Fiolee: Una noche de espantos

Cap.3

Algo aliviada después de su ''relajante'' baño, Fionna cepillaba su cabello desasiéndose de los nudos que tenía desde esa mañana de aventura. Afuera continuaba lloviendo y los relámpagos no cesaban. Su cambio de ropa había sido algo sencillo así que considerando el frio decidió ponerse algo acogedor: El sweater más largo que había encontrado en el armario de color azul celeste que le llegaba 10 centímetros por encima de la rodilla, las mullidas mangas cubrían todo su brazo excepto sus hombros y solo se veían las puntas de sus dedos por lo largo que era, se había cambiado sus largas medias y se había puesto una bufanda de un tono más oscuro que el sweater así, cuando llegara Cake, no viera las marcas de su cuello.

Dejo de lado el cepillo, al lado de la linterna que había dejado encendida para poder ver con su resplandor, coloco su mano herida debajo del grifo y con los ojos cerrados lo abrió, aparto su mano en un gesto de dolor cuando el chorro imparto su herida, aun con el tiempo que había pasado e incluso con el baño todavía su mano le punzaba y tenía una sensación de palpiteo.

"Fionna" De nuevo la voz de antes hizo eco en las paredes del baño. Fionna se alarmo, pero luego sacudió su cabeza.

-Ja-Ja, muy gracioso Marshall, no voy a volver a caer tan fácilmente- Decidió ignorar aquel llamado, esto todavía debía ser una de sus bromas y volvió con su actividad de meter todo su cabello dentro de su sombrero.

"Fi...on...na..." La voz, o las voces, puesto que todavía hacían eco en las paredes, comenzaron a decir su nombre en forma de canto, casi en coro. Las perturbadoras voces no paraban y cada vez parecía que se agregaban mas. Alarmada, Fionna coloco sus manos en el borde del lavamanos y apretando sus puños empezó a decir:

-Muy bien, esto no es real, solo es otra broma de Marsh... ¡Marshall, ya para con eso, no me causa gracia!- Se trato de convencer, sacudió de nuevo la cabeza y le grito a las voces que se estaban... ¿Riendo? ¿Por qué esta pasando esto? Pero... Si la puerta y las ventanas del baño están cerradas, ¿Cómo las voces podían provenir directamente del baño? A menos que Marshall si se hubiera vuelto fantasma y hubiese atravesado las paredes para así seguir con su tonta broma.

Los vellos de la nuca de Fionna se erizaron, haciendo que su espalda se enderezara frente al espejo y movió su mano sana para frotar ese lugar donde sintió un aliento frio. Comenzó a sentir una opresión en su pecho, eso sí que la asusto y las voces habían parado. Moviéndose en su lugar miro hacia el espejo y abrió más sus ojos azules al notar como de la nada el espejo comenzó a empañarse. Tomo rápidamente la linterna entre sus temblorosas manos, sin estar muy segura y desorientada dirigió el foco al espejo mientras daba un par de pasos hacia atrás. La habitación se volvía cada vez más fría a cada segundo, haciendo que incluso ella pudiese ver su propio aliento ya que jadeaba con irregularidad, y con su corazón a punto de detenerse observo cómo se dibujaba en el espejo... "¡FIONNA!" Las voces aparecieron de golpe en una gran ola justo en el momento en que la rubia miraba aterrorizada como se escribía su nombre de la nada en el cristal, gritaron tan fuerte justo en la cara de la heroína que cuando esto ocurrió la rubia pego un gran salto de histeria soltando la linterna sorpresivamente, al mismo tiempo que grito "¡MARSHALL!" a todo pulmón.

El vampiro dio un salto cayendo de la cama, somnoliento, se había dormido profundamente esperando a que su amiga saliera del baño y se levanto rápidamente mientras frotaba su cabeza para dirigirse a la puerta que Fionna no paraba de tocar.

Coloco sus manos en la puerta y grito -¡Fionna! ¡¿Qué pasa?!- La chica no paraba de tocar y golpear la puerta mientras lo llamaba.

-¡Marshall, sácame de aquí!- Grito Fionna entre golpes, mientras las cosas que estaban en el baño volaban por todas partes, algunas se estrellaban en su cuerpo acompañadas de una fuerte ráfaga de aire que le daba un toque más fantasmagórico, su cabello volaba con cada ráfaga como si estuviera cayendo de una gran altitud ¡Y las voces se reían de manera macabra!