CAPITULO 4

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Aire formó una nube tan espesa pero tan suave que me pudo sostener en mi viaje desde el gran bosque de Tierra hasta la ciudad de Agua, bosque que en realidad era una isla, pues cuando me Aire me elevó me di cuenta que estábamos muy lejos de toda civilización, realmente era un paraíso. Aire me elevó y pude ver con mucho asombro la cantidad de animales que hay en el mar, desde los pequeños peces hasta las gigantes ballenas, pasando por los peligrosos tiburones y muchas otras especies que jamás había visto en mi vida, la mayoría sólo en libros. De pronto, Aire me dijo:

–Muchacho, ¿quieres acción?

– ¿A...acción? ¿Y a qué tipo de acción te refieres? – En ese momento Aire miró a Agua con un astuto rostro y me dijo:

–Sólo afírmate, te daremos un pequeño paseo por el mundo de este tipo loco – Dijo mirando a Agua mientras se reía – Con que loco, ¿eh? Veremos quién es el loco aquí, viento – Dijo mientras se reía.

En ese momento la nube en la que estaba se endureció y apareció un lugar en donde me podía afirmar, y en un abrir y cerrar de ojos, la nube bajó a mucha velocidad, casi estrellándose con el mar, justo antes de caer la nube se estabilizó y empezó a viajar muy rápido por todo el ancho mar, de hecho podía tocar el agua a mi alrededor, ¡¡era muy divertido!! De pronto, una ola gigantesca empezó a venir directo hacia mí, pero justo antes de tocarme y hundirme, un espacio se separó entre ella y me dejó el camino libre para seguir avanzando

– ¿Te gustó eso, pequeño? – Dijo Agua riendo a carcajadas

–Ahora es mi turno charquito, verás lo que es divertido ahora – En ese instante, Aire hizo un remolino tan grande que empezó a absorber parte del mar, en unos segundos ya era una columna de agua que iba a mi lado, se acercó y empezó a crecer y a dar vueltas a mi alrededor, terminó por cubrirme por completo, ¡estaba dentro de una tromba marina! Luego de unos segundos dentro, se abrió para terminar haciendo caer el agua a su posición inicial.

– ¿Qué te pareció eso, Agua?

–Divertido jaja, no conocía esa faceta tuya Aire, para mi eras un amargado sin sentido de la diversión

– ¿Qué? ¿Amargado, yo? ¡Si soy el elemento más feliz de todos!

–Y además tienes sentido del humor ¿Tú, feliz? No me hagas reír – Dijo Agua casi partiéndose de risa, me encantaba lo amigos que eran, a pesar de que ambos no se llevaban tan bien cuando estaba Tierra entre ellos, si los dejaban un tiempo compartir juntos, eran como niños.

Luego de unos minutos, Agua dijo:

– Amiguito, ya estamos cerca, así que prepárate porque mi mundo no está en la superficie, me entiendes, ¿no?

Aire junto con Agua hicieron una especie de burbuja que me cubrió junto a la nube por completo, luego de haberlo hecho, me hicieron bajar al mismo mar. Cuando me sumergí, me di cuenta de la vida que hay dentro del lecho marino, la cantidad de peces, algas y muchos otros seres vivos que habitaban en ese precioso lugar. Agua, al ver mi sorpresa, me dijo:

– ¿Acaso pensabas que Tierra era la única con su propio mundo? Pues no, bienvenido a mi propio santuario, pequeño.

Aún dentro de la burbuja podía sentir la belleza de ese lugar, la luz solar apenas llegaba, pero bastaba para iluminar el hermoso lugar que Agua había creado. Luego de unos minutos para disfrutar del lugar, Agua me llevó por unas cuantas cuevas hasta llegar a un agujero en donde asombrosamente el agua no había llenado el sitio y estaba seco, ahí la burbuja se reventó y la nube desapareció, Aire llegó ahí y nos acompañó hasta el centro del santuario de Agua, había una fuente y en el centro, una especie de esfera de vidrio, pero era tan bella que parecía una perla en medio del mar, Agua la tomó, me pidió el frasco correspondiente a él y la esfera se hizo agua, dispuesta a entrar al recipiente. Al haber finalizado el proceso, Agua me pasó el frasco ya con su esencia dentro y me dijo:

– ¿Sabes chico? Hacía siglos que no hablaba con alguien como ustedes, humanos se llaman, ¿cierto? Tus antepasados no fueron tan buenos que digamos...La última vez que hablé con uno de su raza fue para evitar que tomara mi esencia por la fuerza...Logró ubicar mi antiguo santuario y trajo a más de los suyos para que le ayudaran a robar la esencia de los cuatro.

–Eso es cierto, Thomas– Afirmó Aire – Fueron tiempos complicados para todos, robaron mi esencia, la de Agua y a Tierra le destruyeron su santuario sólo para encontrar lo que ahora tienes en ese frasco.

–Pero cuando fueron con Fuego la cosa se les complicó– Repuso Agua– Al momento de llegar a las Montañas Ardientes, santuario de Fuego, el volcán que hizo junto a Tierra hizo erupción y arrasó con todo a su paso, cientos de humanos perecieron por culpa de esa piedra...

– ¿Por qué los adultos querrían la esencia de los elementos? ¿Querían la piedra para ser sus amigos? ¿Por qué no la pidieron como lo hice yo?– Pregunté confuso.

–Es que la piedra no funciona sólo para mantener un contacto con nosotros, la piedra tiene habilidades ocultas que son reveladas sólo a las personas con buen corazón, estas habilidades son ilimitadas sólo en la medida en que las sepas utilizar, una vez que estas habilidades son liberadas, tienes el control absoluto sobre nosotros y cuando logras abrir la piedra y descubrir sus secretos, esos no se vuelven a esconder, se quedan ahí y es cuando ella puede caer en manos equivocadas. – Dijo Aire con voz seria.

Yo estaba un poco asustado por todo lo que la Piedra Elemental puede causar si cae en manos de gente malvada, pero yo la quería para hacer el bien, para hablar con mis nuevos amigos y si ella accede a mostrar sus secretos, ¡podría hacer crecer muchos árboles por todas partes! Tener el poder de dar agua limpia en donde falta, levantar pesos gigantes con la fuerza del Aire, ayudar a hacer un lugar más cálido con el poder del fuego, ayudar a hacer del mundo un lugar mejor y sin tanta maldad, porque a los que Fuego sacó de sus tierras eran hombres malos, eran personas que querían la piedra para hacer el mal.

Luego de un rato hablando con Agua y Aire, decidimos hacer un nuevo viaje al santuario de Aire, para finalmente ir a las Montañas Ardientes, santuario del poderoso Fuego. Aire nuevamente hizo la nube para que me subiera y Agua hizo la burbuja que me cubriría para salir de las profundidades del mar. Al salir del paraíso marino de Agua, fuimos en dirección al mismo cielo, donde se encontraba el santuario de Aire.

¡Hola otra vez! Nos volvemos a encontrar querido amigo lector y como siempre, te vuelvo a agradecer por ser testigo de las aventuras de Thomas y sus amigos en la búsqueda de la increíble Piedra Elemental. Si lo deseas, puedes comentar lo que más te gustó o menos te gustó del capítulo y compartir con tus amigos para que ellos también puedan participar de esta gran aventura.

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