Capítulo 1: The Return

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Okay, sí

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Okay, sí. Él va a morir. La vida de Dustin Henderson va a llegar a su fin (junto con la de Steve Harrington, claro) en un túnel interdimensional.

 Y lo que dicen es cierto, tu vida pasa ante tus ojos en cuestión de segundos: su infancia, las comidas con su mamá, las ausencias de su papá, los juegos con Mews, (oh por dios, Mews) cuando su abuela le regaló a Yertie por su cumpleaños (OH POR DIOS, YERTIE), mudarse a Hawkins, conocer a Lucas, Will y Mike, crecer con ellos, vivir su vida junto a ellos, la desaparición de Will, la aparición de Eleven, la reaparición de Will y que se fuera Eleven, el darla por muerta... Si hay algo que Dustin lamenta es haber dado por muerta a El, aunque, para ser justos, ¿cómo podía no haberla dado por muerta? Bueno, Mike nunca lo hizo, la llamó por... 353 días, ¿dijo El? Oh, por eso siempre estaba sintonizado en el canal cuando lo llamaba. El punto es, que solo pudo decirle a El que hablaron de ella casi todos los días, y a él le gustaría decirle muchas cosas más, a Dustin le gustaría estar ahí para que se una oficialmente al grupo, para verla adaptarse a la sociedad, para que conozca a Will, pero de verdad, para que se haga amiga de Max, para verla ser feliz con Mike.

Dustin Henderson siempre fue un chico inteligente, pero cómo hizo para pensar todo eso en fracciones de segundos, nunca lo llegó a saber, la cuestión es que, mientras seguía recordando su vida, con Steve al lado sosteniendo en alto el famoso bate, los demodogs llegaron, (¿Dart estaría ahí?), venían corriendo desesperados como una manada de sabuesos salvajes, y Dustin era consciente de que el final estaba cerca. Por un segundo, dejó de pensar, y su mente se canalizó en el lugar en el que se encontraba, por primera vez oyó las voces de sus amigos de fondo, gritándole angustiados que suba.

Pero ya no hay tiempo.

Y ciertamente no lo había.

Porque de un segundo a otro tenía a la manada de demodogs enfrente, pero no se le estaban tirando encima, al contrario, lo esquivaban. Todo se volvió silencioso una milésima de segundo, y Dustin pudo escuchar como Mike decía en voz alta lo que él mismo estaba pensando:

- Eleven.

Dustin escucha el "¿pero qué mierda?" de Steve, amortiguado por el pañuelo en su boca, y siente cómo lo agarra y lo mantiene bien cerca de él, para que la manada no lo arrastre con ellos. Los demodogs están huyendo hacia donde los llama su amo. Porque está en peligro, porque el portal se está cerrando.

Dustin sonríe, y no le sorprende el darse cuenta de que, una vez más, El los está salvando.

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Will despierta.

En una cabaña que no conoce, transpirado como nunca antes lo había estado, rodeado de las miradas de su mamá, Jonathan y Nancy, confundido, pero sintiendo que se despertaba por primera vez en días. No sabe cómo explicar cómo se sentía antes, pero sabe que ahora, aunque cansado, se siente mucho mejor. Lo que sea que tenía dentro (¿shadow monster?) ya no está, Will es dueño de su cuerpo otra vez. Y se alegra de, por fin, saber que eso es cierto. Su mamá y Jonathan no dejan de abrazarlo, ellos también están transpirados, pero le hace bien que lo abracen, Nancy no deja de llorar parada al lado de la cama en la que está acostado, hay un clima de alivio en esa cabaña que a Will le hace bien. Pero, hablando en serio, ¿dónde carajos están?

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