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Hacia ya cinco años que había terminado su estancia en Hogwarts, cinco años en los que había intentado encontrar trabajo a duras penas.

No podía volver a su casa, pues no la recordarían.

Vivió con Harry durante unos meses, pero al casarse este con Ginny, tuvo que irse.

Ron se había mudado con su hermano mayor Charlie, mientras que en la madriguera, Hermione ya no se sentía a gusto. Habían tenido que alimentar suficientes bocas como para que ahora llegara ella, causándoles más faena.

A pesar de haber sido una de las grandes protagonistas en tiempos de guerra, no contaba con mucho dinero en el mundo mágico. Sus ahorros eran la mayoria dinero muggle.

Muchos amigos y antiguos profesores le habían ofrecido ayuda, ya fuera en trabajo, estancia...

Pero a Hermione no le gustaba tener la cosas hechas, quería conseguir triunfar por si misma.

Trabajó durante un tiempo como profesora particular, pero no cobraba las horas suficientes, así que abandonó. Además de eso tampoco tuvo mucha suerte en busca de trabajos más pequeños.

Era suficiente lista para aspirar a lo que quisiera, pero su problema era que le costaría años, montones de años, ahorrar lo suficiente como para poder pagarse un apartamento.

En la mayoría de oficios en los que le habían asegurado que cobraría muy bien en poco tiempo, habían intentado aprobecharse de ella.

Una vez llegó a tal punto, en el que como secretaria de un rico empresario con el que se llevaba muy bien, intentaron abusar de ella. Hermione nunca volvió por allí.

Ahora trabajaba en una pequeña biblioteca, dos horas por la mañana y otras dos por la tarde. No era gran cosa, pero era un trabajo.

Era la víspera de Navidad, llegada la tarde Hermione cerró la biblioteca y buscó algún hostal barato en el que poder pasar la noche. Sin mucha fortuna.

Encontró una calle tranquila de bares en el callejón Diagón, así que se tapó con una capa y se sentó en un rincón esperando no ser reconocida.

Una puerta en el bar más cercano a ella se abrió haciendo sonar una campanita.

Pasos lentos avanzaron hacia ella y al estar a su altura se detuvieron.

Ella alzó la vista, parpadeando varias veces al reconocer a quién estaba frente a ella.

- ¿Granger?

No respondió nada, se quedo callada esperando a que se fuera.

- ¿Qué demonios haces aquí? No es un buen lugar para sentarse a descansar.

Siguió sin responder.

Él joven al ver esa actitud le tendió una mano.

La chica entonces habló, dejando claro qur estaba en razón, no era otra que Hermione Granger.

- ¿Qué pretendes, Malfoy?

El repondió de la manera más inesperada posible.

- Ven a mi casa, ven conmigo.

- ¿Por qué?

- Es navidad.

Primer capitulo!!! Es un pequeño fragmento para itroducir la continuación de la historia.

Pronto habrá más 💚

Una navidad diferente - DramioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora