❥Prólogo.

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000: Lo que no fuimos.

Todo lo que fuimos terminó muy mal
Esta es una historia en la que se escribió el final.

Todo lo que fuimos tenía que acabar
porque de una chispa nos pasamos a quemar


Es chistoso como la vida la vueltas inesperadas

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Es chistoso como la vida la vueltas inesperadas. Y un gran ejemplo de esas vueltas sin duda alguna fue la vida de aquel mexicano y aquella argentina. El había viajado desde Cancún hasta Buenos aires detrás de aquella castaña de ojos verdes que creía que era el amor de su vida, pero lo único que hizo ella fue confundirlo y finalmente despreciar su amor, claro, hace unos años le había dolido mucho, pero ahora le daba las gracias por haberlo hecho, de no ser así el no estaría hoy aquí, frente un altar a punto de convertirse en el esposo de nada más y nada menos que Ámbar Smith.

Por otro lado, la vida de la rubia antes de Simón era una completa mentira, ni siquiera podía confiar en sus amigas. Fingía tener la vida perfecta, los padres perfectos y el novio perfecto. Pero claro, su vida tan solo se basaba en apariencias, todo iba tan bien hasta que esa chiquita se apareció en su vida, quitándole la atención de todos, su lugar en la pista, su novio, sus amigos e incluso su familia. Años atrás lo único que sentía por ella era odio por aquella castaña, pero ahora todo había cambiado, porque de no haberla odio tanto ni siquiera se hubiese interesado por aquel chico sin chiste. Hoy estaba tan solo a unos minutos de convertirse en la señora Álvarez.

-No sabes lo que daría para poder ver lo hermosa que estas con ese vestido -dijo Sharon tomando por sorpresa a la rubia quien terminaba por dar los últimos retoques a su maquillaje. Ámbar la miro en silencio. -Perdón.

Se disculpó y una lágrima salió de su ojo.

-Mamá, no tienes por qué disculparte -se acercó, la abrazo fuertemente.

-Siempre me imagine este día. Tan solo que no creí que fuera Simón el novio. -rio levemente.

-Basta de parloteo -expreso Emilia quien llevaba color vino ajustado, que resaltaba a la perfeccion todas sus curvas entrando al pequeño cuarto donde se encontraban: Sharon, Ámbar y Sofía. -Sofía, linda, acompaña a tu abuelita hasta el auto, después tu mami y yo nos iremos.

La pequeña asintió y salió de ahí, tomando la mano de Sharon.

-Te ves hermosa -dijo casi en un susurro a lo que Smith tan solo sonrío y sin decir más la abrazo. -Ay ya, basta, tanta cursilería me aburre.

Se separaron. Los ojos de Emi se encontraban cristalizados, estaba muy emocionada y feliz por su amiga, pero no quería llorar enfrente de ella. Era una tontería e incluso ridículo, pero después de todo ella era así.

-Vámonos que se nos hará tarde.

Ambas salieron del lugar y se dirigieron hasta la salida de la mansión. Todos ya se habían ido tan solo faltaban ellas. Había algo raro, no había solo un auto, como se suponía que tenía que ser, había dos.

-Qué raro ¿no? -comento Ámbar, pero antes de que pudieran decir algo Tino y Cato bajaron de aquellos autos.

-Señorita Ámbar o ¿debo decir señora? -pregunto Cato con confusión.

-No, aun no es señora porque no esta casada -Respondio Tino con obviedad.

-Pero ya tiene una hija -el par de amigas se miraron y segundos después corrió abrazarlos, tenia mucho tiempo sin verlos, tanto que habia extrañado sus tonterías.

-Solo díganme Ámbar. -contesto y subió al auto. Emilia subio después de ella, pero se vio obligada a bajar porque según el par de hombres la novia tenia que ir sola en un solo auto y que por eso estaba el otro. En medio de quejidos y groserías Emi accedió a hacer lo que ellos decían aunque nadie le sacaba de la cabeza que eso era inútil.

Después de que el auto de donde iban Tino y Emilia se fuera un par de minutos después el auto donde se encontraban Cato y Ámbar hizo lo mismo, pero después de unas calles desvió su camino.

-Cato, creo que te confundiste de camino, la iglesia no está por acá -dijo la rubia con un poco de histeria.

-No, nada de eso Ámbar. Pasa que hay alguien que me dijo que quería hablar con usted antes de su boda, menciono algo de una sorpresa -dijo pensativo, tratando de recordar las palabras exactas que él había utilizado.

-¿Te dijo el nombre? -pregunto a lo que el rubio negó con la cabeza. -Llegamos -aviso, estacionándose, para después verificar que esa era la dirección.

(...)

Después de que Cato llegara a la iglesia con una carta en la mano destinada al novio, todo se había vuelto un completo caos, caos que la pequeña Sofía no terminaba de entender ¿Dónde estaba su mamá? ¿Por qué no había llegado a la iglesia? Y ¿Por qué su papá estaba llorando? No entendía nada de lo que sucedía y por lo visto nadie le explicaría, había escuchado decir a su tía Luna que Ámbar no regresaría, pero ¿Por qué su mamá no regresaría? ¿A dónde fue? ¿Por qué no le dijo nada? O ¿Por qué no se había despedido de ella y de su papá?

-¿Qué pasa papi? -pregunto la pequeña rubia entrando a la habitación de sus padres esa noche, después de que todos se fueran y ya que Simón se encontraba más tranquilo.

El moreno se encontraba sentado en la orilla de la cama, aun con el traje puesto mirando a la nada, al escuchar la voz aguda de su hija. Seco sus lágrimas rápidamente y le hizo una seña para que se acercara. La tomo entre sus brazos y la sentó en sus piernas.

-¿A qué te refieres, princesita? -pregunto, tratando de fingir que todo estaba bien.

-¿Dónde está mami? ¿Por qué no llego a la iglesia? Y ¿Por qué se canceló la fiesta? Ustedes dijeron que hoy sería un día muy especial -dijo mirándolo.

-Tu mami -aclaro su voz -se fue, por eso no llego a la iglesia.

-¿A dónde?

-No lo sé pequeña, no lo sé -respondió en un susurro tratando de contener el llanto. Después miro aquella carta, carta que hubiera preferido nunca leer.




 Después miro aquella carta, carta que hubiera preferido nunca leer

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LES PROMETO QUE ES LA ÚLTIMA VEZ QUE LA EDITO.

1|Buscando a Mamá [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora