CAPÍTULO II

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PRIMER AÑO EN HOGWARTS.

6 de abril, 1956. Inglaterra, Hogwarts.

—Les he reunido aquí hoy para darles a conocer una nueva integrante a la familia Hogwarts, queridos amigos —empieza a decir Dumbledore.

En el despacho de Dumbledore se encontraba Minerva Mcgonagall (Profesora de Transformaciones), Rubeus Hagrid (guardabosques), Madame Prince (Bibliotecaria), Poppy Pomfrey (Enfermera), Filius Flitwick (Profesor de hechizos y encantamientos), Horace Slughorn (Profesor de pociones), Filtch (Conserje) con una gata, como algunos elfos.

—¿Nueva integrante? ¿Y quién es mi señor? —pregunta curioso un elfo.

—Dumbledore, deje su misterio de lado, nos tiene bastantes intrigados con sus decisiones misteriosas desde hace tiempo —objeta Mcgonagall.

La cachorra de la raza Cocker spaniel, respiró hondo y dejó salir suavemente de su nariz el aire. Preparándose psicológicamente para la nueva experiencia, una que no recuerda haberla vivido años atrás. Su misión personal era no encariñarse con las personas humildes por seguridad.

—Disculpen, no regañen a Dumbledore es mi culpa—intervino, dando pasos a un costado del cuerpo de Dumbledore.

Si bien, la cachorra podía simular hablar como si no. Podía elegir comunicarse a modo de expresar en voz alta una voz para todo público como también simular que el hocico perruno moviera sus labios como si estuviera pronunciando las palabras como un humano hablante. Al ser animaga podría realizar cosas que un animal doméstico no haría.

Los jadeos e impresiones de los elfos se escuchan, los profesores abren los ojos exhorbitados, unos frunciendo el ceño y otros intrigados.

—¡Es la señorita Runirix!

Con lágrimas y reverencias exageradas, los elfos dieron la bienvenida.

La nariz del cocker spaniel tiembla, un chiflido de nariz congestionada emerge de la conmoción de aquellas criaturas domésticas, conmovida por ellos pierde la fuerza en sus patas traseras, cayendo de sentón al ver a algunos de sus elfos entre las personas nuevas a conocer. Con la pata trata de secar sus lágrimas que van mojando el pelaje mostaza transformandolo a un color brownie.

—¿Es ella... ?—dice absorto, Slughorn.

—Es la Señorita Bruneila Sabbath Black, la última Runirix y animaga de la realeza, será parte de la familia y me encantaría que os hagáis buenos amigos. —dice Dumbledore.

Todos los elfos presente aplauden por el anuncio de Dumbledore, Mcgonagall observaba sorprendida aquella noticia. Sonriendo igual como todos los demás, asintiendo ante el pedido.

—Yo la cuidaré muy bien, Señor Dumbledore —acepta Hagrid emocionado.

—No dude en contar con mi ayuda Señorita Runirix —dice con educación Madame Prince, la bibliotecaria.

—¿Podríais evitar decir mi apellido real? Ahora soy una Sabbath Black, sería agradable que se dirigieran en honor a esa familia. —dice la cachorra.

—No hay problema Madame Sabbath —acepta Pomfrey con una sonrisa dulce.

La cachorra hace una reverencia, al igual que no pasa desapercibido el movimiento alegre de su rabo de pelaje ondulado y largo.

—Muchas gracias por su recibimiento a este gran hogar, espero no dar muchas molestias.

Dumbledore ríe un poco.

La gata sisea estresada, su cuerpo se curva y tensa tras observar a la cocker spaniel. El hombre que la lleva entre sus brazos la intenta amansar con caricias por todo el lomo, detrás de orejas y bajo el mentón.

Una cachorra en Hogwarts![Fred Weasly]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora