9-Los Ángeles Negros.

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~Elías~

¿Dónde estás, Max?

Estuve buscandola por todos los lugares posibles...En su casa, en las tiendas de ropa que a ella le gustan e, incluso, fui a la casa de Sarah, pero ella nunca está en su casa.A la de Mike y Airon, pero solo había un gran desorden debido a que estaban preparando la casa para la fiesta de mañana.

Ya había tardado una hora en su búsqueda sin resultados y empezaba a preocuparme.

¿Qué hago?

No puedo usar mi sentido de ángel, que me ayuda a encontrar a mi asignado, porque ese poder se lo otorgué al collar que le regalé a Max.

Ella tiene en el collar muchos de mis poderes, los cuales no elegí al traspasarlos al objeto.

Por eso me considero un enorme idiota.

No, Elías. Ella tiene la culpa, ella se ofreció a ayudarte.

Tienes razón mentecita mía. Ella se metió en esto sola.Pero por otro lado, yo soy su ángel guardián ¿Y si le pasó algo?  ¿Y si está..?

No, eso sería imposible, porque, si fuera así, yo ya no estaría aquí.

Cuando el asignado muere porque su ángel no lo cuidó como se debe, nadie sabe bien a dónde o qué les hacen a esos ángeles, solo se sabe que desaparecen.

Y yo aún sigo aquí, así que ella debe estar bien o, en el peor de los casos, herida.

Debo seguir buscandola, es mi deber y obligación. Y aparte, no imagino un día sin ver sus ojos, esos ojos y esa boc...¡BASTA!

¡No te metas en mi cabeza, Max!

Llamaré a Simon, es en el único que confío plenamente.

Suena tres veces y luego contesta.

- Hola, habla Simon.-su voz era ronca, de seguro estaba durmiendo.

- Simon, necesito tu ayuda.Max desapareció. - mi respiración empezó a agitarse.

- Tranquilo, debe estar en su casa o con Mike.- odio que siempre piensen que Max esta con Mike.

Ni que fueran novios.

- La busqué por todos lados, y te digo que desapareció. - mi mano formaba un puño y la otra precionaba el celular tan fuerte que ya empezaba a machucarse.

Al parecer mi fuerza no se ha ido. Lástima que eso no me ayude ahora.

- ¿Y porqué te preocupas? Ella es lo suficientemente grande para cuidarse sola. - se escuchó un estruendo al otro lado de la línea.

- ¿¡Qué fue eso!? ¿¡Simon, estás bien!? - mi preocupación creció cuando se escuchó el grito de una mujer.

-Mamá, estoy bien.-Simon, al parecer, hablaba con su madre.

Suspiro.-Lo siento, me caí de las escaleras. - se disculpa.

- Eres un idiota ¿Lo sabes?-

-Ya me lo han dicho, nada nuevo.-Este chico quiere matarme. - Al tema anterior.-

-Tienes que ayudarme a encontrarla.-le remarco.

- Repito.¿Porqué te importa?-se escuchó un silencio, en el cual me dediqué a buscar una buena escusa.

No podía decirle que era un ángel y que Max era mi asignada a cuidar.

Era suficiente con encontrar a Max y explicárselo a ella.

- Oh, ya sé. -¿y qué sabía, exactamente? - Te gusta Max ¿Verdad? -este chico no esta bien.

-¿¡Qué!? - no podía creer que él pensara eso.- Yo no gusto de Max.-

mi ángel rebeldeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora