Inmortal.

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Capítulo 13.

Inmortal.

The silver of the lake at night
The hills of Hollywood on fire
A boulevard of hope and dreams
Streets made of desire.
-City Of Angels, 30 Senconds to Mars.

  Abrió los ojos pesadamente y se los frotó con la yema de los dedos de una mano.

  Sonrió al notar cómo su otra mano y su brazo se encontraban atrapados bajo el cuerpo del Nefilim de ojos azules.

  Alec dormía tranquilamente en el pecho de Magnus, mientras que lo abrazaba y lo mantenía lo más cerca posible.

  Siempre era así. Cuando el brujo se movía por la noche medio dormido, Alec lo abrazaba aún más fuerte para que no se alejara, como si pensara que en algún momento de la noche Magnus se levantaría y se iría lejos de él.

  Eran las mañanas y las noches los momentos que Magnus más disfrutaba, porque podía ver a Alec dormir tranquilamente a su lado. No podía evitar pensar en qué estaría soñando el Nefilim cuando sonreía mientras dormía. ¿Estaría soñando con él?

  Le dio un beso en la frente y comenzó a masajear su espalda desnuda mientras Alec comenzaba a despertar.

  -Hola- Saludó Alec con voz ronca y cansada al tiempo que dejaba ver sus espectaculares ojos azules.

  -Buenos días garbancito.

  Alec frunció el ceño al escuchar ese sobrenombre que Magnus le había dado un año atrás. Pero no era como si hubiera dejado de llamarlo así tampoco.

  -Feliz trece de Noviembre- Le dijo Magnus mientras Alec estiraba sus brazos y piernas como un gato en un intento de despertarse más.

  -¿Y qué sucede el trece de Noviembre?- Preguntó su novio confundido cuando volvió a mirarlo.

  -No lo sé.

  Alec soltó una risa y se acurrucó más en el pecho de su novio.

  -Vamos, levántate. Hoy quiero llevarte a almorzar.

  -Mhm...- Murmuró Alec con los ojos cerrados. Magnus rodó los ojos al notar que el Nefilim estaba volviendo a dormirse.

  -Ya levántate, pareces un oso.

  -No me molestaría quedarme aquí todo el día contigo, hoy estoy libre- Lo tentó el ojiazul.

  -No sabes lo que deseo quedarme en esta cama contigo el resto del día, pero tengo esto planeado hace una semana y no pienso cancelarlo, así que mueve tu lindo traserito y ve a ducharte.

  -Mhm...

  -Alec...

  -Mhm...

  -No me hagas hacer esto.

  -Mhm...

  -Está bien, tú te lo buscaste.

  El brujo chasqueó los dedos y Alec se levantó de golpe de la cama y se dirigió a la puerta del baño. Cuando estuvo a punto de abrir la puerta, Magnus deshizo el hechizo.

  -Odio que hagas eso- Se quejó el Nefilim entrando al baño.

  -Lo sé- Sonrió Magnus.

  Media hora más tarde, ambos estaban vestidos y lo suficientemente abrigados como para recibir el frío clima invernal Nueva York.

  Caminaron unas cuantas cuadras antes de llegar al bar en donde sería la cita.

  Magnus eligió una mesa un tanto apartada de las demás y minutos después ya tuvieron a una camarera algo anciana frente a ellos mirándolos con aspecto aburrido. Ordenaron y la mujer se alejó murmurando por lo bajo.

  Magnus no estuvo seguro si había alucinado o no, pero creyó escucharle decir algo sobre que no cobraba lo suficiente como para tener que soportar a parejitas adolescentes mostrando su amor en frente de ella.

  -Qué señora tan agradable- Ironizó Alec.

  -Sí, aunque creo que su verruga tiene una vida más entretenida que ella.

  Alec soltó una carcajada y Magnus rápidamente se unió a él.

  Los siguientes minutos se basaron en charlas triviales, risas, sonrojos por parte de Alec y algún que otro beso.

  Cuando la comida llegó ambos se apresuraron a saborearla. Magnus se quedó mirando con diversión la rapidéz con la que Alec comía.

  -¿Estás con hambre?- Alec se quedó mirándolo con la boca llena de comida y con sus mejillas tiñéndose de rojo-. Amo cuando te sonrojas, y amo aún más ser yo el que te haga sonrojar.

  Alec terminó de tragar y se tapó la cara con las manos.

  -No me he sonrojado.

  -Díselo a tu rostro.

  -Ya.

  Magnus sonrió y atrapó una de las manos de Alec (que seguía en su rostro) con la suya.

  -Alec... quiero decirte algo.

  El chico levantó las cejas y abrió mucho los ojos. Era obvio que estaba preocupado por lo que Magnus podría decirle.

  -Yo... ¿recuerdas esa noche en la que terminamos, en la que yo te dije que podría haber un hechizo en el Libro de lo Blanco que me volviera mortal?

  -Sí- Afirmó Alec insitándolo a que continuara.

  -Bueno, ya he encontrado el hechizo.

  Alec se puso más pálido de lo normal y abrió la boca.

  -¿Lo dices en serio?

  -Creo que la última vez que he dicho algo tan real fue cuando te dije que quería volver contigo.

  -Pero Magnus, no quiero que te sientas presionado por lo que pasó aquella vez, fui un tonto, y no por eso tú debes renunciar a tu inmortalidad...- Iba a decir algo más, pero no había mucho que pudiera decir.

  -Alec- Lo llamó Magnus-, ya he vivido mucho tiempo, y no quiero vivir por siempre. Desde siempre he soñado con que algún día, cuando conociera a la persona que de verdad quisiera, abandonaría mi inmortalidad para envejecer con él. He buscado mucho, pero estoy completamente seguro de que ya lo he encontrado. Quiero envejecer junto a ti, morir contigo, y vivir el resto de lo que quede de mi vida contigo, ¿lo entiendes?

  Alec se quedó callado durante un momento, mirando a su novio a los ojos. Magnus estaba ofreciéndole todo lo que él quería desde que se encontró con ese viejo brujo. Dejó escapar una sonrisa antes de atraerlo hacía sí y besarlo con firmeza.

  -¿Me querrás cuando mi pelo comience a ponerse gris y me salgan arrugas por todo el cuerpo?

  Magnus dejó soltar una carcajada antes de responder.

  -Es imposible que deje de amarte como lo hago ahora, Nefilim.

*_*
  ¡Hola! Disculpen por desaparecer, es que de verdad no he tenido tiempo para escribir. Y ahora puede que vuelva a desaparecer porque se acercan unas evaluaciones muy importantes y tendré que estudiar. Mil perdones, de verdad (maldita escuela).
  Bueno, espero que les haya gustado. Si es así, por favor dejen sus comentarios y votos, saben que su opinión es muy importante para mí.
  Bye bye c:

Change My Life~ Malec One ShootsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora