Una sola acción decidirá el futuro del mundo como lo conocemos, una sola decisión podrá salvar o hundir el Olimpo, pero esa decisión puede ser alterada por la actitud de quienes le rodean, todo puede cambiarlo la forma en que el mundo se muestre ant...
Es curioso como el tiempo parece pasar volando en el campamento, siento como si fuera ayer que me reconocieron y empecé a vivir en la cabaña de Hefesto con mis nuevos hermanos y hermanas; pero aunque ya ha pasado casi un mes no logro acostumbrarme a esto, no logro sentir que estos chicos son mi familia aun siento que Tash es mi única hermana, por suerte estos chicos no se dicen "hermano" y "hermana" entre sí, sino sería muy difícil adaptarme. Pero bueno, la verdad a parte de ese pequeño detalle no ha cambiado mucho, sigo entrenando temprano, aunque ahora también he empezado a concentrarme en algunos de mis inventos, aunque gran parte fallan o explotan cuando intento probarlos y no entiendo el porqué, hasta Leo se extraña, al parecer a ninguno de los demás le sucede eso tan seguido.
Sacudo la cabeza tratando de concentrarme en este nuevo invento, aunque la verdad no estoy segura de que es, pero ninguno de los otros chicos suele saber qué hace hasta que lo termina, así que intento no preocuparme, de hecho casi siempre que estoy trabajando mi mente vaga hacia el pasado, aunque intento evitar a toda costa el pensar en Tash, aunque casi nunca lo logro, mi mente regresa una y otra vez a ese momento, el momento donde la veo muerta en el suelo.
-Rayos otra vez me distraje- me reprendo a mí misma mientras termino de ajustar los últimos detalles al pequeño modelo de un pegaso robótico que al parecer acabo de terminar- Bien pequeño, hora de ver que tal funcionas, aunque la verdad no sé porque siempre le hablo a las maquinas jeje-
Aparto un poco al pequeño pegaso antes de encenderlo, ya que no tengo la menor intención de que algo explote cerca mío, por fortuna, este modelo parece estar bien y después de unos segundos empieza a cabalgar por la mesa para luego alzar vuelo delicadamente; justo entonces me doy cuenta de lo silencioso que esta el taller, normalmente hay mucho ruido, aunque ahora que lo pienso parece como si cuando trabajara mis demás sentidos se adormecen, quizás por eso hasta ahora me doy cuenta de lo vacío que esta el taller, de hecho esta tenebrosamente vacío.
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-Por Hefesto bendito, porque no hay nadie aquí? hace un rato este lugar estaba casi lleno hace unos minutos- mientras hablaba me adentre un poco más en el taller buscando encontrar a alguien cerca de las fraguas o quizás encontrar el motivo por el que no había nadie, pero no vi nada por lo que di media vuelta decidía a regresar a mi pequeña estación de trabajo.
Fue en ese preciso momento cuando de la nada, escuche una ensordecedora explosión a mis espaldas y al momento siguiente estaba volando por los cielos, sin ni pizca de aire en los pulmones, para luego despeñarme hacia el suelo del campamento, que se encontraba a muchos metros incluso es posible que estuviese a kilómetros debajo; al sentirme caer cerré los ojos aceptando la inevitable caída y mi posible muerte a causa del fuego que me rodeaba y de la enorme caída; cerré los ojos deslizándome a la inconsciencia con la imagen del cielo azul rodeado de fuego y unos extraños ojos verdes pegados en las pupilas.
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