El despertar

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Cuando entré en la habitación y cerré la puerta, hice una runa de silencio y me eché a llorar, lloré como nunca había llorado en mi vida, lloré por Jonathan mi hermano al que habían transformado pero que aún me empeñaba en salvar, lloré por mi madre por lo que tuvo que aguantar durante todos estos años en lo que había huido del Círculo, pero sobretodo lloré porque en estos momentos me sentía más sola que en algún otro momento de mi vida, no supe cuánto tiempo estuve llorando, pero en algún momento me quedé dormida con la paz y la tranquilidad corriendo por mi cuerpo.

Desperté gracias a los rayos de sol que entraban por la ventana de  mi habitación, hasta hora no me había dado cuenta de cómo era la habitación; era amplia, pintada de verde esmeralda, un armario enorme  al lado de la cama y las ventanas estaban cubiertas con barrotes que tenían de decoración runas.

Me levanté y me fuí al baño a darme una ducha; el baño era grande, blanco completamente,  la ducha era lo suficientemente grande para que cupieran 3 personas.

Salí envuelta en una toalla  para el cuerpo y otra para la cabeza, y abrí el armario, cogí lo primero que ví: unos jeans ajustados azules y una camisa blanca y encima me puse un chaleco  gris abierto por la espalda. 

Salí de mi habitación y me encontré con mi psicópata y demente padre.

-Hola Clarissa-Dijo mi padre.

Yo solo me limité a fulminar lo con la mirada .

-Veo que no piensas hablar-Dijo mi padre un tanto enfadado. Está bien sígueme sino quieres que le pase nada a tu querida madre, voy a contarte una historia.

Una nueva vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora