💠El tablero.
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Narra escritora:
Eros, dios del amor, no pensaba quedarse con los brazos cruzados mientras esperaba en resultado de la pelea. Bajó desde el Olimpo llegando a la entrada de aquel hogar que tanto le interesaba.
Tn___ estaba dentro de su alcoba, toda su familia se encontraba reunída en la planta baja del hogar, pero ella se había aislado de aquella reunión. Estaba sentada en la cama esperando a que algo pudiese ocurrir, o almenos que su familia se fuera para poder salir; un frío recorrió su espalda haciéndola temblar de un indescriptible miedo que la inundó inexplicablemente. Se levantó de la cama y se dirigió hacía la puerta como si fuera necesario escapar de aquella recámara, apenas tocó la manecilla cuando escuchó una voz totalmente familiar. —¿Ya te vas?– Preguntó al mismo tiempo en que se escuchó claramente como tomaban asiento en el acolchonado de la cama. Tn___ tuvo miedo de mirar hacía atrás, pues tenía bien claro de quien se trataba.
—S-solo iba por un vaso de agua– dijo tratando de mantener la calma. —¿Qué haces aquí, Dios del amor?– finalmente se armó de valor para girar a ver al rubio que tenía sus ojos fijamente clavados en ella.
—Vine por tu respuesta.– respondió el dios mientras se levantaba con una sonrisa en los labios. —Supongo que ya lo has pensado bien– se acercó a ella y tomó su barbilla delicadamente con la mano derecha. —¿No es así mi querida reina?–
—Y-yo...– No sabía como exactamente responder, pero si tenía clara una cosa, ella no deceaba estar con él. —No quiero.– apartó súbitamente la mano del dios apegándose más a la puerta tras ella para alejarse almenos unos centímetros de él.
Eros la miró sorprendido, ¿Realmente ella se había negado a ser su reina? Nadie, NUNCA se había negado a estar a su lado, esto lo tomaba totalmente por sorpresa. Su expresión de sorpresa desapareció segundos después, volviéndose entonces a una expresión ceria. —Entiendo... Supongo que tendrá que ser por las malas.– sus bellos ojos avellana se tornaron de un azul celeste muy inusual y luego a un rojo carmín demasiado intimidante, lo que logró que Tn___ se asustara de forma espontánea.
—¡Tn___!–Fue en ese preciso momento cuando la voz del peliazul se hizo presente detrás del dios, quien volteó a verle e inmediatamente desapareció ante los ojos de ambos.
—Kanon!– Tn___ corrió hacía él para abrazarlo. —Gracias a Zeus que llegaste. ¿Como has entrado?–
—La ventana estaba abierta... Pero olvidemos eso, ¿Estas bien? ¿Te ha hecho algo?– preguntó preocupado tras separarse un poco del abrazo para mirarla con atención para asegurarse de que estuviese bien.
—Estoy bien, no te preocupes.–
—Me alegro.– acarició su mejilla. —Tenemos que irnos.–
—¿A donde?–
—Te llevaré a Grecia, ahí estarás segura.– sujetó su mano y tiró levemente de ella girándola hacía la ventana.
—¿No sería mejor salir por la puerta?–
—Hay una reunión ayá abajo, ¿Crees que te dejarán ir conmigo?– Tenía razón, Tn___ ya no lo pensó más y solo accedió a ir con Kanon, él le informó sobre todo lo ocurrido al llegar a (T/p), incluyendo lo que Damian le había dicho, al escuchar todo sobre lo que Damian sabía sobre la “Reina”, recordó lo que Eros le había dicho la primera vez que la visitó:
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El Juego De Los Dioses (KanonxTn___)
Short StorySegunda Temporada de La Última Mujer Del Mundo. -Prometeme que jamás me dejarás sola- pidió ella mientras le abrazaba. -Te lo prometo, jamás te dejaré, no importa donde estés, no importa a donde vayas, yo ire contigo y te protegeré aunque me cueste...