Enamorado... [Terminado]

7.

Adrien suspiró aún abrumado, bebió del vaso de limonada que le había entregado Alya con afán de que se calmara, la vergüenza se estaba adueñado de su ser, no se atrevía a levantar la mirada, a su lado Chloé trataba de animarlo dándole unas palmaditas en su espalda; sabía por palabras de su camarada que Luka y Marinette conversaban juntos, lo cual le generaba un pequeño malestar en su estómago, había hecho el ridículo frente a todos sus amigos y por recientemente descubierto nuevos sentimientos, esa noche le parecía la más eterna de su vida, y apenas eran las 10 de la noche. Bufó cansado, tal vez después de todo era hora de retirarse, hablar con Plagg, aunque posiblemente era una mala idea.

—sé lo que estás pensando Agreste —Nino se cruzo de brazos —tienes que divertirte un poco, tal vez acabas de mostrarte como un bebé llorón frente a todos, pero mira lo positivo, a las chicas les derriten los hombres sensibles.

—estoy agotado —confesó —desde la revelación de que estoy enamorado —murmuró —todo ha sido una montaña rusa de emociones, estoy agotado...

—callate —ordenó la Rubia —voy a iniciar todo tu momento, así que aprovechalo —se levanto aplaudiendo sobre su cabeza, atrayendo las miradas de los presentes —¿Qué les parecen unos juegos?

—claro, porque no, como cuando estábamos en el jardín de niños —comentó Kim en forma de abucheo —que aquí este un bebé no es nuestra culpa —con sus palabras el Agreste se sumergió en el sillón, colocándose el gorro de su chamarra escondiendo su rostro.

—claro, el que solo puede dormir con las pistas de Blue de fondo —atacó incitando a las risas de sus compañeros.

—¿Cuáles juegos tienes? —interpeló Iván.

—Alya —la morena sonrió sacando una caja brillante con un espacio para sacar algo del interior, lo dejo en medio de la sala atrayendo las miradas curiosas —esto se llama papel curioso —exclamó con orgullo —aquí están los nombres de todos —señaló el tarron que cargaba la organizadora —pero no solo una vez, los que tienen un nombre corto tienen más papeles con su nombre que los que tienen un nombre largo, solo puedo asegurar que los rivales tienen más oportunidades de hacer el ridículo —explicó —si su nombre resulta elegido, tendrán que sacar un papel curioso, puede ser un reto o una pregunta.

—así que ¿Quién juega?

—¿por qué los de nombre corto tiene más oportunidades de hacer el ridículo? —cuestionó Rose con una mirada inquisitiva.

—porque es un papel por cada letra de tu nombre.

—muy bien ¿Quién juega? —preguntó la morena de nuevo con una sonrisa pícara, sabiendo que los papeles tenían un verdadero reto.

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Sonoras carcajadas se escucharon a su alrededor, comenzaba a sentirse mareado, cuando Chloé comenzó aquel extraño juego lo creyó algo divertido, y así fue, los primeros retos consistían en pintarse levemente los labios, contar una situación vergonzosa, pero tuvo una gran incertidumbre al ver a la de ojos azules observa con complicidad a Alya, quien sostenía un vestido azul en sus manos. Tal vez era demasiado débil como para no soportar unas cuantas bromas, o que se burlaran de él, una parte de él estaba llena de gracia por la situación, sin embargo, la otra temblaba de miedo. Aquel día no era de los mejores para el.

Las latentes ganas de llorar no se habían marchado, más bien aumentaron cuando el músico beso la mejilla de su amada con dulzura y ella se dejaba querer.

¿Cómo era posible que alguien descubriera sus sentimientos de un segundo al otro y estos ya estaban afectactando todos sus sentidos?

No encontraría una respuesta a la incógnita, se recargo en la puerta de madera reflexionando sobre su día, había iniciado con un desayuno totalmente relajado, siguió con una camino tranquilizante, pronto ya se encontraba con Nino discutiendo por mm primera vez en día sobre la famosa reunión, las clases fueron tan fluidas como el tomar un trago de agua, y después de hablar con Nino, la explosión de celos, las palabras de Plagg y las vergüenzas de le habían hecho pasar. No era su día.