Hunter [Tu nombre #1] #PGP2018

Capítulo III: "Primer ataque"

Capítulo III

Primer ataque

Bonnie se encontraba en clase de Literatura.

Luego de que Hunter le declarara oficialmente que el juego iniciaba, le sonrió de medio lado y desapareció por el pasillo, llevándose con él, el alumnado expectante. Bonnie pudo recomponerse unos segundos después cuando Callie vociferó que dejaría sin descendencia al chico (con otras palabras, por supuesto) y salió tras él. Sus intentos de retenerla con Hope fueron inútiles, ya que su amiga logró ser más rápida y zafarse.

La chica de ojos verdes estuvo a punto de colapsar, preocupada por su amiga rubia. Callie podía tener una presencia imponente, casi como la de Hunter, pero no era lo mismo. El chico tenía una reputación, y si bien Callie también, no era nada que se le asemejase, pues la rubia se regodeaba con ver la cara de incomodidad que ponían las personas cuando andaba cerca. En cambio, Hunter era la clase de persona que, si veía ese tipo de expresión en un rostro, lo tomaría como una oportunidad para destruirlo.

Hope logró tranquilizarla lo suficiente como para dejarla en su próxima clase, donde se despidió con la promesa de traer a su amiga con falta de sentido común devuelta.

Así que, allí estaba ella. Sentada, inquieta, esperando que en cualquier momento llegara Hope sonriendo con una malhumorada Callie a su lado diciendo que "le había arruinado la fiesta" como siempre, y su amiga de cabello negro con una sonrisa gigante que significaba un "Te lo dije, todo está bien". En cambio, lo que recibió la dejó pasmada.

Hunter estaba en el umbral de la puerta, pidiendo permiso para entrar al aula.

Bonnie sintió que el poco aire que había podido recuperar después del encuentro se le escapaba de los pulmones, al igual que la calma que Hope había reunido para ella con tanto ahínco.

El chico escaneó el salón, buscando algo, o a alguien. Y Bonnie tenía el presentimiento de saber qué, o a quién. Sus sospechas se vieron confirmadas cuando Hunter dejó salir una sonrisa juguetona cuando la vio.

Sin esperar una respuesta, se acercó a paso despreocupado hacia donde se encontraba sentada, tercer puesto al lado de las ventanas. En el primer lugar había un chico rubio cuyo nombre desconocía, ya que nunca habían entablado conversación. Tras él estaba vacío, que era el que generalmente Hope ocupaba, luego estaba ella.

Hunter se sentó tras la chica sin inmutarse. La sala entera estaba en silencio y sumida en una tensión palpable. Bonnie observó cómo su profesor se restregaba los ojos y luego suspiraba.

—Bienvenido, Hunter. Por favor, sigue el ritmo de la clase —El señor Hicks era joven, rondaba alrededor de los veinticinco años. Lanzó una mirada recriminatoria en dirección a donde estaba el chico y cuando su vista pasó por ella, le regaló una sonrisa amable.

—Por supuesto, profesor.

Bonnie sintió como un escalofrío trepaba por su espalda. La voz de Hunter estaba muy, muy cerca de ella. Era como si prácticamente él hubiese hablado detrás de su oreja. Y aunque tuvo el impulso de alejarse, no lo hizo.

Hunter era tan atrayente como intimidante. Tal vez era su postura y aires de "chico malo", o las sonrisas ladeadas llenas de misterio. Podría haber sido, incluso, su manera de vestir. Pero para Bonnie eran sus ojos. Un color potente, peligroso, nuevo, atrapante. No podía negar que el azul marino de su mirada le causaba una curiosidad inquietante, le daban ganas de conocer y de arriesgarse, y eso no estaba bien. Él era el culpable de muchos corazones rotos, de humillaciones, pérdidas de dignidad, de libertad. No podía permitirse sentir ni un gramo de atracción hacia su persona, iba en contra de sus principios. Demostrarle que había algo en él que la llamaba, sería admitir que algo estaba haciendo bien, que lo que hacía estaba bien. En ese instante ya no tenía tanta convicción de detener el juego como se lo había planteado anoche, sin embargo, la idea se aferraba a su mente con fuerza.