Prólogo

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Santa Marta - Colombia (2009)

Los días para una niña de nueve años, en vacaciones ,en una ciudad pequeña y con pocas cosas para hacer, es terriblemente aburrida, rutinaria. Pasar viendo caricaturas en la mañana, tender la cama, luego esperar la hora del almuerzo y acompañar a su madre trabajadora en casa, ver las novelas nacionales hasta las seis de la tarde. A las siete, empiezan las noticias, nada divertido para una mentalidad infantil. Por eso se separa de su madre, dejándola sola en la sala. Va caminando por toda la casa deslizando su mano derecha por la pared tarareando. Hasta que llega a las escaleras del segundo piso, y las sube brincando, mientras ríe. El pasillo es corto, dos pasos y está la habitación de su madre a la derecha, un baño en el centro y su habitación a la izquierda. Todas las puertas cerradas. La de ella con un singular póster de "Hannah Montana". La niña sonríe al mirar su póster y entra a su habitación. Con paredes rosado pastel y muebles blancos. Se acerca a su escritorio y del cajón saca un cuaderno que ella llama "Secretos", donde guarda sus más locos pensamientos y algo mucho más importante, sus canciones. Cierra el cajón, y abraza su cuaderno en el pecho. Sonríe grande y sale disparada de la habitación, corriendo por las escaleras, pasando por la sala y llegando a la terraza, enrejada. Donde están sus balones y bicicleta tirados en desorden, su madre luego la regañaría por eso. La niña prende la luz de afuera, se sienta cruzada de piernas, recargándose en la pared al lado de la puerta de entrada y abre su cuaderno. Empieza a cantar bajito su primera canción, cuando un fuerte ruido de auto la detiene. Al lado de su casa, ha llegado un camión.

−Ma, ¿Sabes qué hace ese camión en la casa de al lado? Ahí no vive nadie, quizás deberíamos ir a decirle - Le dice la niña a su madre, que la escucha perfectamente desde la sala.

−Serán los nuevos vecinos mudándose, algo oí de un hombre mudándose con su hijo. - Le responde.

La niña no pregunta más. Pero eso no significa que se le haya ido su característica curiosidad. Se coloca de pie, dejando su cuaderno en el piso, y se acerca despacio a la gran planta de helecho que tiene su madre en una maceta, para que la cubra de la gente. Desde ahí ve detalladamente todo lo que pasa en la casa vecina. Del camión sale un hombre alto y delgado cargando una caja mediana, y luego le sigue un muchacho un poco más bajo que el hombre con enormes audífonos negros en la cabeza, llevando una patineta en las manos.

La niña nunca antes había visto un muchacho tan guapo en su corta vida, excepto a los de la televisión. Sus compañeros de salón no se comparaban con él, ya que tenían su misma edad y actuaban como bebés infantiles. Ese joven mucho mayor a ella, le daba la impresión que nunca actuaba como un bebé llorón y eso le gustaba. Ella se quedó escondida hasta que entraron la ultima caja.

Los próximos días a eso fue una locura para esa pequeña cabeza, se encontraba a ese muchacho en todos lados, hasta en sus sueños. Pero prontamente terminaron las vacaciones y empezó de nuevo el colegio. El primer día de clases fue agobiante, no tanto por volver a dar clases, ya que los primeros días daban poco o nada de estudios. Si no levantarse temprano y tener que caminar a esa hora. Ella odiaba eso. Pero al finalizar sus horas en el colegio, la niña sale dando pasos cortos, esta lista para tirarse en su cama y dormir toda la tarde. Sin embargo esa idea corre lejos de su pensamiento. Ve un grupo de estudiantes sentados en la acera con el vecino nuevo, con cascos puestos y las patinetas en los pies. Les oye llamarlo "Sullivan" y abre la reja para correr, tirando de paso su mochila en el sofá de la sala, sube rápidamente las escaleras y entra a su habitación, sentándose en el escritorio y prendiendo su computador de mesa. Últimamente su madre había empezado a usar una página llamada "Facebook", y ella la usaría para buscarlo, un muchacho mayor como él debe estar usándola y además ¿Cuántos Sullivan podrían haber en Santa Marta? Al entrar en la red social, escribe su apellido y aparece únicamente un "Brandon Sullivan", Oprime el perfil y si, es de él. Tiene una foto suya, en un parque deslizándose en patineta por una rampa. Hay información de él, nunca pensó la niña que encontraría tanto material. El guapo muchacho tiene catorce años, es de Medellín y le gusta la película "Van Helsing".

Desde ese momento Brandon se convirtió en su "Crush", y su cuaderno "Secretos" se lleno página a página de canciones sobre él.

Desde ese momento Brandon se convirtió en su "Crush", y su cuaderno "Secretos" se lleno página a página de canciones sobre él

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Notita:

Ya he empezado a subir la historia de nuevo.

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