CAPÍTULO 10

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Salimos fácilmente de la cuidad dado que los grandes portones que antes la protegían ahora están completamente destrozados y facilitan la salida a todo aquel que quiera huir. Lo más seguro es que los soldados tarden un tiempo en volver a defender el barrio o que simplemente lo den por muerto. Pero yo sé que no es así. Sé que en cada casa hay gente agazapada, en los pequeños rincones que les han servido como salvación hasta el momento. Sé que el hambre y el terror se ciernen sobre todas esas personas que ya han sido olvidadas y yo no puedo hacer nada para ayudarlos.

Agarro fuertemente la guitarra que tengo colgada al hombro; es la única pertenencia que tengo en este momento y es lo único que me ayuda a escapar de la realidad. No soy capaz de describir lo que siento en este momento, una mezcla de miles de sensaciones se ciernen sobre mí. Dolor, miedo, soledad; me siento perdida. Pero con el aire golpeándome suavemente el pelo y dejando mi cara al descubierto mientras nos alejamos de Cane, siento algo que nunca antes había sentido. Libertad. Y por primera vez me siento libre. Por primera vez no estoy aferrada a un futuro como criada y puedo decidir qué hacer con mi vida. Por primera vez estoy solo yo con mis circunstancias.

-¿Entonces al bosque no?- Pregunto mirando a Ryan y éste asiente lentamente con la cabeza.

- Mi familia está ahí y bueno, todos mis amigos. Vivimos ahí, es como un campamento para gente que no tiene donde vivir y les enseñamos a sobrevivir en el bosque.- Explica y me parece una buena estrategia. Me quedaré en el bosque hasta que tenga un sitio al que ir.

- ¿Y no habrá problema en que me quedé? – No quiero ser una molestia para nadie, y siempre está bien asegurarse. Ryan se ríe negando con la cabeza mientras enteramos en el gran bosque al que vengo todas las noches.- ¿En qué parte del bosque está exactamente?- Quiero estar segura antes de llegar y tener todo controlado para que no me vuelva a pasar nada de esto nunca.

- Tranquila, tenemos un día de caminó a pie. Haremos noche en mi rincón preferido.

-¿Un día de caminó? – Eso quiere decir que están lejos de las fronteras de Cane y de Samur. En un pequeño territorio que se creó como defensa de ambos territorios y no ha servido de mucho. – Pero si las profundidades del bosque son peligrosas...

- Eso es lo que los cuentos de niños dicen y así consiguen que nadie se adentré en el interior del bosque para poder tener a la población controlada. Cuando lleguemos te darás cuenta.

- Claro- susurro y recojo mi largo pero en un fuerte moño, con un simple pañuelo que utilizaba para limpiar la cocina pero que ya no me será útil.

Comenzamos a adentrarnos con más profundidad en el bosque y comienzo a notar como poco a poco las ramas de los árboles se van ensanchando y dando lugar a grandes hojas verdes que hacen que el sol quede escondido detrás de ellas. El musgo y la gran cantidad de hongos comienzan a aparecer con más abundancia y me tengo que contener para no pararme a apreciar el hermoso paisaje. Nunca había entrado tanto en el bosque, ni yo, ni nadie.

Cuando era pequeña escuchaba a escondidas cuentos que hablaban terriblemente sobre estas tierras, donde habitaban seres que son desconocidos para todo aquel que no ha ido nunca al bosque. Cuando comencé a venir a dormir, me di cuenta que eso no eran más que cuentos de niños para asustarnos y decidí ignorarlo; pero ahora mismo un temblor me recorre las piernas recordando aquellos cuentos. El susurro del viento se filtra suavemente entre los árboles y el silencio entre Ryan y yo se hace más profundo a medida que vamos avanzando. La maleza se hace notar de entre los árboles y no me deja ver con claridad el suelo.

-Podemos parar a descansar si quieres- Sugiere Ryan y asiento con un nudo en la garganta. Cada vez tengo más la necesidad de mirar a todos los lados buscando cualquier amenaza.

Nos sentamos y nos apoyamos en el tronco de un árbol mientras Ryan saca una manzana de su bolsillo derecho y comienza a comérsela. Me ofrece un poco acercándomela pero la rechazo amablemente con la cabeza.

No tengo ni la menor pizca de hambre y decido cerrar los ojos para olvidarme de las amenazas del bosque; durante unos segundos, mientras el viento mueve lentamente las remas de los árboles produciendo un agradable sonido, me relajo y me olvido de todos los males.



Solo yo (Saga "Solitaria" 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora