Capítulo I
Huracán Reese
Bien, la cosa iba así.Bonnie había resultado ser la nueva presa, lo que dejó a sus amigas (y a ella, por supuesto), con los nervios de punta. Pero no era sólo eso lo que las mantenía tan inquietas, sino que ya habían pasado unas semanas desde que se enteraron y Hunter no había hecho movimiento. Como en todo instituto, el aviso de quién era el nuevo conejillo de indias ya había sido dado y se extendía, si es que era posible, hasta más allá de las murallas de la escuela, por lo que no sólo Bonnie debía soportar miradas y susurros con respecto a ella en ese lugar, sino que fuera también.
Callie había dado una patada a un basurero cerca cuando Hope terminó de dar la noticia, mientras ambas intentaban calmarla.
Recordaba como claramente Callie le decía que Hunter la pagaría, la ira y contrariedad en su mirada sorprendió a Bonnie. Sabía que era capaz de ir y pegarle una patada en el culo a Hunter que no le quedarían ganas de sentarse en un buen tiempo, pero temió. Su amiga podría ser toda insultos y amenazas (que cumplía cuando abusaban de su paciencia), pero de todas maneras ellas no tenían idea con quién estaban tratando. El tipo ya tenía su propia reputación de drogadicto, borracho olímpico y rey en las peleas callejeras, además de mujeriego de renombre. No quería tentar a la suerte y que Callie terminara herida sólo por intentar defenderla. Además, era la ley.
Nadie puede interferir entre la presa y el cazador.
Nadie.
Y Callie no sería la excepción.
Bonnie suspiró por enésima vez en el día, de manera intranquila. Que Hunter no hubiese aparecido a estas alturas, la ponía nerviosa y aliviada a partes iguales. Por un lado, existía la posibilidad de que se hubiese arrepentido y en realidad se hubiera dado cuenta que ella no valía la pena como para ser atacada, pero Bonnie sabía que hasta para ella ese era un pensamiento demasiado inocente y optimista. Por otro, tenía la teoría (que era la que menos le gustaba) de que Hunter simplemente estaba guardando lo mejor para el final, y se hacía esperar.
Retorció un mechón de pelo en su dedo, tirándolo ligeramente. Su cuero cabelludo dolía un poco, pero sentir eso la hacía mantenerse activa y no caer en la histeria por formar parte de "La Caza".
Estaba en clases de Matemáticas, donde Callie dormía plácidamente sobre su escritorio y Hope hacía el intento por seguir la explicación del profesor. Bonnie la observaba de reojo, admiraba que fuese tan perseverante, pero ni ella, que era la que tenía mejor promedio entre las dos, lograba entender y ya se había dado por vencida.
Hope finalmente tiró con resignación el lápiz sobre su pupitre y lo miró enfurruñada por unos minutos. Bonnie sonrió, intentado no reírse. Finalmente, el no entender había ganado.
Bonnie siguió retorciendo su cabello, mirando constantemente la hora del reloj que se encontraba en el salón. Por cada minuto que pasaba, se sentía más ansiosa. La sensación de que algo iba a estallar justo frente a su cara se alojó en el fondo de su estómago.
Cuando sonó el timbre indicando el final de la clase, el sentimiento incrementó. Hope y Callie se acercaron para que salieran a la cafetería para almorzar.
Bonnie, quién seguía demasiado inquieta para ocultarlo, captó la atención de las dos amigas.
—¿Estás bien, Bonnie? —preguntó Hope. Sus ojos grises la miraban con preocupación.
La chica asintió, pero no sabía si para afirmárselo a su amiga o a ella misma.
Callie la miraba y a cada segundo fruncía más el ceño.
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Hunter [Tu nombre #1] #PGP2018
Short StoryPorque ella era como un pequeño animal indefenso, y él, un cazador. Está historia es participante de Premios Gemas Perdidas 2018.