• Final •

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TaeIl seguía viendo los peces cuando la alarma de Pyo sonó, era la hora del almuerzo.

Tenía hambre pero el menor se veía tan entretenido y no lo podía dejar solo.

-TaeIl -lo llamó esperando a ser atendido- Es hora de almorzar...

-Oh -exclamó, hasta ese momento no se había percatado del hambre que tenía. Por suerte llevaba una lonchera con kimchi, verduras y un poco de arroz.

-Podemos volver luego -lo animo, se veía muy feliz estando ahí, no tenía motivos para sacarle esa felicidad cuando estaba en una situación tan complicada.

En una hora ya cerraria el Zoo y él tendria que llamar al servicio social para que se llevaran a TaeIl.

En silencio caminaron hacia un banco, a su alrededor se encontraban los pavos reales caminando con libertad.

TaeIl abrió su mochila para sacar su lonchera y JiHoon pudo ver que también llevaba un peluchito. Sonrió por la ternura.

-TaeIl.. -El nombrado giró dandole atención- ¿No estas triste?

Ya sabía a que se refería.

-Supongo.. era algo que era muy probable que pasara, que ella me abandonara -contestó jugando con sus manos-. Ella no me quería mucho, siempre me echaba la culpa a mí por haber arruinado su matrimonio pero yo realmente no hice nada. -Suspiro- En realidad soy hijo de su hermano y como mis padres biológicos murieron me entregaron a ella... Mi tia.

-Oh -Pyo no tenía palabras. Sentía muchisima pena por el chico, quién no tenía culpa de nada.

Comieron en silencio, sin decir ni una palabra. No era necesario decir algo, no estaban en un silencio incomodo como para romperlo.

-¿Quieres volver al acuario? -le preguntó cuando acabaron el amuerzo.

-Sí pero no es necesario que me acompañes, tienes trabajo -Ambos sonrieron y Pyo lo abrazo con confianza.

-Está bien, en una hora te buscaré porque cerrará el zoológico.

El hibrido asintió y correspondió el abrazo del alto.

Sus corazones dieron un fuerte latido que los impresiono a ambos.

Se separaron con una sonrisa nerviosa y cada uno se fue por su lado. Pyo tenía la confianza en que el menor no se escaparía y se iría, se veía lo suficientemente maduro como para aceptar la realidad.

-Niños no le den comida a los animales por favor -interrumpio las travesuras de dos niños que corrieron al ser descubiertos.

Suspiró y siguió caminando viendo que todo estuviera en orden, pero parte de su concentración se enfocaba en el pequeño hibrido, que aceptaba que le encantaba.

-A la mierda la guardia -maldijo, caminó hasta el acuario para ir a ver al menor y si podía quedarse a charlar con él.

Cuando llegó abrio un poco la puerta intentando que no lo descubriera espiandolo.

TaeIl se encontraba sentado en el suelo viendo a un pulpo frente a él. Sus manos estaban pegadas al vidrio observando con determinación al animal.

Se veía adorable y le encantaría estar ahí con él, charlando sobre cualquier cosa que el menor quisiera charlar.

Se adentró al acuario y se acercó para sentarse en el suelo. El chico se sorprendio al verlo y su rostro se volvio una mueca triste.

-¿Ya es la hora? -preguntó con desilusion, lo que menos quería era irse del acuario, porque le fascinaron los animales marinos.

-No, vine a hacerte compañía -susurró abrazandolo por los hombros. TaeIl se sonrojo por el abrazo y con timidez apoyó su cabeza en el cuerpo del peliblanco.

-TaeIl, ¿Sabes que tengo que llamar al servicio social para que te lleven no? -preguntó en un susurro.

El hibrido se escondio en el pecho del mayor.

-No quiero Pyo -confesó con las lagrimas asomandose en sus ojos.

-¿Por qué no? Ellos te buscaran una familia -lo reconforto acariciandole la espalda para que no llorara.

-No quiero una familia -susurró-, tengo miedo de que me vuelvan a tratar mal...

-Se aseguraran de buscarte una buena familia. -Sintio al menor acurrucarse en su pecho, se sentía bien estar así, era comodo, no por la posición, si no por el cariño.

-Quiero estar aquí siempre -susurró-, los peces nunca me juzgaran por nada.

Pyo sonrió por la ternura del chico.

Pero la sonrisa se fue cuando una idea se paso por su cabeza: llevarse a TaeIl con él.

-Es mi obligacion llamar TaeIl.

Aquellas palabras eran más para él que para el hibrido. No podía hacer una locura así ¿Como podría cuidar de alguien más cuando a penas llegaba a cuidarse bien él?

-Está bien -aceptó con tristeza.

Se quedaron un par de minutos más abrazados, el mayor intentando reconfortar al bajito.

Su alarma sono e hizo una mueca.

-Ya es hora TaeIl.

El nombrado asintió y se apartó.

-Pyo... -Sus mejillas se sonrojaron- ¿Me cargarias?

El guardia sonrió y lo tomó de los muslos para cargarlo, el híbrido salto y como koala se sostuvo del cuello de Hoon.

Caminaron hacia la oficina a paso lento, disfrutando la cercanía de los dos y nuevamente ese fuerte latido volvio a suceder.

Cuando llegaron Pyo dejo al menor para dar el aviso de que las puertas del zoológico ya cerrarían y también para llamar al servicio social.

Marco el numero y lo pensó por unos segundos.

¿Realmente es lo que el menor queria? ¿Tambien era lo que él quería?

No.

Colgó el telefono y se giró hacia TaeIl quién lo vio con una tristeza inmensa que se podía ver perfectamente en sus ojos.

-TaeIl.. ¿Te gustaría vivir conmigo? -Las orejas del híbrido se alzaron por la sorpresa y por la emoción.

Con una enorme sonrisa el menor se tiró sobre JiHoon para abrazarlo.

-¡Claro que sí hyung! -exclamó con una enorme felicidad.

•••

Ya esta el final:(

Les gustó?

Aun queda el epilogo, no se vayan! Ajjsjsja aunque nadie lee esto:(

Alone {TaePyo}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora