16 Seguiré pensando que el tiempo cursa igual Wallace.
Hoy fue un día complicado, pero ya puedo estar seguro de que saldré de este lugar… bueno sí es que logro recolectar mis fragmentos. Suena extraño Wallace, lo sé, pero resulta que estoy dentro de mí, y todo aquello que me hace ser, se ha fragmentado en seis partes que son: mi cuerpo, alma, mente. Lo único que me permite estar en este lugar es mi “existir” como me ha dicho Morphos, el dueño de mi esfera corporal. Te hablaré de él y de cómo lo conocí, supongo que así dejaré de confundirte más de lo que ya estás.
Después de seguir mi camino sin detenerme, atravesé a una dimensión donde las cosas ya tenían forma, no veía esas extrañas figuras flotar por los cielos como si estuvieran infladas de algún polvo cósmico otra vez. En esta dimensión nueva, a lo lejos se podía ver una gran construcción, impresionante a decir verdad, me hizo recordar a mis libros de historia y arte griego, porque era un monumento muy semejante a los edificios que había en la Acrópolis, esos que tenían unos pilares de mármol que podían medir metros. También, otra cosa curiosa de ese espacio, es que tenía una cantidad considerable de estatuas con poses olímpicas que apuntaban al cetro de Morphos, un hombre alto, corpulento, caucásico y de barba frondosa. Al mirarme, él dijo alegremente:
¬-Muchacho ¿¡Pero qué haces aquí!?- dijo mi buen amigo con asombro.
-La misma pregunta me hago yo señor
Se quedó pensativo, acariciando su barba, como si buscara las palabras indicadas para decirme algo contundente.
-¿Sabes quién soy yo Sigmund?
-¿Cómo sabes mi nombre?- Exclame con miedo.
-¡Responde mi pregunta pequeño rufián! 
-¡Evidentemente no lo sé, por qué no me explicas tú cómo sabes mi nombre!- lo mire casi llorando a los ojos y le dije –No sé por qué estoy aquí, ¿morí acaso?-.
-Ja ja ja ja, ay niño, eres más gracioso de lo que me habían contado. Yo me llamo Morphos, encargado de tu cuerpo.
-¡Mi cuerpo!- le dije casi gritando.
-Oye, tranquilo viejo. Así funciona todo esto, seguiré si me lo permites.
-¡Sigue, sigue!- Le dije con euforia.
-Verás, eres un ser humano, y a comparación de todos los animales y seres vivos del planeta al que perteneces, tú tienes algo que te distingue fácilmente de ellos. Una integridad… a qué me refiero, estás fragmentado en esferas que se encargan de tu cuerpo (ese soy yo), alma, mente, las cuales te permiten ser lo que eres en tu dimensión llamada realidad.
-¿Y qué les pasa a mis esferas integrales? ¿Por qué no puedo regresar a mi realidad?
-Niño, espera a que termine por favor.
-Perdón, continúe.
-Pienso que debiste tener suerte, porque las esferas se fragmentan cuando nuestro “ser”, que en este caso eres tú, muere.
-Nooooo- Grité con horror.
-En verdad, creo que te di un cuerpo perfecto, pareces niña. ¡Calla y escucha!- Se acercó y me tapó la boca con su gran mano y después dijo:
-Sigmund, hay algo que no me cuadra, se supone que no deberías estar en este lugar, cuando se está muerto, todas las esferas se propagan inmediatamente, la única que va al más allá, es el espíritu, donde adopta una forma nueva en un universo nuevo. Quiero pensar que no estás muerto, porque tus esferas aún no se han propagado, pero casualmente hoy viaje al Monte Universal (que es lugar donde se encuentran las cuatro esferas) a visitar a la Madre Naturaleza, ya que ahí es donde vive; pasé a ver su jardín y miré que existían grietas en las uniones que mantienen juntas a tus partes vitales, pero no le di mucha importancia, así que volví a mi palacio.- soltó mi rostro y comencé a decirle:
-No puede ser verdad, ¡soy muy joven para morir!- Dije con lágrimas en los ojos. 
- Exactamente amigo, La Madre Naturaleza debió darte una segunda oportunidad, creo que sabe muy bien tú situación. Será mejor que te des prisa, si es que no quieres morir de verdad.
-¿Qué debo hacer señor Morphos?
-Impedir que se separen pequeño, si pasa lo contrario, creo que te esfumaras sin poder ni siquiera trascender a un nuevo cuerpo.
-No creo poder llegar sólo a ese lugar, ni siquiera conozco el camino para llegar, creo que estoy muerto.
