Una mujer delgada y morena irrumpió en la habitación y me apuntó con una pistola, aunque nada más verme la guardó y se arrodilló a mi lado. Me empezó a hablar, tranquilizándome mientras me quitaba las cuerdas que apretaban fuertemente mis muñecas, pero yo no lograba entender nada. Me ayudó a levantarme y me sacó de aquel lugar. Según avanzábamos por la casa vi a algunas de las otras chicas, también acompañadas por policías, y algunos cuerpos de aquellos hombres tirados en el suelo desangrándose. Fuera de la casa había ambulancias y demás coches de las fuerzas de seguridad.
-¿Cómo te llamas?- logré deducir que me preguntaba la mujer que me estaba acompañando.
-Maylea...- susurré en un hilo de voz.
-Yo soy Kono, del 5.0. Te voy a llevar a una ambulancia para que un médico te evalúe, no te preocupes, ya ha pasado todo.
En efecto, un médico de ambulancia me estaba esperando y enseguida me ayudó a sentarme en la camilla. Mientras comprobaba mis constantes vitales y el estado físico de mi cuerpo yo miraba el panorama. Había policías por todas partes, las chicas lloraban desconsoladamente y algunos de los hombres con los que había convivido durante tanto tiempo salían esposados y eran metidos casi a patadas en los coches patrulla. Jeremy me alcanzó con su mirada y pude sentir el escalofrío recorrer mi espina dorsal. Pero yo seguía buscando desesperadamente a Nate y el no encontrarle no sabía si me tranquilizaba o por el contrario, me inquietaba.
"Las lágrimas recorrían sus mejillas al observar su antebrazo y la C que lo adornaba. La joven de 16 años sentía uno de los primeros dolores que sufriría en aquella casa, la de un tatuaje que la marcaría de por vida. Jeremy se acercó a ella con una sonrisa cínica y la cogió de la barbilla susurrando "ya eres nuestra". Las manos de aquel hombre tocaron el suave cuerpo de Maylea, la piel agonizante de su brazo. Y en ese instante, ella supo que no sería la última vez que fuera a tener a ese hombre tan fieramente cerca."
No salí de mi trance hasta que un hombre prominente, con un chaleco antibalas y con una M16A4 se plantó ante mí. Pegué un brinco al sentir su presencia.
-Soy Steve McGarrett, capitán del 5.0. No te asustes.
Una de sus manos enfundada en un guante se apoyó en mi hombro y sentí, por primera vez, que aquella persona no iba a hacerme daño.
-Me ha comentado mi compañera que estabas encerrada en una habitación aparte, quería saber...
-¿Pero qué haces?- dijo la voz de un hombre rubio que acababa de llegar. El capitán le miró sorprendido, como si no estuviera haciendo nada malo.- ¿Le vas a preguntar eso ahora, enserio?
-¿Qué problema hay...?
-Perdónale, no tiene sentido del tacto- me dijo aquel hombre que, por cierto, usaba mucho las manos para expresarse.- Descansa, te iremos a ver en unos días, ¿vale?
Yo me limité a asentir y ver como ambos compañeros se alejaban discutiendo entre sí. El médico de la ambulancia me dijo que me recostara en la camilla, que me tenía que llevar al hospital para hacerme unas pruebas. Lo más extraño de todo era que al sentir que me alejaba de aquella casa, de aquella calle, de aquellas personas... me entraban unas ganas terribles de llorar porque desde años llevaba soñando con este momento.
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REDADA ❀Steve McGarrett❀
FanfictionEsta es una historia que mezcla el actual problema y violación de los derechos humanos de la trata de blancas, el difícil proceso de reinserción en la sociedad, y el primer amor, sano y noble, hacia el capitán de fragata y del 5.0, Steve McGarrett.