Prólogo

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"Selena, no entiendo nada

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"Selena, no entiendo nada. Pensé que todo estaba bien, lo que sea lo podemos arreglar, bebé." 

 Ni siquiera podía mirarlo a lo lejos. Se tomaba de mis hombros con fuerza, como si me estuviera reteniendo con todo lo que tiene para no dejarme ir, pero lo tengo que hacer, porque si no destruiría su sueño, su pasión y por todo lo que ha luchado y no, no me podía permitir destruir todo lo que ha soñado desde que era pequeño.

Me odiaba por herirlo de esta forma, nunca peleábamos y según todos mis amigos, las personas en la escuela y cercanos a nosotros éramos la pareja perfecta, nacidos para estar juntos. Nos conocemos desde que estábamos en pañales, desde que yo recuerdo hemos sido vecinos y el ha formado parte de mi vida, siempre.

"¡Justin, por favor!" Quité sus manos de mis hombros y comencé a dar algunos pasos hacia atrás. Esto era lo más difícil y doloroso que me ha pasado en la vida. Estoy dejando al amor de mi vida, a mi mejor amigo y cada que vez que sus ojos derramaban lágrimas mi corazón se rompía más y más.

"Selena, ¿hay alguien más? Por favor dímelo. Dime la razón para que pueda ser más fácil olvidarme de ti"

"Es lo que menos quiero Justin, que te olvides de mi. Por favor ódiame, tenme todo el rencor que quieras pero por favor nunca olvides todo lo maravilloso que pasamos juntos. No te puedo decir nada, recuerda que te amo y siempre te amare, eso nunca lo dudes" Me acerqué de nuevo a él con mi corazón hecho trizas. Sus ojos miel me miraban vacíos. "Solo quiero que seas feliz y que cumplas todos tus sueños y metas Jay, te amo". Dejé un beso en su mejilla y volví a alejarme.

¿Cómo pude dejar que pasara este error? ¿Cómo la vida me pudo arrebatar a Justin así tan fácil? Por Dios, teníamos 17 años. Somos jóvenes enamorados y sin duda tenemos muchas cosas por delante. Lo que es seguro es que no puedo dejar que renuncie a sus sueños, que haga y viva la vida a lo máximo. Que consiga ser un jugador de hockey exitoso y pueda ser feliz haciendo lo que ama incluso si no estoy yo a su lado. Recuerdo todo lo que pasamos juntos y pareciera que no tuviera más lágrimas por derramar, sentía un agujero enorme en mi pecho, mi cabeza dolía, tenía nauseas y sabía que eso no era exactamente por lo ocurrido.

Pero esa caja, esta caja donde se encuentra ese pequeño objeto que cambio mi vida; sin embargo no podía dejar que cambiara la de el hombre que amo, sin importar que esto significará perderlo y realizar este viaje sola.

El fruto de nuestro amor descansaba en mi interior, específicamente en mi vientre.

Este era el único recuerdo que me quedaba de Justin, su hijo y aunque ahorita no reconozco la auténtica responsabilidad de cuidar a un bebé, criarlo, explicarle porque no tiene un papá, eso es exactamente lo que me parte el corazón. 

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Dear Justin #6 | JelenaWhere stories live. Discover now