-Sigmund, he pensado desde siempre que te di un cerebro bastante bueno como para que digas tales tonterías, debo reclamarle a Psiquélita por darte esas ideas.
-¿Entonces ella es la encargada de mi mente?  
-Exactamente Sigmund, vas entendiendo.
-¿Bueno señor, por dónde debo ir?- Le dije seguro de mí.
-Primero tienes que decirle a cada una de tus partes que estás aquí y después subir al Monte Universal con la Madre Naturaleza para que una las partes que te hacen “ser” lo que eres. Debes darte prisa, porque tu “existir” es lo único que te mantiene ahora, por lo tanto te acompañaré con todas las esferas que te integran.
Así fue como Morphos se integró a esta lucha por mantenerme vivo, tengo que decir que es un sujeto bastante agradable, aunque a veces no me tiene paciencia, que culpa tengo yo de ser tan débil, al parecer eso ya no me corresponde del todo ahora. Wallace, espero no perderme en otro embrollo más.
OCTUBRE 17
Como te imaginaras, he dado inicio al viaje del cual Morphos  se ha convertido en mi guía. Hoy conocí otro “Kyrios”, que es el nombre que recibe la raza de seres a la que pertenece Morphos. Su nombre, Ánima, dueña y señora de mi Alma. Te contaré como la conocí a esta peculiar ser.
Después de conocer a mi guía, ambos procedimos a seguir en busca de todas mis esferas, de modo que atravesamos por muchos lugares hasta dar con una nueva dimensión en la cual vivía Ánima. El lugar de donde ella es nativa,  estaba rodeado de una extraña humedad con humo de distintos colores que salían de algunos cráteres pequeños que estaban en el suelo. Ella se sentaba en un cetro que tenía forma de nube suspendida en el aire, a comparación de Morphos, su palacio tenía un aspecto muy inusual ya que era grande pero invisible a mis ojos. Descubrí que Ánima es una mujer muy bella, tiene ojos de un gris eléctrico casi mágicos, viste con una gran toga blanca y usa una corona de nubes rosas con azul increíble. Su altura me sorprende porque es demasiada, pero esto no le quita méritos a su belleza. Ánima al verme dijo con interrogación:
-Niño, ¿qué haces aquí?- volteó y miró a Morphos  -¿Qué hace el aquí?, no entiendo qué pasa- a lo cual mi compañero contestó.
-Ni yo tengo idea de lo que hace Sigmund aquí, hace poco que apareció en mi dimensión- Después lance una pregunta al aire:
-¿Cuál es su nombre señora?
-Oh niño, olvidé presentarme. Mi nombre es Ánima y soy la encargada de tu alma. Soy una esencia que existe dentro de ti, pero no puedes verme en tu dimensión real a diferencia de Morphos que es tu cuerpo, al contrario, soy un ser abstracto que se encuentra en tu ser. Me alimento de todos los placeres buenos que tienes en la vida, como cuando tocas tu guitarra, escuchas música, comes algo delicioso o simplemente disfrutas de la vida. Últimamente me he dado cuenta de que en tu transición de niño a joven has tenido algunos problemas que no te han hecho sentir tan bien, pero es temporal, pronto regresaras a la normalidad.
-¡En verdad! No sabía que cuando hacia esas cosas te alimentaba, con razón me siento tan bien haciendo lo que me gusta.
-Así es pequeño, cada vez que lo haces, yo te doy potencia para que hagas todo con mucha energía y pasión.
-Interesante- le dije feliz a Ánima –Entonces tampoco puedo ver tu casa porque no soy de los tuyos.
-En efecto Sigmund, tu eres un ser que no puede verme, pero no estés triste, que ya bastante eres para nosotros, sin ti, prácticamente no somos nada.
-Es verdad ¡ja ja ja!- dije con una gran sonrisa en mi cara. Entonces Morphos dijo mirando a Ánima con mucha seriedad:
-Él está aquí porque tuvo una especie de accidente que lo dejo casi muerto, digo casi, ya que está atorado en nuestra dimensión perdido. Quiero creer que La Madre Naturaleza le dio una oportunidad, por lo tanto debemos ayudarlo porque nuestra existencia también está en riesgo.- A lo que Ánima respondió.
-No puedo creerlo, esto es terrible Morphos, no podemos perder el tiempo, debemos pasar a ver a Psiquélita en este momento. De no ser así, las esferas comenzaran a desprenderse y será el fin para nosotros y Sigmund.- Morphos ahora me miraba con determinación. 
-Sigmund, tenemos que darnos prisa ahora, porque el tiempo acaba.- Intervino en ese momento Ánima.
-Mirare por mi espejo mágico el Monte Universal para ver qué tan dañada esta nuestra pieza maestra.- Entonces sacó su espejo plateado de un cajón invisible y dijo:
-Muéstrame el Monte Universal espejo mágico.- Y en ese momento apareció el jardín de la Madre Naturaleza, estaba marchito en gran parte de su extensión. La pieza maestra se encontraba agrietada y poco iluminada por alguna clase de brillo que se filtraba por las grietas.
-Esto no parece bueno- Dije con mucho miedo.
-Para nada Sigmund- Me dijo a los ojos Ánima. Será mejor partir ahora.

Y así Wallace, conocí a mi alma y pronto conoceré a mi mente, ya no puedo seguir escribiendo porque el camino es muy complicado ahora y necesito poner toda mi atención en el trayecto si no me quiero extraviar.
OCTUBRE 18
Hola Wallace, por fin encontramos a Psiquélita se encuentra mal, cuando llegamos a cerebro apareció tirada. Estamos atendiéndola para ver qué le sucede y así partir.  Puedo decirte que ella  aparenta una edad como la mía, viste una túnica guinda que se detiene por unos remaches de oro. En su cabeza tiene una corona de diamantes blancos (que ahora está terriblemente destruida), se parece a mí.  Su dimensión es suave, pero obscura, suena raro, pero constantemente cambian las cosas en este lugar, de repente hay luz, luego la obscuridad nos atormenta entre muchas cosas raras más. Fue difícil llegar a esta dimensión porque tuvimos que subir a mi cerebro, y no hay vía rápida que nos transporte aquí; para mi suerte, tengo a Morphos, él sabe de estas cosas. Lo más complicado de esto quizás no fue la gran travesía, sino lo que tuve que hacer para entrar en mis pensamientos. Cuando llegamos Ánima, Morphos y yo al fin a mi cerebro, pudimos observar la gran materia gris que estaba dentro de mí, era increíble ver como descargas eléctricas lo rodeaban constantemente, era increíble. Ánima y Morphos atravesaron el cerebro como si fueran espectros, por lo tanto deduje que yo también podría, así que corrí muy seguro contra la fuente de mis más profundos sentimientos y lo único que logré fue darme un golpe fuerte en la cara. No encontré explicación alguna a todo esto, al principio llegue a creer que era porque no pertenecía a los Kyrios, pero en ese momento aparecieron unas nubes que producía mi cerebro y que se juntaban en una clase de nube más grande. Cuando terminó de crearse esa extraña figura, aparecieron muchos conflictos de los que yo era el protagonista. Estaba yo con mi madre peleando, después llorando debajo de un árbol y en la última imagen mandando todo la basura desde que Sandra me dejo de hablar. Me puso triste ver tantas cosas tristes, que no supe más de mí en ese momento, me paralice totalmente. De repente, una voz muy conocida me llamaba, sí, era la mía, se trataba de mi conciencia. Ella me acompañaba a todas partes y yo ni siquiera me inmutaba. Cuando creía que era una escoria, mi voz interior salía a defenderme de mí mismo argumentando que yo no era tan malo. Y ahora que más la necesitaba, apareció. Me dijo que tomara aire y fuera consciente de lo que hacía, pues no estaba reflexionando mí vida desde ya hace mucho tiempo y que eso estaba generando conflictos con todas mis esferas. Entendió que estoy cambiando por ser un adolescente pero que debería yo moderar mis actitudes. Lo cual me hizo reflexionar lo odioso que me estaba convirtiendo por no saber qué hacer de mi vida. Pensé y volví a pensar, hice planes y traté de tranquilizarme… pasado un tiempo, la gran nube de recuerdos grises se esfumó y yo estaba tranquilo a pesar de mi difícil condición. Probé ingresar a mi cerebro y esta vez lo logre, al fin pude conocer a Psiquélita. Cuando llegué, como ya lo había dicho, encontré a Morphos y a Ánima tratando de levantar a Psiquélita ya que estaba tirada en el suelo, Morphos me miró y dijo:
-Niño, vámonos de aquí, te explicaré en el camino, pero antes iré por unas cosas.
Ahora Wallace, estoy esperando a que Ánima y Morphos, fueron por unas pociones al palacio de Psiquélita que necesitaran para el camino… ahí vienen debo irme, deséame suerte.
OCTUBRE 19
Morphos me explicó todo, Psiquélita estaba agonizando, estaba muy lastimada por el golpe que me di en la cabeza que me trajo a este viaje. Le dio las posiones que trajo de su cuarto de neuronas, ahora se encuentra estable, pero luce un poco desganada. Estamos ingresando a un portal mágico que se encuentra no muy lejos de cerebro.

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