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"Una historia de terror" capítulo extra.

Naruto se quedó unos minutos más mirando la aldea que ahora estaba destruída. Pensó en todos los niños, jóvenes y adultos que se encontraban ahí, descansando o jugando, y que de un momento a otro todos sus sueños y esperanzas se hayan esfumado.
No pudo evitar sentir nostalgia al ver ese lugar vacío. Cuando le informó a la Mizukage acerca de los acontecimientos, ésta no pudo evitar preocuparse por su hijo y sentirse demasiado furiosa por el hecho de que la aldea de Konoha no cuidara a sus shinnobis durante sus misiones. Naruto dejó que mandara una queja a la aldea de la hoja.
Sin embargo, las cosas no se quedaron así. Naruto supo que algo le iba a pasar cuando la mizukague le pidió que asisitera a su oficina a primera hora de la noche. Su mente sólo podía pensar en una palabra: peligro.

Era medio día y se encontraba caminando en medio de la aldea, sin ningún destino aparente. Kurama no le había molestado desde el incidente, con la excusa de que "era sólo un bebé llorón y eso le cansaba", así que había estado prácticamente solo.
Su estómago rugió, y supo que era hora de buscar un buen ramen para despejar su mente.
Sin más preámbulos se dirigió a su ramen favorito de toda la vida: Ichiraku Ramen.

Una vez llegó, se dedicó a oler con profundidad el increíble olor del ramen. No por nada le encantaba comerlo y disfrutar de su sabor y su olor. Jamás comería en otro lado que no fuera ese lugar.
Teuchi se encontraba de espaldas, cocinando el pedido de unas jovencitas que se encontraban platicando muy animadamente.
Ayame fue quién vio a su cliente favorito.

— ¿La orden de siempre? — Preguntó con una sonrisa.

Naruto asistió con entusiasmo.

Mientras preparaban su ramen, el aburrimiento le ganó y se dedicó a escuchar a las jovencitas al lado suyo.

— ¿Has escuchado que en la madrugada se escuchan ruidos extraños en las calles? — Preguntó una.

— ¡Sí! — afirmó la otra — He escuchado que se trata de un fantasma que se dedica a espantar, y que si se te aparece no podrás volver a hablar. Ha de ser horrible, ¿Verdad Shiirori? — Aportó.

Naruto puso los ojos en blanco. Un escalofrío le recorrió la espalda y los brazos.

— ¡Qué horror! — Exclamó la que se llamaba Shiirori —, ha de ser alguna clase de magia negra o del diablo. ¿Qué clase de fantasma podrá ser? — Cuestionó.

"¿Magia negra?, ¿Fantasmas?, ¿Diablo?, ¿Sin hablar?" Todas esas palabras flotaban en la mente de Naruto. Por un momento quiso irse a correr a su casa y encerrarse en su habitación.

Pero quería ramen.

- Aquí está. - Ayame le sonrió en grande y le entregó su ramen.

Naruto agarró los palillos y desconectó su mente de inmediato. Si seguía escuchando probablemente tendría trabajo para dormir esa noche.

"Claro, han de ser puros mitos. Cómo puede ser real algo como eso" Pensó, lleno de una sensación de alivio. Sin embargo, una risa nerviosa  se le escapó, causando que los otros clientes le miraran raro.

Satisfecho, Naruto caminaba por las calles de Kirigakure, con sus manos sosteniendo su nuca y con la mirada puesta en el atardecer y caminando hacia su hogar. Un bostezo se le escapó, y comenzó a caminar más lento. Estaba pensando en qué le iba a pasar al llegar a la oficina de su madre adoptiva, y se comenzó a mentalizar para el posible trauma que se llevaría. Sin duda nada bueno sucedería.

Un sollozo de una mujer le hizo detenerse a medio camino hacia la oficina y mirar hacia todos lados, en busca de la chica que causaba ese ruido.  Un ruido a su derecha, como si tiraran metal con fuerza hacia  el suelo, le hizo girar su vista rápidamente y ponerse nervioso. Luego, el mismo ruido hacia su izquierda. 

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⏰ Última actualización: Oct 09, 2018 ⏰

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