Capitulo 5:

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Anna cerro de golpe y tan fuerte el maletero de mi pobre y viejo auto que casi pude escucharlo llorar.

A penas era las 4 de la tarde y nos esperaba un largo viaje de 5 horas hasta mi pequeño pueblo.

Bradford se ve tan lejano ahora que estoy en la universidad, tan pequeño ahora que vivo en el centro de Londres.

Anna desliza su trasero sudoroso en el viejo asiento junto a mi lado, le sonrió y ato mi cabello en un tomate alto, evitando que se pegue a mi cuello por el sudor.

.—calor hijo de puta.—ella se queja mientras paso cambio y salgo del aparcamiento de mi apartamento.

.—da las gracias, mi padre en su ultima visita, a arreglado el aire acondicionado.—

.—bendito sea tu adorado padre.—

Carcajeo, ella rápidamente se adueña de la radio y conecta su teléfono en ella, el sonido del rock alternativo inunda en el pequeño espacio del auto, ella se acomoda y saca el brazo por la ventana.

Rápidamente llego a la ruta 22, camino a casa.

Casi a mitad del viaje siento que voy a explotar, que mis oídos van a sangrar, anna no deja de quejarse sobre B.J y de decir cuanto le ama. En realidad es exasperante, y es un sentimiento que conozco, solo que no puedo recordarlo. Como muchas otras cosas de mi vida.

Luego, ella tiene una realmente incomoda conversación con su padre, uno de ellos y luego simplemente se queda dormida.

Me descubro manteniendo la atención en mi teléfono celular, solo por si alguien necesita llamarme, alguien especialmente llamado jason. Incluso, intento enviarle un mensaje.

Me sorprende lo realmente estupida que puedo ser un par de veces, me pregunto si siempre fui así, pero tampoco puedo recordarlo.

Anna me sobresalta haciéndome mover el manubrio con demasiada violencia, un conductor malhumorado me insulta desde de auto y como mi ventana hasta abajo puedo escuchar el principio y el fin de su improperio.

Jadeo, dios mió pero que buenos insultos.

Quiero disculparme con él, pero ya me ha adelantado y se veía demasiado enfurecido.

Anna vuelve a soltar un ronquido más parecido al gruñido de un animal y se acomoda haciendo que su vestido suba y le muestre el culo.

Jadeo desesperada, a pesar de que el sol a empezado a desaparecer, el calor sigue siendo igual de infernal, lloriqueo, odio manejar por tanto tiempo y estoy muriendo de sed, se que debí haberle hecho caso a mi conciencia y razón y haber traído una botella de agua congelada; como también se que en el pequeño y estrecho camino a Bradford no existe ningún tipo de serví centro, ni siquiera un pequeño baño publico.

Pero aun así estoy dispuesta a detenerme, aunque sea por un par de minutos, mis piernas descubiertas se pegan por el sudor y he comenzado a ver borroso.

Solo entonces como agua en un desierto a mi campo visual llega un pequeño local varado en la nada, casi jadeo de felicidad.

Hay un par de pocos autos cuando aparto en el camino de tierra, anna vuelve a soltar ese ruido de animal y babea algo entre sueño.

Decido, definitivamente, no despertarla, es una chica muy temperamental, dejo la ventana de su lado mitad abierta para no encontrarla ahogada cuando vuelva y cierro el auto con seguro.

Cojo mi bolso y arrastro mi vertido hasta abajo.

Amo este vestido, es mi favorito.

Incluso puedo decir que era mi favorito hasta de que la “cosa” pasara.

El lugar es un asco, en realidad un asco y su olor es aun peor, me recuerdo a mi misma para reconfortarme, que solo he venido hasta aquí para beber algo y usar el baño.

Casi lloro cuando descubro que como era de esperarse, el local tiene solo un pequeño baño y compartido.

El olor a frituras y cebollas me hacen querer vomitar, no es justamente un agradable olor a frituras como cuando tu mamá hace papas fritas o algo rico mientras ven películas, el uno muy malo, realmente malo.

Hay hombres de aspecto desagradable pero dulces mujeres bien arregladas.

Al estomago me da vueltas, a si que solo me pongo en la fila detrás de un chico.

Descubro ahora, que es una estancia en donde los conductores de camiones se detienen para beber y comer algo grasiento y asqueroso por un precio favorable.

Si anna hubiera entrado, hubiera salido corriendo tan rápido como bebe un cupito de tequila.

Me decido por comprar dos malteadas, una de fresas para anna y una de café amargo para mi.

Es una mala suerte que mi amiga no sepa conducir, por lo cual, debo hacer todo el camino hasta casa por mi sola.

El chico de la caja es guapo y encantador, todo hombres y sonrisas suspiradotas con ayuelos, me derrito.

Mis comisuras suben y le sonrió abiertamente, me recuerdo que soy una mujer soltera y libre de coquetear con cualquiera, cuando quiera.

Cuando guardo el cambio dentro de mi bolso miro la carta que he recibido esta mañana, aun cerrada. No quiero leerla ahora y sinceramente, tengo miedo de descubrir que en realidad sea una chica.

Voy rápidamente hasta la salida, mirando mis pies, hasta que mi nariz choca con un amplio pecho.

Los batidos se escapan de mis manos, sobre mi vestido.

Oh por dios ¡mi vestido!

También el liquito salta hasta su polera negra, suelto un chillido y luego veo mis vans blancas manchadas de rosa y café.

.—oh, lo lamento ¿te encuentras bien?.—

Estoy preparando el improperio más grande que soy capaz de decir, mamá me dijo una vez que antes era muy buena para las groserías y ahora, me resulta imposible soltar una.

Las pienso, pienso mucho en improperios y maldiciones, pero jamás se escapan de mis labios.

Levanto la vista molesta, en realidad no ha pasado nada tan grave, solo tengo mi vestido blanco favorito manchado y una sed nivel Dios.

.—no hay problema, no es la gran cosa.—suelto inesperadamente y lo siguiente que iba a decir muere en mi boca.

El trae pantalones de entre casa, estrechos vaqueros que cuelgas de sus pequeñas caderas, una polera negra corte polo en V y zapatillas Niké deportivas.

Mis ojos se abren, sus brazos están descubiertos y su brazo derecho esta completamente tatuado, exquisita tinta a su alrededor le acarician la piel.

He visto esos tatuajes antes, y me desespera no poder recordarlo.

Su polera esta empapada y sus jeans salpicados por mis batidos.

.—profesor malik, lo lamento tanto.—tartamudeo tragando saliva.

Cartas para (tn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora