Una vez conocí a un chico que le gustaba dibujar bellos dibujos, que no se los dejaba ver a nadie. Se encerraba en su habitación, fuera de la vista de las personas, y dibujaba solo. Sus dibujos eran muy extraños, muy abstractos. Su lápiz era una navaja y su lienzo, sus muñecas. Una noche estábamos tirados en mi patio, mirando las estrellas, cuando se levantó la manga y me mostró sus cicatrices. No estaba sorprendida. Yo sabía que hacer, así que levante mi manga y dije: “Yo dibujo también”.
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Drawed Skin » l.h.
Fiksi PenggemarUna vez conocí a un chico que le gustaba dibujar bellos dibujos, que no se los dejaba ver a nadie. Se encerraba en su habitación, fuera de la vista de las personas, y dibujaba solo. Sus dibujos eran muy extraños, muy abstractos. Su lápiz era una na...