»anoreхιc« ✿Joy Anderson✿ [PAUSADA]

°•°•°Seven°•°•°

#Diario uno, página 7.
Tenía aproximadamente unos ocho años -lo se, casi diez años y aún lo recuerdo como si hubiera pasado hace dos horas- y me encontraba como cualquier día de mi vida con mis primos, Golden y Gold.
Ahora que me detengo a inspeccionar... Que estúpido ponerle a dos mellizos casi el mismo nombre.
En fin, no había ingerido nada a lo largo del día a causa de que había estado en una seción de fotos de mi primo Gold.
Meg y Bon también me habían acompañado a verlo. Es decir, Mangle había estado coqueteando todo el tiempo con Foxy, pero Bon si me escuchaba, y algo que escuchaba eran los gruñidos de mis tripas al haber sido en aquel entonces las seis de la tarde y no haber comido nada desde las nueve del día anterior.
---Ey, Joy. ¿quieres un caramelo? Te hace ruido el estomago--- Bon, de su bolsillo sacó un caramelo de frutilla. Mis favoritos. Tenían el aroma de Mangle, y cada vez que los probaba imaginaba que el sabor de sus labios debía ser muy similar a aquél.
Sin dudarlo, lo acepté e ingresé en mi boca.
No tardó demasiado en que mi abuelo llegara. Aquel millonario hombre se detuvo frente a Gold, con el mismo semblante serio que el del menor.
---me enorgullece mucho saber que cedieras a participar de esto--- habló el anciano--- tu y tu hermano me han dado millones y millones, son una mina de oro viviente.
---Ajá, claro señor.
Yo era la única de la familia que le decía ‘abuelo’. El término ‘señor’ me parecía estúpido de aplicar en un familiar.
El anciano se acercó a mi, y al verme masticando un caramelo, añadió:
---Joy, por dios, deja de comer porquerías, ¿por que demonios no eres como tus primos? Ese físico perfecto y luego estás tu--- habló con despreció, inspeccionando me de pies a cabeza. Con un dedo pinchó mi estomago con brusquedad--- adelgaza por amor a dios.
Escupí el caramelo avergonzada, empujando levemente a Bon. En su momento, solo pude pensar que aquel niño tenía la culpa.
Todos tenían la culpa.
~Joy Anderson✿