Fosfenos

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          Cuatro días, cuatro malditos días en los que tenía que seguir con mi vida para esperar mi próxima tutoría con Austin, era en lo único que podía pensar y seguía sin entender en qué puto momento había pasado todo esto. El amor es una de esas cosas que jamás me han interesado, por el simple hecho de que requieren de juegos engañosos para ganar, de ocultar aquellas facetas que sabías nadie querría conocer de tu persona, de ser alguien en un comienzo para luego mutar a otra persona y esperar que el sentimiento sea suficiente para que el otro no se aleje. Básicamente ser una mierda de persona para luego ser una mierda aún mayor. Y ese motivo conmigo en específico no podía ir si consideramos que siempre he sido la misma persona, que nunca he cambiado por nadie, por eso es por lo que el juego del amor nunca me había atraído.



          Sin embargo, apareció Austin, alguien con el que fui el mismo imbécil que con el resto del mundo pero que tuvo el descaro, o la valentía, de enfrentarme, de ponerme en mi lugar, y de dejarme en claro que, aunque yo creía siempre ganar, había alguien que podía hacerme perder. Eso fue lo que me hizo comenzar a enamorarme de él supongo, el hecho de que me enfrentara y que, a pesar de la forma en que fui con él, no hubiera decidido dejar de ser mi tutor.



          Decidí comenzar a esforzarme, no porque ahora quisiera impresionarlo o demostrarle que realmente podía conseguirlo, no, aquello no sería un motivo válido. Quería esforzarme para ser capaz de demostrarme a mí mismo que había más en mi de lo que dejaba ver al resto, que había elementos de mi persona que aún no conseguía descubrir por el simple hecho de que no había tenido la motivación correcta. Quería esforzarme porque, de esa forma, podría cumplir con todas las promesas que me había hecho a lo largo de los años, y que el chico había traído a la luz con un simple cruce de palabras.



          Los días pasaron y tuve que rendir un examen de lengua en el que apliqué todo aquello que Austin me había enseñado, desde lo básico hasta lo complejo. Creo que hasta el profesor estaba sorprendido con mi nueva dedicación que presentaba, pero había cosas que siempre sorprenderían al ser humano. Salí del salón con una tranquilidad que no había tenido antes, con un sentimiento de paz que me relajaba, sentía que realmente había hecho mi mejor esfuerzo y que todo lo que me había dedicado para conseguir mi objetivo daría fruto, y fue exactamente así cuando entregaron las calificaciones y logré mi primer 75 en lengua inglesa. Aquello era bueno y malo a la vez: Bueno porque significaba que realmente estaba progresando y podía sentirme más cerca de aquel título que se me escapaba cada semestre, pero malo porque aún no terminaba de conocer a Austin y si seguía mejorando a este ritmo mis tutorías se verían finalizadas demasiado pronto.



          Debido a una apuesta tuve que teñirme el pelo nuevamente, recordatorio de no hacer apuestas con Park Jimin y Jeon Jungkook por el resto de mi vida, pero pude escoger yo el color. Decidí ir por el celeste intenso, color que me recordaba la tonalidad del cielo de aquel día en el que tuve que aceptar por primera vez la presencia de sentimientos hacia otra persona. Min Yoongi teniendo sentimientos fuertes por otro ser humano y aceptando que no había nada que pudiera hacer para evitarlo, el fin del mundo claramente estaba cerca, al menos del mío, y aunque me diera miedo pensar en eso también me llenaba de una extraña felicidad. Si, todo es confuso en mi cabeza, pero no hay nada que se pueda hacer más que disfrutar aquella confusión y dejar que se vaya revelando la verdadera respuesta por sí misma.

Conexiones vitales (BTS AU Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora