Amor platónico II

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Narrador Fernanda:

Llegando a casa, comencé a trabajar en la investigación de quién estaba detrás del mando, mientras me hice de cenar pude apreciar la vista de la ciudad, había todavía mucho tráfico para ser estas horas de la noche; no era demasiado tarde, pero la vida nocturna de la ciudad no dejaba de sorprenderme, en cuanto mi cena estaba lista, me dirigí a mi computadora para seguir investigando y lo que me mostró fue algo interesante, después de observarlo por varios segundos, la alerta de la casa sonó de repente. 

X: - ¡Alerta, intruso! ¡Alerta, intruso! - se apagaron las luces de la casa, así como lo había programado y yo, me preparé para el combate a oscuras, se escucharon pasos que se dirigían para acá; yo estaba en posición oculta por una columna para atacar en cuanto los pasos estuvieran más cercanos. 

XX: - ¿Dónde estará? - oí a una de las voces, que hablaba en voz baja, pero no podía identificarla. 

x: - No lo sé, pero condenada alarma, ahora creerá que.... - no pudo terminar su frase, porque como él era la persona más cercana, lo golpeé directo en la cara y cayó al suelo - creo que encontré a alguien - dijo quejándose del dolor en su quijada, aunque no podía reconocerlo por la oscuridad, además del hecho de que el otro se acercó hacía mí rápidamente y nos adentramos en una pelea a golpes ágiles y bastante duros, que llegamos a un punto en el que dejamos un buen desorden en mi sala, hasta que alguien encendió la luz de la misma.  

XX: - Fer, ¿desde cuando recibimos a los amigos a golpes? - al ver a los de frente, me quedé impactada e impresionada, sobre todo traté de aguantarme las ganas de reírme al ver a mi amigo, sobarse la quijada, la cual estaba roja del golpe que le di. 

Fernanda: - Desde el momento, en que mis amigos decidieron espantarme entrando a mi casa como viles secuestradores y activaron la alarma de intrusión - respondí irónicamente - además, ¿qué les pasa cómo es que entran sin siquiera avisarme? - les pregunté fingiendo indignación. 

Caspian: - Ay, lo siento, querida amiga, lamentamos no haber podido avisarte que justo hace unos minutos, se nos permitió aparecer en Courusant - dijo cruzado de brazos, pero a los pocos segundos, comenzamos a reírnos a carcajadas, incluso Peter, quien todavía estaba sufriendo por el enorme moretón que le dejé. 

Fernanda: - Ay, Peter, lamento haberte dejado ese moretón - le dije riendo, abrazándolo como mi mejor amigo - de haber sabido que eran ustedes, tal vez esto no hubiera pasado. 

Peter: - Bueno, de haber acabado fuera de la puerta, pudimos haber tocado y así, nos hubiéramos evitado la pelea y el enorme golpe que me diste - ambos reímos y reordenamos la sala. 

Fernanda: - Y ¿cómo han estado? Ya han pasado varios meses desde que nos volvimos a ver - les pregunté para hacer conversación, aunque ya sabía que todos teníamos sueño después de un largo día. 

Caspian: - Pues todo normal, las chicas están cuidando de los deberes en el castillo, pero pues todo normal - me dijo observando su alrededor - esto es diferente de lo que hay en la Tierra, jamás pensé ver cosas tan raras aquí - yo reí ante la cara de confusión de Caspian, los tres somos de distintas épocas, pero Dios nos ha unido en un sólo punto y de ahí, hemos explorado todas las épocas y distintas tecnologías de la Tierra. 

Fernanda: - Lo sé, lo mismo dije al llegar por primera vez a la Galaxia - Peter y Caspian, me vieron con confusión - estamos en otra zona de la galaxia chicos, hay muchos planetas que explorar y más si queremos encontrar al Emperador. 

Peter: - ¿El Emperador? ¿Cómo sabes que es él? - me preguntó sorprendido.

Fernanda: - Porque me acaba de llegar una información que estaba buscando y salió justamente esta imagen en Mustafar.... - ambos se acercaron y se quedaron sorprendidos. 

Anakin: Una nueva oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora