Historias de una chica separada de su Sol.

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Y se encontró sola. En aquel oscuro lugar. Nunca había pensado que la soledad pudiese pesar tanto en un cuerpo tan pequeño, y que se pudiese echar de menos un todo, y nada a la vez. Ya no sabía en qué refugiarse. Qué pensamientos elegir para hacer al menos un intento de adaptarse. De crecer de nuevo, como una mala hierva que habían arrancado de su hogar sin el mas mínimo tacto, pero que volvía a crecer una y otra vez, imperturbable, aferrándose con fuerza a aquel lugar que le pertenecía con un contrato invisible y nunca nombrado. Pero no podía. Por más que lo intentaba, las raíces que intentaba aferrara aquel sitio no eran lo suficientemente fuertes, eran tanto o más débiles que ella. Y las raíces que la aferraban al sol se marchitaban cada día, rompiéndola un poco más por dentro. ¿Era la felicidad real, en aquella vida en la que intentaba sobrevivir como algo que no era? Ella era una parte más de aquel sol. Un rayo de luz más que desprendía calor en aquel espacio. Y en los momentos de más dolor, pensaba. Se torturaba a sí misma con pensamientos intrusos que la dañaban. ¿Habría su amado sol notado siquiera su ausencia?¿Habría algún otro rayo que estuviese igual de roto que ella por su ida? Debía de ser eso, se intentaba convencer, su sol estaba tan dolido como ella y esa era la razón de que no se levantase día tras día como antaño. Ese era el motivo por el que estaba condenada en aquella fría oscuridad en la que no se adentraba nunca del todo,confinada en aquella soledad que evitaba día tras día, situada en un punto desde el que poder ver a su sol salir y con él, poder encontrar en su desordenado interior una pequeña esperanza que le diga que todo volvería a ser como antes. Que encontraría una salida y volvería a ser un rayo más, abrazada al calor que le proporcionaría la sensación de hogar, de estar en el lugar al que perteneces. Pero por más que nuestra chica de fuego esperaba, el sol nunca se levantaba, nunca le mostraba aquellos rayos que ella tanto ansiaba sentir, y con aquella esperanza perdida, se iba algo de ella que no recuperaría.