¿Bebé?

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Narra Otabek

Me desperté tarde porque como Yuri me ganó el Grand Prix, anoche . . . bueno dejemoslo en que no pude dormir mucho. Me dí vuelta para abrazar a mi rubio, pero ya no estaba, sentí el ruido de la ducha y un golpe seco. Me metí al baño encontrándome con Yuri tirado en el piso de la ducha quejándose por el dolor.

-¿Estás bien Yuri?

-Si, fantástico, es solo que bañarme parado me aburre- notese su sarcasmo- ¿Vas a ayudarme o no imbécil?

-Ayer no decías lo mismo- dije con voz pervertida para molestarlo, se paró como pudo y me cerró la puerta en la cara. Es tan tierno cuando se enoja, lo llevaré a por unos helados y se le pasará.

Unas horas después habíamos terminado de comer, estábamos paseando cuando chocaron dos autos a una persona. Habríamos seguido de largo de no ser porque una voz conocida gritó desesperadamente mientras rompía en llanto . . .

-¡¡¡Victooor!!!

¡Era Yuuri el japonés! Mi rubio y yo nos miramos mientras salíamos corriendo para allá. Cuando Yuri era más pequéno y Victor recién ganaba su primer oro lo entrenó. Fue como un hermano mayor para él, no se si logrará resistir que le pase algo malo y ni hablar del japonés, justo ahora que se iban a casar . . .

Narra Victor

Estaba caminando con Yuuri, pero derrepente me empezé a sentir mal, quería vomitar pero no podía, ya me pasaba bastante seguido, también me mareaba de vez en cuando. Sabía que tenía que cruzar la calle, pero veía borroso, casi como antes de un desmayo, caminé sin distinguir la vereda de la calle. La bocina de un auto rojo me hizo reaccionar, pero era tarde, ese auto me esquivó, por hacerlo chocó con otro auto negro, que al dar marcha atrás me atropelló.

-¡¡¡Victooor!!!

Escuché algo parecido al agudo sonido de un micrófono cuando se cae y derrepente todo se escuchaba muy lejos, la ambulancia, los gritos, las bocinas, Otabek y Yuri intentando ver si estaba bien, todo era inaudible. Recordé que Yuuri iba conmigo ¿Estaría bien? . . .

Justo antes de que mis ojos se cerraran involuntariamente por completo, pude ver a Yuuri, llorando en mi pecho mientras temblaba, que bueno que esté bien.

-¡Carga 200! . . . ¡De nuevo! . . . Biiiiip . . . ¡Más potencia o lo perderemos! . . .

No podía moverme o abrir los ojos, lo único que parecía funcionarme era el oído, estaba frustradísimo, nisiquiera podía usar el tacto, nunca me había sentido tan inútil.

-¿Como está? Por favor no me mienta- ese es Yuuri, tenía tantas ganas de ir a abrazarlo, pero no podía, no sabía ni donde estábamos.

-Iba a morirse, logramos evitarlo, pero entró en coma. Los primeros meses son los más importantes, lo cuidaremos lo mejor que podamos, pero ya no se puede hacer mucho. Los dejaré solos, tenga paciencia joven Katsuki.

-Gracias doctora . . .- pude escuchar la puerta cerrarse y el ruido de la cama cuando Yuuri se sentó- Victor, nisiquiera creo que puedas escucharme, pero por favor te lo pido, no me dejes, te necesito, te amo.

Me destrozaba escucharlo asi, llorando bajito, suplicándome que no me muera ¿Qué voy a hacer? Mi carrera de patinador, mi boda, mis amigos, ese hermoso japonés que no podré protejer; todo está perdido. No tengo idea de que hacer para salir de este estúpido coma de mierda, incluso quiero llorar y no puedo.

Habrían pasado un par de horas, Yuuri seguía ahí, se abrió la puerta y escuché una escandalosa voz conocida.

-¡Victor, viejo flojo que ni se te ocurra morirte me escuchaste!- bajó el tono de voz y se entristeció, lo que me faltaba dos Yuris desconsolados al mismo tiempo- Si nos dejas no voy a perdonartelo- ya no pudo aguantar más y rompió en llanto como nunca lo había imaginado en ese orgulloso ruso.

-Ya, tranquilo Yuri, ven vámonos, deja a Yuuri con su prometido- esa seguramente sería la voz de Otabek, parecía decaído, es un gran amigo.

-De acuerdo y tu cuídalo bien cerdo- dijo mientras abrazaba a Yuuri (de esto Victor no pudo darse cuenta, claramente).

-Te lo prometo, ahora vayan e intenten seguir siendo felices, a Victor no le gustaría que se dejen amargar por esto.

-Lo harémos Yuuri y se fuerte, el no va a dejarte estoy seguro- dijo Otabek y después se fueron.

Comenzé a sentirme exhausto, mantenerme "despierto" me estaba costando mucho, asi que opté por apagar el último sentido que me quedaba y descanzar.

Al día siguiente

-Su condición ahora ya no es médicamente restaurable, todo está en manos de Dios, de la suerte, el destino, o de lo que sea que usted crea. Nosotros lo único que podemos hacer es dejarlo conectado a la máquina que lo mantiene vivo.

-Lo sé y se lo agradezco. Me gustaría saber si podrá volver a patinar, si despierta claro . . .- el siempre preocupándose por mi, si consigo levantarme de esta cama no me separaré de él jamás.

-En condiciones normales si, pero la pérdida del bebé lo dejó debilitado, es por eso que puede que tarde más tiempo en despertar o recuperarse.

-¿Bebé, pérdida, pero qué me está diciendo señora?- ¿yo estaba embarazado?

-El niño, lo siento mucho, tenía apénas dos meses y medio, es una lástima.

-Osea que durante el entrenamiento cuando . . . Por eso se mareaba últimamente, o cielos yo ni lo sospeché.

Por eso me sentía descompuesto y tenía mareos, porque estaba embarazado, embarazado de Chris . . .

Me siento vacío, inútil, débil, trastornado, no quería recordar lo que pasó y ahora resulta que cargaba con su hijo en mi vientre sin saberlo. Pensar que tuve que quedar en coma y perderlo para darme cuenta. Que vida más retorcída que nos tocó Yuuri.

Un omega para un omega~♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora