¨Paradais, mas que un lugar un hogar¨.

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Era medianoche afuera llovía y casi no se divisaba nada solo las densas nubes que procuraban inundar el humilde pueblo de ¨Paradais Steed¨. Se trataba de una de esas tormentas en donde los truenos se hacían escuchar y los relámpagos partían la tierra, mientras que a su vez le servían de iluminación a aquellos que se encontraban al descubierto.

Todo parecía ser una noche más ya que se encontraban en una zona donde predominaban las precipitaciones y los pueblerinos estaban resignados a que ésto sucediera cada dos semanas en promedio.

El paisaje de Paradais estaba definido por una gran variedad de vegetación, entre ellas se encontraban las cosechas mismas que utilizaban los lugareños para comercializar y para consumo propio; lo que daba como resultado un suelo de lodo casi imposible de atravesar a pie, y ni hablar de aquellos que por algún motivo necesitaban llegar a su destino en carretas que tiraban de sus caballos.

Este sitio contaba con unos trescientos cincuenta habitantes entre los cuales se encontraba el doctor Berni Dison, hombre muy respetado por su gran trayectoria y por su gran formación académica, gracias a sus conocimientos, paciencia y constancia la gran mayoría se encontraba en deuda con él. También estaba Hernésto Cáceres el más adinerado y capitalista, gracias a sus inversiones y visitas a la gran ciudad, los demás se podían abastecer de todo aquello que era indispensable para vivir.

Entre la escasa población se encontraba un humilde joven, su nombre Alex Preston. Él vivía con su hermana menor de unos doce años de edad Lula Preston y su padre adoptivo Allan Demarie, quien decidió adoptarlos a ambos hace una década atrás cuando se encontraban en un orfanato de la gran ciudad.

Él ya había acabado sus estudios primarios y secundarios, pero a razón de no disponer de dinero y movilidad propia no pudo ir a las afueras a seguir una carrera universitaria, por lo que optó por trabajar en las cosechas junto a su padre. Su vida era muy sencilla y humilde trabajaba codo a codo con Allan durante toda la jornada mientras la pequeña asistía al colegio del lugar, se esforzaban por sacar adelante cada siembra ya que era su única entrada de dinero, y tenían muchos gastos que cubrir, apenas lograban llegar a fin de mes.

A pesar de la situación que lo oprimía, sentía que era feliz, él y la pequeña contaban con un hogar propio, una familia, trabajo, estudio, y un riguroso control de una rara enfermedad que tenía la pequeña Lula; sentía que la vida le había quitado algo, sus padres biológicos quienes murieron en un lamentable accidente pero por otro lado creía que había sido recompensado con su nueva vida, y esto le hacia ver las cosas con una mirada de esperanza y conformidad, lo que lo llevaba a una única conclusión ¨Paradais, más que un lugar, era su hogar.¨

Hasta éste momento todo lo que lo rodeaba era rutinario, pero de alguna manera se sentía satisfecho, por fin sentía que había logrado un equilibrio en su vida, de no ser por esa fecha, un 23 de julio de 1980, esa noche tormentosa, donde el cielo parecía venirse abajo, que sucedió algo que le daría un giro completo a toda su existencia, aquella cosa que se avecinaba y solo prometía traer desgracia consigo misma, que con solo imaginarlo provocaba temor, dolor y llanto.

AUTOR: MIGUEL EMANUEL 

ALEX ¨Y EL MISTERIOSO RELOJ DE ARENA¨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora