Chapter4:-
14:34 pm.
-Debo regresar a la oficina.-dijo de repente rompiendo el contacto.
-¿Estás segura de querer ir?
-Sólo quería despejar mi mente.
El mayor le tomó del mentón obligándola a mirarlo a los ojos.
-¿Sucedio algo malo?
La mujer desvío la mirada, y decidió callar.
No quería que tuviese más problemas por su culpa.
-No.-negó.-Ningún problema, todo está bien.
-¿Segura?-cuestionó.
-Basta.-se alejó dando un paso atrás y negó.-Park Jimin. Solo eres el padre de mi hijo, no mi pareja.
No deberías de estar preocupado de tu amante. De tú esposa sí, ve con ella.-Chaeyoung.
-Detenté por favor.-bajo la cabeza y apretó los puños.-No quiero que te me acerques más. Desaparece de mi vista, Park Jimin.-dicho esto camino apresuradamente alejándose lo más que pudo del joven rubio.
Sólo fueron segundos para estar presionada entré sus brazos.
La giró y tomándola de la nuca, la besó.Ella correspondió, abrazándole por del cuello. La diferencia de altura era notoria, ya que la pelinaranja estaba de puntillas hacia él.
Se separaron lentamente por falta de aire.
-Por qué... -murmuró bajo. Luego comenzó a golpearle el pecho, mientras lágrimas recorrían por sus mejillas.
El rubio le detuvo para responder.
-Porque eres mi todo, Roseanne. Me niego a dejarte sola en estos momentos.
-Eres tan molestó.
-Aún así me quieres.-ella sonrió débil.
-Jimin. No quiero que tengas problemas, ya es suficiente de que estés al tanto de mi estado.
-No dejaré que me alejes de tu vida.-dijo rápido.-Ni mucho menos de nuestro hijo.
-Seulgi esta sospechando.
-¿De qué hablas?-le miró sin entender.
-Esta mañana... Me amenazó.
-¿Qué?
-Al parecer, esta enterada del bebé.-sus ojos se abrieron de sobremanera.
-Mierda.-mascullo.
🌹
Más tarde...
-Dónde está Park.-dijo la pelinegra entrando sin avisar al cubículo.
-Roseanne aún no regresa.-le contestaron sin mirarla.
La mayor bufo y cerro la puerta de un golpe.
Las tres restantes gruñieron suspirando pesado.
-Es tan molesta.-habló Jisoo desde su asiento.
-La detestó.-dijo la otra Kim.
-Aún no puedo creer que Jimin esté casado con ella.-decía la Tailandesa.
-¿Por qué dices eso, Lisa? ¿Sabés algo que nosotras des conocemos?
La extranjera asintió. Sus compañeras se acercaron a ella haciendo un círculo.