Ｅｔｅｒｎａｌｉｓｍ [Hetalia Cardverse]

1. Silence.

[Arco 1/4]

"La escena se congeló frente a mis ojos, recordándome que la historia era una pluma incontrolable sobre un libro donde el futuro, era decidido por los trazos de la sangre, disparos y llantos provenientes de la tinta obtenida de héroes, como aquel hombre."

Tystnad (2017), del Fanfic "Battle for the Sun",

De la historias de amor más mágicas que he leído.

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  Despertó abriendo los ojos lentamente. Percibió los latidos acelerados de su corazón asustado, pero el miedo le resultaba un síntoma familiar. Todas las oportunidades que soñaba con El Autor, creador de su mundo y dimensión, significaba un augurio revelador: ese día el nuevo Rey llegaría.

  Su longevidad se desapercibía en su cuerpo inmortal y joven; por lo que le habían dicho algunos de los humanos que conoció, sabía que no aparentaba más de veintitrés años actualmente. Se inclinó hacia adelante estirando su contextura, sentándose dificultosamente en su cama de estilo victoriana; donde los doseles habían acumulado un exceso de polvo en su exterior, prohibiendo contaminar el aire por dentro. Arthur se sentía agradecido de esa protección, detestaba la tierra en los poros de su piel.

  Aún se encontraba muy débil, sus "siestas" podían durar de una semana a dos meses, ya que el tiempo le era eterno y su límite de sueño superaba el de las personas comunes, dueños de cansancios normales. Además, para un ser como él, solamente estar despierto le consumía demasiada energía que recobraba en prolongados períodos de descanso.

  Extendió su mano temblorosa de piel pálida, liberándola del abrigo cálido de las suaves mantas; percibió el aire frío de su castillo de piedra por fuera de los doseles. Se estiró con un poco más de empeño hasta llegar con la yema de los dedos, a la cuerda gruesa de un color azul desteñido; la cual pendía desde el techo, perdiéndose en la abertura de madera que comunicaba con su sistema de engranajes. Tiró de ella con toda su fuerza; transcurrieron unos segundos y se escuchó en lo alto de su torre el sonar profundo de una campana de bronce. El retumbar del tañido metálico resonó desde lo alto de la estructura de piedra hasta el interior, transportando un eco familiar hasta sus oídos. Los habitantes del reino no sabían para qué era exactamente, pero la escuchaban en períodos de dos años al menos.

  Rebuscó por dentro de su camisa blanca, el collar que finalizaba en un hermoso reloj de plata pequeño. Consultó la hora y volvió a acurrucarse, escondiendo la sonrisa con la almohada, mientras contaba tres segundos para verlo.

  Arthur se desperezó otra vez en el mismo sitio, cuando una sombra se posó ágilmente en su ventana. Los ropajes reales tintineaban con sus adornos de guerra sobre el joven de cabello largo y negro que lo observaba despertar. Reacomodó su lanza por detrás de su espalda para ingresar, la cual terminaba en una amenazante cuchilla insípida como espejo; bajó del alféizar del ventanal, avanzando con gracia por la habitación hasta la cama de Arthur. Sus ojos de un brillante turquesa, de pupilas lineales como los de un felino en la penumbra. Su cabello cayendo lacio y desordenado por sus hombros.