—Ah, noooo, ¡pero vos te volviste completamente loca!
Exclamó el padre de Ángeles cuando esta le entregó el contrato que Reymundo Flores les había dado.
Por fin habían logrado a llegar al acuerdo de hablarlo con los padres y tantear el terreno. Tomás había prometido a su vez hablarlo con el suyo, pero sabia que eso significaba castigo, algo que no hondeo mucho cuando los cuatro estaban jurando palabra.
—Mamá no esta en desacuerdo.
Mora no omitió palabra. Ángeles odiaba la figura del patriarcado en su casa; su padre no era el típico que accedia a sus caprichos y le decía princesa cuando se refería a ella, mas bien era ese padre promedio que estaba entre ejercer el bien y el mal.
Y su mujer, lo permitía.—Mamá y yo acordamos las cosas, Ángeles. Lo que ella diga no vale sin mi palabra también.
—¡JA! ¿Tambien? Pero no seas caradura... Las palabras de mamá no valen y punto. Acá se hace lo que vos decís.
—No me hables en ese tono que cada vez estas mas lejos de conseguirlo — le apuntó con su dedo acusador.
¿Cuantas veces tenia Ángeles que repetir que odiaba las injusticias? Y esa era una gorda.
—Hija. Tenés dieciséis años y tenés que estudiar, no andar perdiendo tiempo con estas pavadas...
Dijo mientras dejaba el contrato sobre la mesa, casi tirándolo como si le diera rechazo.
—Aparte — prosiguio— Es completamente ilegal lo que hace este hombre, ¿hablar primero con ustedes? Quiere endulzarles la realidad para lucrarse de eso. Ni opinión de los padres pidió.
—Si, acá esta todo para que formules una opinión — le señaló su hija.
—No seré abogado, pero tengo experiencia Ángeles y se que la letra chica tiene mucho mas significado que lo que dice.
Enojada, pero astuta, agarro el contrato mientras se iba a su cuarto. Escuchó finalmente un "ya se le va a pasar" dirigido de su padre a su madre.
Se encerró en su cuarto y agarró la lapicera que había sobre su escritorio. Miró al papel, miro la lapicera... ¿Realmente lo haría? Si ya se sobrepasaba con sus padres en una circunstancia tal como la de involucrar contratos, se sobrepasaría con cualquiera.
De nuevo la cara de su papá mirándola casi burlón, la sacó de sus cabales y decidió ir por el camino del mal.Sacó de su mochila el cuaderno de comunicaciones del colegio, y abrió una página que estaba llena de las firmas de su padre.
De nuevo estaba la pregunta: "¿realmente lo haría? "Y entonces todo dio para que su respuesta fuera negativa.
Escuchó a su madre discutir con su padre.
Abrió la puerta de su cuarto y se asomo por las escaleras sin hacer ruido.—¡La malcrias, Mora, la malcrias!
—No. Le doy fuerzas para que siga sus sueños.
—¡Pero tiene dieciséis años! No quiero que termine pensando que la musica lo es todo y deje los estudios de lado.
—La deberíamos apoyar en todo.
—En todo lo que genere más para su futuro, no lo que la pueda tirar abajo.
—¿Realmente crees que la apoyo para tirarla abajo?
—A veces creo que sí, Mora. A veces creo que sí.
Su madre empezó a soltar una sarta de insultos que terminaron con su padre durmiendo en el sofá del living. Ángeles se sintió culpable una vez mas de las discusiones familiares y dejó el contrato a un costado mientras se iba a acostar con una sensación muy fea en el pecho.
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TEENS 2.0
Teen FictionÁngeles, Tomás, Minerva y Alejandro se conocen por primera vez en la secundaria y forman el grupo VocalTeens con el proposito de ser reconocidos en la industria musical, ¿podrán muy a pesar de los obstáculos y dificultades de la edad lograr de cumpl...