Suga, aunque me pareciera grande, realmente era un tipo de mediana estatura y tamaño completamente normal, por eso no le encontraba explicación al porqué pesaba malditamente tanto. Su brazo estaba tras mi cuello, rodeando mis hombros, y aunque no apoyó todo el peso de su cuerpo contra el mío, sí que dejó que yo cargara con mucho porcentaje de este.
El pobre apenas podía andar y no paraba de jadear, desesperado y lleno de angustia. Tras la noche anterior el veneno que había consumido en la sangre de ese maldito Jin había penetrado en su sistema, enfermándolo.
V había dicho que ese estado de debilidad absoluto apenas duraría un día, pero esa mañana lo veía realmente mal y estaba preocupado por él. No quería perder a alguien importante, no otra vez.
Solo de recordarlo tenía ganas de tirarme al suelo y llorar hasta que se me saliera el alma disuelta en lágrimas y ya no pudiera sentir más nada; pero debía ser fuerte ahora que mi ángel protector con aspecto de diablo se hallaba tan vulnerable. No sabía ni si era capaz de protegerme a mí mismo, pero algo tenía claro: nadie tocaría a Yoongi.
Con cuidado, lo dejé en la cama y me senté a su lado, preocupado al escuchar sus quejidos mientras se acomodaba entre las cobijas. En pocas horas las clases comenzarían y, como era obvio, él no podría asistir y yo no podría prestar atención porque mi mente estaría en dos lugares distintos: en un espacio de congoja donde me preguntaría cómo estaba Yoongi y en otro de depresión, donde rememoraría como estaba Kook. Muerto.
- Jimin, no podré protegerte hoy mientras estás en clase... pero no te dejaré solo.
-¿Que? No puedes venir, Yoongi, no seas tont-Antes de poder seguir con mi insulto, el muy maleducado me cortó, como siempre hacía.
- No iré yo, apenas me puedo mover. He dicho a V que te acompañe todo el día.- Solo con ese escuchar ese nombre sentí la ira formando un nudo de plomo en mi garganta, obligándome a tragar saliva y con ella mis palabras malhumoradas. ¿Cómo alguien podía sentir tanto odio al escuchar una letra? Esa maldita V, v de vil asesino y mentiroso.
No quería oír hablar de él, verle o siquiera estar en la misma habitación que ese ser del averno. No después de saber que había observado a cámara lenta como de un disparo asesinaban a su supuesto amado y mi mejor amigo. Si tan poco valía la vida para él, que se muriera. Lo odiaba con todo mi corazón, o mejor dicho, con todos los pedazos punzantes de él.
No, no iba a pasar un día entero con un ser cínico y deshonesto que solo servía para causar dolor. Nunca había tenido, hasta entonces, ganas de abofetear a Suga (ni valor como para pensar en ello), pero cuando soltó eso tan a la ligera, como diciéndome que debía estar conforme sí o sí, pensé que le rompería la cara si no bromeaba.
- Me está vaciando. No tiene ninguna gracia.
- Te jodes, Minnie. Aquí mando yo y vas a pasar un lindo día con V si no quieres tener problemas conmigo después.- dijo con su característica sonrisa ladina en el rostro. Sí, lucía pálido, desvaído y ojeroso, estaba hecho mierda por el veneno, pero de todos modos su sonrisa fue radiante y sus finos labios rosados parecían tan deleitosos como siempre, solo que un poco más níveos. Ah, odiaba su forma de reír con superioridad. Sí, vale, era superior, pero ¡Odiaba admitirlo!- Sé que lo odias por lo que sucedió, pero no voy a dejar que seas un blanco fácil para esos capullos. Así que pórtate bien hoy con Tae.
- Te odio Yoongi, voy a patear tu culo después de esto.- dije rodando los ojos, aceptando aquella horrorosa condena a regañadientes.
Volvió a sonreír, pero no satisfecho sino malicioso, y esta vez sus ojos brillaron de forma lasciva-
- Y yo romperé el tuyo.
Maldito sea Min Yoon Gi por hacer que mi corazón se pare con frases como esa y por causar sonrojos tan violentos en mi que a veces creo que me desmayaré. Lo odiaba, aunque internamente debo decir aquella frase logró, junto a su rostro diabólico y sensual, hacerme estremecer.

ESTÁS LEYENDO
El don del dolor
VampirgeschichtenHumanos eternos en un eterno sufrimiento; con una sed que no calma al ser saciada. No hay mayor víctima de nuestros colmillos que nuestra propia mente. Dime, Park Jimin, ¿Acaso eres tú el elixir de mi maldición? Parejas: YoonMin, VKook (y NamJin)...