10 | lo que queda de nosotros

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IDEA

Totalmente mía.

SUMARIO

Tony firma los Acuerdos y Steve, en respuesta, abandona su manto como el Capitán América. Stark no espera que ello también signifique terminar su relación y volver a su viejo apartamento. Pero con la llegada de un nuevo enemigo, Rogers se ve obligado a regresar para combatirlo junto a su antiguo equipo y quizá piense en su regreso. Tal vez sus motivaciones sean más íntimas.




—Supongo que volveremos a vernos en la próxima misión. —Tony dice alentado, dándole su mejor amago de sonrisa al Capitán.

Steve no puede evitar crispar sus cejas con desaprobación, pero tampoco puede culparle por siquiera intentarlo. Después de todo, su relación aún oscila entre ese viejo amor, y un rencor aun más añejo, más doloroso. En cambio, él decide que debe imitar su acción, tal vez darle una falsa esperanza de que volverá aunque no sea así, sólo por gentileza. Y aunque no quiere darse el mérito por las carcajadas en las que ambos estallan escandalosamente, Stark se lo concede. Suponen que debe ser la ironía del momento, y un agradecimiento de que la tensión se haya desvanecido al fin.

—Sí, eso creo. —Rogers asiente, volviéndose a la motocicleta que le aguarda ansiosamente fuera de la Torre.

—Siempre puedes quedarte aquí si lo deseas, Capipaleta. —Él extiende sus brazos en el aire, señalando el lugar—. Mi casa es tu casa... y la del resto del equipo. A los demás les vendría bien tenerte por la Torre.

—No sé si tú me soportarías.

Tony se encoge de hombros y prontamente sus manos se ocultan en sus bolsillos, justo después de deshacerse de los lentes de sol en su rostro. Steve, al instante, se preocupa por la piel maltrecha alrededor de su hinchado ojo, no importa cuántas veces el magnate le pida que deje de angustiarse. En algún momento tiene que rendirse y pretender ser tan despreocupado por su querido colega, a sabiendas de que llega la hora de partir. Esta vez, es el de ojos de bronce quien se ve abatido al notar que Rogers le tiende su mano como gesto de despedida.

—Sólo digo que deberías pensarlo —comenta respecto a la mudanza y estrecha esos dedos nerviosos entre los suyos.

El roce se siente cálido y Tony piensa, locamente, que esos segundos se le antojan eternos; que quiere ver la sonrisa amplia de Steve todos los días, o escuchar sus tontas bromas de padres y sus sermones también. En especial, quiere tenerlo tan cerca porque ha olvidado cómo es la vida sin tenerlo junto a él. Sin sentirse realmente querido por alguien a quien admiró en la vida entera.

—¿Qué hay de ti, Tony?, ¿también te vendría bien?

—Siempre que pueda burlarme de lo torpe que eres con mi tecnología, Wing Head, estaré satisfecho.

Él jamás espera la suavidad del Capitán para tirar de su mano y guiarlo hasta su cuerpo en un abrazo que le quema la piel, que le arde exquisitamente en el pecho. Su reactor apenas soporta la revoluciones y el brillo intenso, su corazón juega a palpitar galopante y esos brazos le enredan contra el calor de un amor que creyó extinto. Steve lo sostiene fuertemente y anhela no tener que soltarle nunca más. Acaricia su espalda, sube hasta sus cabellos, serpentea entre las brunas enredaderas y después se aventura hacia la rasposa barba como un dulce preámbulo; porque lo que sus dedos buscan es esa boca que ha soñado tantas noches con probar. Un fruto prohibido por el que está dispuesto a pecar.

—Tony, quiero quedarme.

—No puedo pedirte otra cosa —susurra, aferrándose un poco más a él, sólo para asegurarse de que no es una mentira—. No sabes cuánto aborrecí que volvieses a tu horrible apartamento.

—Di lo que quieras, pero tenemos buenos recuerdos ahí.

—Ya sé que echabas en falta molestarme con ello, Capi, no tienes un restregármelo en la cara.

Tony no desea más que esa risa contra su cuello y ese aroma masculino impregnado en el suyo. No quiere otros labios en su piel, no quiere otros brazos que le sujeten de esa forma, no quiere que otra voz lo vuelva tan loco, ni quiere amar a alguien más con esa desesperación. Sólo quiere a Steve. Y no puede rogarle a las deidades por algo mejor que ese beso que estuvo esperando durante mucho, mucho tiempo atrás.



NOTA
¡Muchas gracias por leer, comentar y votar en esta historia! Espero que todos los capítulos hayan sido de su agrado. Ya echaba de menos escribir de estos dos tórtolos y estaba ansiosa por hacer algo dulce. ¡Hasta la próxima!

Krieg und Tragödie ↠ StonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora