Cuando me haya ido

Capítulo 8.- De cosas que no puedes cambiar (Elecciones, Acciones y resultados).

Es extraño, cuando sabes cómo va a ser tu vida, o al menos piensas saber cómo será. Tienes sueños, esperanzas, quieres comerte el mundo de un bocado, y luego descubres lo que eres: No eres bueno en deportes, no eres bueno en matemáticas o como yo, te gustan las chicas.

Sinceramente después de descubrir esto, decidí esconderlo, decidí empujarlo lejos de mi mente y alojarme en un lugar seguro, la música, o los libros, pero eso no funciono, no pude quitar estos pensamientos, y no lo sabes hasta que lo eres, que esto de ser diferente no es una elección pre-programada.

Elegí seguir adelante, con esto del secreto y le dije a mi padre, no lo tomo tan bien, pero supongo que estas cosas pasan, no todos te apoyan y no puedes condicionar el amor de las personas por cómo actúan.  

Bella no está en casa desde el miércoles y hoy es viernes, esto ha parecido una eternidad, Camila sigue dando vueltas de un lado a otro por las noches y yo me mantengo alerta en los días para que pueda dormir, pero para ser sinceros no duermo en la noche, para que nada le pase a Camila.

-Tal vez no es Keaton- dije mientras acariciaba lentamente su cabello, ella estaba en mi pecho, eran alrededor de las 3 de la mañana y no habíamos dormido nada en todo el día.

-¿Te das cuenta de lo que pasara?- pregunto sin levantarse-Lo que pasara si…si es Keaton, ¡lo que nos hará!, ¿olvidaste esa noche?-

La mire por medio segundo, no era algo malo, esa noche fue de las mejores, claro no para Keaton.

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Un año y medio atrás:

-¿Qué mierda estás haciendo aquí Lauren?- Camila grito desde afuera del que parecía un club de mala muerte.

-Voy a mostrarle a ese idiota de quien eres novia que se debe respetar a las mujeres- grite intentando hacer mi voz más audible que la de la música.

Dos semanas atrás Camila había llegado a mi casa a las 2 de la mañana, tenía lágrimas en sus ojos y moretones alrededor de sus brazos, era obvio lo que había pasado.

-Tu hijo de…-Keaton me tomo del cuello con agilidad haciéndome detener mis palabras.

-Oh, muchachos miren…es la chica del café- dijo victorioso, miro a sus lados, 3 muchachos altos lo miraban, y una chica un poco más alta, de tez morena y labios voluminosos se colocó a su lado.

-¿Qué haces aquí Cariño?- me soltó y le dio un sorbo a su cerveza, todos alrededor se veían perdidos y era más que claro que Keaton estaba tomando su 5 o 6 cerveza.

-Viene a exigirte que dejes a Camila tranquila- grite empujándolo.

-¿Tu? ¿Quién eres tú para exigirme algo?- pregunto acercándose a mi cara.

-Soy su amiga- mentí con todos los dientes.

-¿Su amiga?, Yo soy el novio, mucho gusto, ahora lárgate de mi vista-

-Estoy harta de tu mierda- le grite de nuevo he “inconscientemente” lo golpee en la cara.

-Pero que…- lo escuche gritar cuando me alejaba del lugar, tome a Camila, que seguía afuera parada, esperando por Keaton y la subí al auto.

El salió por la puerta principal, y me miro con odio.

-Bájate Camila- le ordeno, ella iba a hacerlo, pero la detuve.

-No tienes que hacer nada nunca más- bese sus labios, y la pasión se intensifico, y olvide que Keaton estaba fuera del auto, porque los labios de ella estaban en los míos y el mundo se había detenido.

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Un ruido se escuchó en el cuarto de al lado.

-Lauren…- Camila susurro levantándose lentamente.

-Lo se cariño, yo lo escuche también…- Tome el bate que estaba junto a la puerta, y en el instante cuando quise salir, algo me golpeo en el rostro.