1.

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Adrien suspiró ante la insistencia de su amigo, a pesar de que era la octava vez que afirmaba que asistiría a la reunión casual que había planeado Alya aún continuaba con su insistencia, asintió con la cabeza por cada punto que recalcaba el moreno, reicriminando porque no solicito su ayuda si iba a escapar, río ante su comentario mientras masajeaba su cien, sin duda Nino solía ser más estresante que tener novia.

—bien la próxima vez te pediré que te disfraces de un soldado para que me ayudes a escapar.

—lo llamaremos la misión Rapunzel —exclamó moviendo sus manos en dirección al cielo —es para una película, el hijo de un famoso, aquí suena música de espía, el amigo profesional a la hora de escapar, de nuevo música más genial que la anterior, el padre que piensa que por salir un momento puedes morir, música de pánico, y la asistente  cequite del mal que apoya ambos bandos, música a su nivel —Adrien soltó una sonora carcajada por las ocurrencias de su amigo —el hijo del famoso que es una diva de cabello dorado como Rapunzel que no señores, no está encerrado en una Torre, más bien en una mansión con tecnología más avanzada que la nasa.

—¿Seguirás con eso?

—¡Viejo! ¿No recuerdas cuando tu padre nos encerró a todos porque se acercaba un akuma? —su amigo asintió inseguro —¡¿Qué no viste esa tecnología?! No me sorprendería que tenga un misil o armas que salten de pronto por si alguien entra a robar sus diseños, que por cierto son los más codiciados de Francia.

—oh vamos Nino, estás delirando, es un sistema de seguridad que se utiliza más en países como en Alemania, Estados Unidos, Japón y Rusia.

—hermano, sin ofender pero eres idiota.

—auch —bromeó.

—podría afirmar que tiene alarmas silenciosas.

—por toda la casa —afirmó —creo que hay más alarmas silenciosas que ventanas.

—eso es demasiado —el rubio asintió con una sonrisa —¿Por qué tanta seguridad? —el de cabellos dorados se encogió de brazos.

—supongo que mi padre es paranoico, pero creo que es hora de que su paranoia continúe —recitó señalando con la mirada a su asistente que mantenía esa expresión de seriedad en su rostro sosteniendo su tableta escribiendo con una rapidez que dudaba fuera humana —nos vemos Nino —se despidió —no te preocupes, iré a esa reunión —el moreno le dio un par de palmadas en su espalda.

—tienes mi número y mis redes sociales por si necesitas un apoyo.

—serás en la primera persona en la que pensaré.

—esta bien, está bien, ahora corre, no querremos que Gabriel Agreste se altere por 5 minutos de retraso —mencionó, tras chocar los cinco con su amigo se apresuró a subir a su transporte seguido de Nathalie, observó a través de la ventana como Alya se unía a Nino para dirigirse a la casa del chico, regreso la mirada hacia la entrada de la institución, Marinette respiraba agitada sosteniendo su mochila con un brazo, bajo el vidrio para despedirse de ella, sin embargo el vehículo se puso en marcha al instante, diablos, no logro despedirse de su amiga. Era su amiga ¿cierto?
No era como si desde que la cargo en brazos cuando se encontraba alterada afectará un poco sus sentimientos.

—Adrien —el rubio asintió escuchando la voz de la asistente de su padre, la mujer lo examinó reparando en los cuadernos que sostenía en sus brazos —¿Y tú mochila?

Diablos, otro error, su rostro se transformó en una mueca aterrada, aquella mañana su mochila había recibido la riña entre Lila Rossi y Chloé, la rubia molesta por la actitud de la de piel canela abrió su botella de agua lanzándole el líquido, Lila al apartarse fue el Agreste quien recibió el impacto, para ser exactos su mochila.

—¿Podrías detenerte? —pidió a modo de suplica, la de lentes le autorizo aquello —vuelvo en cinco minutos —exclamó para así emprender marcha hacia el Collège, tal vez hubiera sido más sencillo pedir que regresara en lugar de salir corriendo como desesperado.

Suspiro con alivio al notar que la puerta de la escuela continuaba abierta, sin embargo sus ojos repararon en su amiga, Marinette conversaba detonando nerviosismo con Luka, el joven de mechones azules mostraba una emoción al hablar con ella, sin embargo percibió como un objeto resbalaba de los dedos de chica con descendencia asiática, y como ambos observaban la diminuta púa en el suelo, el joven se agacho para recogerla, aún de rodilla tomó la mano la adolescente depositando la pieza básica para tocar regalándole una sonrisa, pronunciando algo que no lograba entender.

—¿Adrien Agreste? —mencionó el director Damocles confundido al verlo a mitad de las escaleras con la mirada puesta en los jóvenes que ahora reían.

—¡señor Damocles! —exaltado continuó su camino aferrándose a sus útiles —¿podría entrar?

—eh —rasco su barba inseguro, al ser miércoles era el día que tomaba para en fundarse en el rol de héroe.

—por favor —suplicó —deje mi mochila en el aula, solo entro por ella y me marchó.

—bien —el hombre se aparto dándole paso al modelo, quien corrió hasta el salón donde tomaba las clases golpeando su frente al recordar que Nino le había aconsejado llevarla donde estaban los casilleros, corrió con rapidez hasta esa zona ubicando inmediatamente su mochila, suspiró con alivio acercándose con lentitud, tanteo la tela asegurándose de que ya no estuviera mojada, una sonrisa de satisfacción se dibujo en sus labios.

—deberías conseguir una mochila anti ataques femeninos —escuchó la voz del gato negro, soltando una carcajada por su comentario —ya vamos Adrien, quiero mi queso.

—tu apestoso queso —añadió.

—mi apestoso, delicioso, hermoso y perfecto queso —corrigió para después sumergirse en la mochila esperando a que el Agreste metiera sus materiales —dijiste 5 minutos, diría que Nathalie tendrá un ataque de pánico, no me sorprendería que entrará por esa puerta gritando que donde esta rapunzel.

—Plagg... —frunció los labios debatiendo si debía reírse por el comentario del kwami o tal vez ofenderse.

—miraste a esa chica tanto tiempo, estaba considerando golpearte o morderte con tal de que reaccionaras.

—tonterías —tomando el mango de su maletin mochila se dispuso a regresar a la limusina —sólo observe unos segundos.

—pues parecías estar celoso —canturreó —al parecer los comentarios de Nino sirvieron de algo.

—Plagg por favor...

—es linda, pero algo extraña, aunque sus padres hacen el mejor pay de queso que existe —comentó —si te casas con ella tendré eso una eternidad, tu tendrás galletas ¿Existe algo mejor?

—Plagg deja de molestar —reclamó despidiéndose con un gesto del director del Collège —es una tontería, yo no estoy enamorado de Marinette.

—yo nunca dije que estabas enamorado de ella —habló con tono cantarin soltando una pequeña carcajada —al parecer lo estas, bien, casate con ella y vóila, una vida feliz.

—¡Plagg ya! ¡Si estoy enamorado de Marinette no es motivo para que estés molestando con casarme con ella! —gritó avergonzado con sus mejillas llameando, se detuvo cubriendo su rostro con sus manos reflexionando sobre sus palabras, pedía que la joven ya no estuviera cerca.

—¡¿QUÉ DEMONIOS?!

Adrien solo podía repetir en su cabeza "diablos", se giro sobre sus talones mostrando una sonrisa inocente ante esos ojos en busca de información.

Enamorado... [Terminado] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora