Togheter~Voltron family fic~ Colabrativo

II Pesadilla

  —Keith, prometeme que vas a ser fuerte cuando me valla y protegeras a los que mas quieras— Keith asintió aguantando las lagrimas como un campeón. En esos momentos al que más quería proteger era a su amado padre, al que veía como un héroe y ahora se encontraba en la camilla de un hospital con un suero en su mano derecha y un tanque de oxígeno.

—Te amo, papá— a su corta edad ya había aprendido a leer e incluso escribir sólo para poder leerle a su padre en las noches, había madurado un poco antes de lo que cualquier padre hubiese deseado, asi que sabiendo que el niño no era tonto solo pudo explicarle que pasaría después y el porque ya no podrían estar juntos, a pesar de todo seguia siendo un niño y su mente no entendía porque ya no lo estarían.

Uno de los doctores entro a la sala diciendole al niño que fuese a por unos dulces. Keith obedeció solo cuando su padre se lo ordenó.
Una vez sin el niño presente, el doctor le explico la situación en la que se encontraba su cancer pulmonar había avanzado demasiado, no había nada mas que hacer, solo podrían aliviar su dolor con calmantes. Comprendió la situación teniendo una ultima petición, que no apartasen a su hijo de su lado, su doctor hizo hasta lo imposible porque eso no sucediese y hasta sus ultimos días dejó que Keith estuviese con su padre.

Lamentablemente un día su padre no pudo más y mandaron a keith a una casa hogar, con las ultimas palabras de su padre en mente evito llorar frente a las personas conviritendose en un niño retraido, que prefería pasar el tiempo leyendo. Los días en la casa hogar al principio no parecían tan malas, su padre ya le había explicado que estos nuevos padres solo deseaban su felicidad y que tuviese una nueva familia con la que convivir y pasar grandes momentos.

Veía a muchas parejas cada día y no podía evitar sentirse un poco emocionado cuando algunas de ellas le hablaban; sin embargo, todo empeoro cuando noto que estos solo buscaban a bebés, incluso algunos que prometían volver no lo hacían. Los meses pasaron, Keith se desilusiono por completo cuando ya había cumplido el año en la casa hogar y prefirio meterse en el mundo de la lectura, auque a veces terminaba leyendo los mismos libros todos los días.

Keith odiaba ya esas fechas, donde antes de que los futuros padres entrasen a conocerles se les dijera a los niños estar presentes y limpios, pero para Keith eso ya le resultaba ridículo, era como si fuesen mercancía barata, por ende prefirio salir al patio a leer, se acomodó sentandose cerca de un árbol que le daba suficiente sol para continuar leyendo, recargandose en el tronco del mismo, ni siquiera notó la presencia de un niño moreno jugando con la pelota torpemente, no hasta que dicha pelota llegó hasta sus pies, apartó su vista de su libro para mirar.

—¡OYE! ¿Quieres jugar? — el mismo niño que estaba jugando solo, ahora se acercaba corriendo mientras agitaba uno de sus brazos en el aire en forma de saludo con una enorme sonrisa en sus labios, una vez llegó con él se agacho tomando la pelota con sus manos — Me llamo Lance— Extendió su mano para saludarlo pero Keith prefirio ignorarlo volviendo a concentrarse en su lectura. Lance no comprendía porque el niño que tenía enfrente lo había ignorado, pero no era alguien que se dejase vencer por un libro.

— A puesto que no quieres jugar porque te da miedo perder contra mi, es comprensible soy el mejor — habló con superioridad, sonriendo complaciente cuando obtuvo de nuevo su atención — O será que en realidad eres una gallina — Eso fue suficiente para que Keith se levantase de su lugar dejando el libro de lado.

—Te demostraré quien es el mejor— lo miro enojado.

—Alcanzame si puedes— Lance colocó la pelota en el suelo y la pateo comenzando a guiarla, seguido por su nuevo amigo Keith que lo persiguio por todo el patio.

Keith no tardo en quitarle la pelota y sin darse cuenta comenzo a disfrutar estar jugando con ese niño. Las horas pasaron volando terminando los dos, jadeando, recostados en el pasto mientras admiraban el cielo oscuro.

—Me llamo keith— Lance solo rio diciendo que se alegraba de ahora tener a un amigo.

Los días pasaron y Lance se volvio muy unido a Keith con bromas frecuentes, molestandose el uno al otro, compitiendo siempre pero sin duda apoyandose mutuamente. Sintiedose como si fuesen hermanos.

Lance estaba acostumbrado a que cada vez que sufria de una pesadilla terminase llendo a la habitación de sus padres dónde se sentía seguro y podía dormir tranquilo,  aunque después del incendio que hubo en su casa las pesadillas fueron recurrentes y el saber que no tenía a nadie con quien acudir le resultaba difícil dormir. Eso cambio cuando se hizo amigo de Keith, una noche como era de esperar despertó alterado con ganas de llorar, tomo su almohada y camino por los pasillos, encontrandose por casualidad con Keith quien también sufria de pesadillas luego de lo de su padre. Esa fue la primera vez que Lance corrio a abrazarlo llorando, Keith de la sorpresa de momento no supo que hacer, recordando las palabras de su padre solo le devolvio el abrazo luego de unos minutos en los que dejó que se desahogara, fueron al cuarto de keith dejando que durmiese con él en la cama, hablaron durante horas hasta que el cansancio los venció.
Lance nunca sabría que desde ese día Keith había jurado convertirse en su hermano mayor y protegerlo.

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Keith miraba el calendario con tristeza, ese día era su cumpleaños, Lance lo miraba desde lejos, comprendiendo que fecha era, rapidamente rebusco entre las pocas cosas que tenía encontrando la más valiosa de todas, un collar que su madre le había regalado, era muy valioso para el cuando su madre le dijo una vez que cuando estuviese con una persona especial dentro de su vida le regalase el collar representando apoyo incondicional a esa persona, claro que su madre se refería al amor de su vida, pero eso no lo había comprendido su pequeña mente, por lo que pensó que debía darselo a la persona que en esos momentos era especial, al que quería como un hermano mayor aunque tal vez jamás se lo diría en persona.

Ese día en la noche, Lance se escabullo a su cuarto, como ya era costumbre que hiciese y despertó a Keith, quien lo miro somnoliento.

—¿Tuviste una pesadilla? — Lance negó con la cabeza manteniendo el collar en sus manos atrás de su espalda, torpemente envuelto en un pañuelo azul —¿Entonces? — Lance le mostro el pañuelo confundiendo más a Keith.

—Feliz cumpleaños— Susurró dandole el pañuelo, Keith lo abrio encontrandose con el collar —Era de mamá, quiero que lo conserves — Esta vez fue el turno de Keith lanzarse a abrazarlo, agradeciendole por ese pequeño acto, sabiendo que ahora no estaba solo, demenos ya no tanto como antes.

Los meses fueron más llevaderos teniéndose el uno al otro, hasta que de nuevo se les informaría que vendrían dos padres importantes, esta vez solo por Lance, Keith acepto estar presente, aunque Lance no espero mucho corriendo a ver a quienes podrían ser sus nuevos padres.

—¡Keith! Los papás que llegaron se ve que son buenas personas, ¡La mujer tiene el cabello blanco y es morena como yo! y el hombre tiene un brazo de metal que es muy cool—Lance hablaba emocionado, claro que el no compartia ya esa emoción, sabía que terminaría como antes, ellos solo eligirían a un bebé y se irian, aunque en lo más profundo de su corazón deseaba que por primera vez no fuese así.