¿Qué pasa cuando tu tía, se va de viaje por asuntos de trabajo? Tal vez lo más lógico sería que te llevará con ella eh ir rentando y/o mudándose, pero no...
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Después de esperar bastante tiempo en el carro, con el relajante sonido de la lluvia cayendo sobre el pavimento. Hilda y Ash llegaron con varias bolsas en mano. Hilda al ver al carro se le vio con una cara de sorpresa, que no había visto hace mucho, la última vez que vi esa cara fue cuando anunciaron otro libro de Harry Potter y en toda esa semana estuvo hablando del dichoso libro.
Al parecer el carro es un Mustang GT del año 2012: Palabras citadas por Hilda y Ash. Color blanco con unas rayas azul rey que iba desde el parachoques delantero, hasta el parachoques trasero. Y otras cosas que ya no entendí bien. Hilda tampoco es que sepa mucho de carros, solo que ese en especial le gusta mucho.
Ash eh Hilda iban adelante y Misty, May y yo íbamos en los asientos traseros. Cada uno en lo suyo. Dirigí mi vista hacia la ventana, viendo las calles mojadas, la gente resguardándose de la lluvia, personas evitando mojarse poniendo torpemente sus manos sobre su cabeza. El vidrio se empezó a empañar, eh hice lo que normalmente hago en estos caso. Hacer dibujos sobre el.
—¡Oh Serena! –Canturreo Hilda– creo que amaras lo que escucharas.
Hilda puso el disco y empezó a sonar ¡Avril Lavigne! ¡Oh por dios amo a Avril! May, Misty y Hilda empezaron a cantar Girlfriend
—¡Vamos Serena! Únetenos, sabemos que amas a Avril Lavigne –Dijo May–
—Claro que no... –Me defendí y me cruce de brazos– También amo otras bandas. Como Simple Plan.
—Pero amas más a Avril.
— ¡Hey hey, You, you! I don't like your Girlfriend! –Cantaron al unísono las tres
¡Maldición...!
— ¡No way, no way! I think you need a new one –Seguí con la canción. Soy débil, lo sé.
—¡Hey, hey! ¡You, you! –Ahora fue turno de Ash.
— I could be your girlfriend
Bueno... Tal vez Ash no sea tan malo después de todo...
•••
Después de dar nuestro gran concierto en el auto de Ash, donde la gente se nos quedaba viendo como bichos raros, por cantar a todo pulmón. Llegamos a la casa, cabe recalcar que sigue lloviendo. No es que me queje, al contrario, amo la lluvia. Pero no tanto para pescar un resfriado o me de hipotermia... Bajamos corriendo del carro hacia la puerta de la casa, con bolsas en mano cada una, tocamos la puerta y esperamos a que abrieran.
«Ósea es tu casa ¿y no tienes llaves? »
«Conciencia, sabes que siempre pierdo las llaves. Ashley se encarga de abrir. »
