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Hermione se duchaba tranquilamente, relajada en la amplia bañera. Recordaba momentos pasados y sonreía por lo irónico que resultaba todo. Se estaba bañando en la casa de su antiguo enemigo aférrimo. ¿Que vueltas da la vida, no? Se preguntaba.

Mientras se frotaba el pelo, pensó en Ginny y Harry, ahora felizmente casados. Probablemente no tardarían en esperar a su primer hijo. Eran jóvenes, sí, pero eran maravillosos y responsables.

Por otro lado, pensó en Ron, el beso que le había dado aquel día, y que no llevó a nada más. El chico, había intentado declarársele, pero ella había cortado rápido la conversación, no le interesaba mantener una relación sentimental con el joven Weasley, no había futuro.

Rió, pensando que tal vez sus calabazas habían sido el desencadenante de que Ron se hubiese marchado lejos, con Charlie.

Por un momento hasta pensó en Luna, la última vez que hablaron fue al despedirse en la estación de tren al finalizar sus estudios en Hogwarts. ¿Qué habría sido de ella?

Y ahora estaba vistiendose en el baño de Draco Malfoy, le habían preparado un elegante vestido de seda rosa acompañado por una chaquetilla blanca.

Debía admitir que el rubio la había sorprendido de sobremanera. Su cambió había sido tremendo, estaba más alto y fuerte, pero sin pasarse. El pelo le había crecido y lo llevaba en forma de tupé, peinado hacia atrás. Vestía bien, elegante sin sus trajes negros. Sus ojos ya no cargaban con aquella mirada sombría que antes los acompañaba siempre, ahora parecían afables. Por no mencionar que parecía ser educado y todo.

Tenía que reconocer que lo había encontrado bastante atractivo, pero la cosa no iba más allá de eso.

Sabía que ahora tendría que bajar, cenar con él, y enfrentarse a sus preguntas.

No es que le avorgonzara contarle su pésimo estado a Malfoy, se avergonzaba a sí misma, la guerra había terminado con ella. Y ya casi nadie la recordaba.

Triste era estar en casa de Draco Malfoy. Nadie, ni los periódicos, se habían preguntado qué estaría haciendo la heroina de guerra por navidad. Mientras que en muchos titulares se podía leer:

Potter de viaje romántico en el Caribe con su pareja por navidad.

Los Weasley juntos otra vez por navidad.

El último artículo que había salido sobre ella, era de hacía dos años y de un periódico nada conocido. Y para lo que habían publicado, valía más que no hubiesen escrito nada. Hermione, todavía recordaba el escrito.

Hermione Granger, de diva, poderosa y deseada... A la pobreza va encarrilada.

Muchos son los que aseguran haberla visto durante meses durmiendo en distintos callejones del mundo mágico.

Se comenta que no tiene dinero, ¿Cómo se permitirá la ropa, la comida...?

Según fuentes anónimas, Granger vende su cuerpo para obtener estas ganancias.

¿Qué opinan ustedes?

Era denigrante que se inventaran que vendía su cuerpo para ganar dinero. Le parecía demasiado cruel y penoso que necesitaran escribir esas tonterías sobre ella para ganar lecturas.

Siempre que recordaba el artículo enfurecía, pero más le valía calmarse, tenía que bajar a cenar con Draco Malfoy.

Una navidad diferente - DramioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora