Capítulo 4

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*Narra Alba*
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Miro mi móbil, son las dos de la mañana.
Estoy echa polvo, y además, tengo un enorme dolor de cabeza. Siento que me va a estallar. Y una de las causas de esto es que, el capullo de mi jefe me ha echado la bronca por tardar tanto en atender a los clientes, pero no me importa.
Y es que, cierta culpa la tiene mi querida señorita Domenech, que me distrajo hablando durante casi diez minutos. Me rio ante mi propio pensamiento porque, incluso después de irse, estuve bastante desconcentrada y distraida, no podía dejar de pensar en ella.
Llevo toda la jodida noche dándole vueltas a lo que pasó antes con Aída, estoy muy confusa.
Tal vez debería ir a la fiesta. Sí, igual si voy...acabo pasándomelo genial y que coño, así puedo verla de nuevo.
Por supuesto he cambiado de opinión sobre ella, parece una chica simpática, divertida y risueña, muy risueña. Joder no he podido evitar fijarme y es que tiene una sonrísa preciosa y unos ojos...Unos ojos verdes que volverían loco a cualquiera.
Y como olvidarse de sus labios...esos labios carnosos que tanto me apetecen probar. Cuando estábamos tan cerca...me moría por besarla.

Llego a casa, entro en silencio para no despertar a Bruna y me voy directa a la cama.
Dos horas más tarde, me encuentro sentada en mi cama, no puedo dormir, como tampoco puedo dejar de pensar en Aída.
Joder es que estoy echa un puto lio, sobretodo porque ella me miraba como si yo también le gustara o eso creo, pero estoy segura de que también me miro los labios y además estaba nerviosa y...
No, Alba no. No te montes películas, haber por lo que sé es hetero y creo que no ha estado con ninguna mujer...pero...¿y si yo le gusto?..
Pff, no sé, pero estoy echa un lio. Creo que lo mejor es no hacerme ilusiones ni montarme historias, no. Además, paso de complicaciones, prometí no volver a sufrir por amor, no quiero volver a pasar por eso...pero, ¿y si Aída es la indicada?,
¿y si ella es la única que me hace sentir de verdad?.

Me estoy rallando demasiado y encima el dolor de cabeza no cesa. Decido dejar de pensar en ella, o al menos eso intento. Entonces se me ocurre una idea. Mañana hablaré con Bruna, ella es la mejor persona para aconsejarme, sin duda.
Finalmente caigo rendida por el cansancio.

...

*Narra Bruna*
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Para mi sorpresa hoy me he levantado con ganas de cocinar, y, digo sorpresa porque, prácticamente, es Alba la que siempre cocina. La verdad es que está echa toda una chef. En cambio yo...yo simplemente me defiendo...algo.
Pongo a hervir un poco de pasta dispuesta a hacer unos deliciosos spaguettis a la carbonara, y es que, a Alba y a mi nos encantan. De echo empezamos a creer que estámos un poco obsesionadas con ellos. Enserio, lo nuestro no es normal.
Miro la hora.
Las dos de la tarde y mi querida amiga aún no se ha despertado, asi que, decido despertarla de una vez. Esta mujer duerme más que las marmotas.
Mientras me dirijo a su habitación una idea cruza mi mente. Vuelvo a la cocina y cojo la primera olla que encuentro en el armario junto con un cucharón. De nuevo, voy a la habitación. Me rio ante lo que estoy apunto de hacer. Después de esto Alba me matará, lo sé.
No sé porqué me viene una canción a la mente y entonces...

-Ande, ande, ande, la marimorena...-empiezo a gritar a la vez que golpeo la olla como si fuese un instrumento.

En ese momento, Alba se despierta de golpe y se dá tal susto que cae de la cama al suelo.
Yo empiezo a mearme de la risa.

-Joder! Me cago en tu madre Bruna! Ya puedes correr.-dice desde el suelo con cara de cabreo, yo sigo descojonándome.

-¿Y encima te ries? -añade.

-Jajajaja, per...per-dona Albin-digo aún entre risas.
Solo quería despertarte, son las dos de la tarde. Tía duermes más que mi abuela.

-¿Y eso es manera de despertar a alguien? Eres una perra mala Bruna.-dice Alba.

Coge un cojín, me lo lanza y me da en toda la cara. A continuación se levanta y me da un pequeño puñetazo en el hombro.

-Auuuch!-me quejo

-Eso por invécil. Además, duermo porque estoy cansada. Encima ayer llegué con un dolor de cabeza espantoso y apenas he podido dormir.-dice ya más calmada.

-Lo siento Albin, solo era una broma, jo perdonáme bebéeee.-contesto con una voz de niña pequeña para que no se enfade, cosa que, por cierto, aprendí de ella.

-Mmm...no me pongas esa vozecita que te la enseñé yo. Encima me he echo daño por tu culpa-dice poniendo morritos divertida.

Le miro poniendo ojos de cachorrito y al cabo de unos segundos sonríe. Me acerco a mi mejor amiga y me abraza.

-Sabes que no puedo enfadarme contigo hermanita, pero...te la devolveré con creces cuando menos te lo esperes-añade Alba riéndose cerca de mi oído.

-Jajaja oyee!! No seas mala.

-Jejehe, tu te lo has buscado pequeña-dice con una voz de malvada como si se tratase de una película.

Salimos de la habitación y Alba va directa a la cocina.

-Mmm, que bien huele! ¿Qué estás cocinando?, estoy muerta de hambre.

-Unos magnificos spaguettis a la carbonara, señorita paul-contesto orgullosa.
Alba me mira incrédula.

-Qué fuerte me parece. Tú cocinándo. Pff lo que puede salir de ahí...Espero que al menos sean comestibles.-dice la graciosilla de mi amiga.

-No te pases bollera, van a ser los mejores spaguettis que hayas probado en tu vida, tss.

-Jajahaha, a ver si es verdad-añade picándome.

-Ya lo verás, ya!

Mientras termino de poner todo a punto, Alba coge todo lo necesario y pone la mesa.
Diez minutos después empezamos a comer. Bueno, al menos eso hago yo porque Alba está deborándo el plato.

-Joder hija, o estás muerta de hambre o yo tenía razón y mis spaguettis están de muerte.-digo riéndome.

Alba deja de mirar el plato, entonces dirije su mirada hacia mi. Deja de comer, sonrie y habla;

-Creo que...están tan buenos que voy a llorar. Enserio, solo por esto te voy a perdonar lo de antes.-dice entusiasmada.
Alba coge una servilleta y se limpia como si se le cayeran las lágrimas. Yo me rio, aveces es taaaan tonta, pienso.

-Jajaha, amiga eres una exagerada!, pero ves.. yo tenía razón. Sabía que te encantarian-le saco la lengua y le guiño un ojo.

Tras más halagos sobre la comida por parte de amiga que, por cierto, se ha comido otro plato, nos sentamos un rato en el sofá. Hoy ninguna trabajamos así que, decidimos poner una peli de acción para entretenernos un rato.
Media hora después me fijo en Alba, la veo muy pensativa, además no deja de mirar el móbil, intenta escribir algo pero acaba borrándo el mensaje. Repite la acción una y otra vez.
Parece como si quisiera decirle algo a alguien pero no sabe muy bien el qué.

-Oye Albin...¿Estás bien?-me atrevo a preguntarle.
Deja el móbil y dirije su mirada hacia mi.

-Si...Bueno, en realidad no. Verás Bru...¿recuerdas que ayer estuve hablando con Aída?-

-Oh si! Se me olvidó preguntarte. Estuvisteis mucho rato hablando,¿no?-le digo

-Si, unos diez minutos. El caso es que...hemos arreglado nuestras "diferencias", ya sabes por lo de la fiesta de Lau...Ahora creo que nos llevámos bastante bien, es muy simpática.

Por fin recapacitan estas dos cabezotas, pienso.

-Lo ves! Si es que eso fue una tonteria, me alegro de que hayais hablado. Ya verás, Aída es una tía de puta madre, enserio.
En fin...entonces ¿cuál es el problema? Porque por la cara que pones te preocupa algo más.-añado.

-Bueno no es un problema exactamente. Es que...no sé si lo que te voy a decir es muy precipitado, pero.. creo que.. creo que me gusta Aída.

En ese momento me quedo literalmente flipando. Mi mejor amiga, ¿colada por dulceida?

*Continuará...

Infinitas vecesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora