04

15 2 3
                                    

Ven a mi pequeña, solo avanza un poco más

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ven a mi pequeña, solo avanza un poco más. Mira que mi alma solo suplica por tu amor, vivo penando tu atención, vivo suspirando aquel amor. Ven y brindame tu amor, dame aquel cariño tan puro que sólo tu puedes brindar. Atrápame y núnca me sueltes. Quiero ser preso de tu amor. Intoxicame, quemame haz lo que quieras de mí sin importar el daño que eso cause quiero estar junto a tí.

💙💙

Sus ojos solo mostraban tristeza, su llanto era más constante. Estaba destrozada por dentro.  Tus suspiros se adueñaron de la atmósfera. Solo me dedique a procurarte. Pasaron 30 minutos, en completo silencio, no me incomodaba en absoluto estar de esa manera, desafortunadamente el clima no estaba de nuestro favor. Aquella llovizna se iba adueñando del lugar. Te levantaste con mucha desgana, cogí nuestras cosas. Tú solamente te enfocaste en coger tu lata de cerveza. Me cogíste de la mano,  sorprendiendome de nuevo.

—Gracias.—sonreíste y sin más me brindaste un cálido beso en la mejilla.

No resistí así que te estreché entre mis brazos con fuerza, quería transmitirte mi presencia, decirte inconscientemente que a partir de ese día jamás requerirías de ir aquel parque a beber sola, beberte todo aquel dolor barnizandolo con alcohol. Ahora estaba junto a tí, y eso nadíe lo podría cambiar.

La lluvía cada vez se hacía más frecuente.
Cuando iba a liberarte de mi abrazo, esta vez me estrechaste tú.

—Abrazame un poco más Dawon.—acurrucaste tu cara en mi pecho.

—Te mojarás.—sentencié.

—¿Te molesta mojarte?

—No, ¿a tí?

—Me encanta la lluvía, quedate un rato así junto a mí. Es muy agradable para mí estar así contigo.

Los minutos pasaban, la lluvía incremento a un 50%, tu cabello se empapo por completo, por mi parte gracias a la lluvía mi flequillo me impedía ver a la perfección, veía tu pequeña silueta, las gotas de lluvía no me permitían ver claramente tus gestos, tu carita. Tus llantos y la lluvían se complementarón a la perfección.

Finalmente te alejaste de mí, cogíste tus latas de cerveza y sin más caminamos tomados de la mano, sin la mínima idea a donde ir. Claramente estabamos lejos de casa, era obvio que tú no estabas dispuesta a ir a casa esa noche. Caminabamos entre la lluvía, como dos locos enamorados, sin pensar las consecuencias de nuestros actos. Tratando de olvidar aquello que alguna vez nos hizo daño. Veíamos pasar los carros a nuestros costados, el bus repleto de gente, la cuál nos veía con cara de extrañeza.

—La vida es tan cotidiana ¿no crees?—giraste tu mirada hacía mí.

—¿Sí?—cuestione dudoso.—¿Por qué?

SEMPITERNO ❁ Cho Dawon ❁ VARSITYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora