ALPHA. |
❝Puedo soñar con la libertad, pero la
realidad me atormenta, los cadáveres
se acumulan como una montaña, pero
todavía estoy lejos de alcanzar e...
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PASÓ SUS MANOS SOBRES SUS HEBRAS CASTAÑAS MOJADAS, A LA VEZ QUE QUITA EL AGUA de su rostro cerrando la llave de la regadera, levanto su cabeza dirigiendo sus ojos hacia el techo blanco desgastado, quedándose unos segundos en esa misma posición antes de apartar la mirada y, tirar de la puerta corrediza tomando entre sus manos una bata que se puso seguida de la toalla, saliendo por fin de la ducha larga y relajante que se ha dado.
El teléfono de la casa suena amortiguado gracias a que la puerta de su cuarto está cerrada, por lo que no se preocupa en bajar corriendo las escaleras para atender la llamada, sino que al contrario no le toma importancia dejando que la contestadora haga su trabajo, teniendo en mente que probablemente ya sabe quién es la persona que la llamo a estas horas del día sin falta alguna, con una sonrisa torcida se pregunto mentalmente si no se cansaba de llamar y no tener respuesta en todo estos años, parecía que esa persona no es de las que pierden cuando no pueden responder una simple llamada.
Soltando un suspiro de resignación, comenzó a secar su cuerpo para ponerse crema humectante, seguido fueron sus bragas de encaje junto con su brassier a juego, abriendo la puerta de su armario busco con una rápida mirada las prendas que le gustaría lucir hoy a las paredes de su casa; un pantalón azul ajustado, una camisa cuello de tortuga negra y por ultimo unas botas de tacón grueso, antes de cerrar las puertas de su armario se pregunto mentalmente porque utilizaría tacones si no va a ninguna cita importante hoy, entonces su cerebro como señal le mando durante un corto periodo de tiempo el recordatorio.
—Ah, ya lo recuerdo. —Dijo, chasqueando los dedos.
Bajo las escaleras con elegancia, a pesar del tiempo pasado esa costumbre no desapareció por lo que se prometió que iba a cambiar esa forma de tratar de llamar la atención de todo el lugar al que iba a asistir–también presentía que tenía que ver con la sangre que corre en el cuerpo femenino, pero ignoro ese hecho–así que negando con su cabeza imito una postura que había visto de otra joven que logro ver en los meses pasados.
—Esperemos que funcione. —Susurró, tomando las llaves de su casa, no sin antes tomar aquella bolsa donde procuro guardar su cartera, celular, llaves y un pequeño paquete de toallas húmedas.
Al salir de su casa, le puso llave a la misma y fue directamente a la dirección que su cerebro está repitiendo constantemente desde hace unos veinte minutos, soltando un bostezo el cual cubrió con una de sus manos, memorizo cada calle, tienda de ropa, objetos antiguos o edificios donde la gente vive ya sea de forma permanente o rentada, se aseguro de memorizar cada pequeño detalle para procurar no perderse de regreso.
No mentiría que se puso nerviosa cuando gente junto con dueños de tiendas y establecimientos la saludaban con tanta informalidad que por un segundo con timidez sonrió y correspondió el saludo, tratando de forzar a su cerebro que sacara las viejas memorias da la ex dueña y que le mandara sus nombres con visualizar el rostro de las mujeres y hombres, tuvo que utilizar una falsa excusa para que la dejaran ir directo a su destino, con un disculpa se despidió de la gente y se marcho del lugar.
