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Las semanas pasaron y el incidente  del cuarto de baño quedó en el olvido, principalmente porque ninguno de los dos lo volvió a mencionar. Decidieron seguir adelante, ignorando lo sucedido y restándole importancia, aunque era más que obvio que aquello la tenía.

Un día, cuando la noche había caído sobre la ciudad, ambos se miraron fijamente, tumbados sobre la cama matrimonial de su habitación. No conseguían conciliar el sueño. Los ojos de Hoseok brillaban con nerviosismo, los de Taehyung con preocupación.

—Bebé...

—¿Sí, amor?

—Bésame.

Taehyung no preguntó, accedió sin más a la petición del mayor y selló sus labios contra los adversos, cerrando sus párpados lentamente mientras se perdía en la agradable sensación que la boca ajena le producía.
Hoseok imitó su gesto, disfrutando del sabor del contrario. Su mano vagó con suma delicadeza hasta los pómulos de Taehyung, acariciándolos con ternura y sacándole una tímida sonrisa al menor.

—Me gusta cuando estás así de mimoso.—susurró Taehyung sobre la boca del chico, soltando una leve carcajada antes de volver a posar sus labios contra los impropios.

El mayor no respondió. Deslizó su mano hasta la nuca de Taehyung y jaló suavemente los mechones de pelo que allí se encontraban. El rubio jadeó sorpresivamente, erizando la piel de Hoseok. Le gustaba los sonidos que el menor emitía y deseaba oír más. Su mano libre recorrió la espalda de Taehyung lentamente sobre la tela de la camisa que éste usaba como pijama, hasta llegar a la parte más baja del torso, donde introdujo sus dedos bajo la prenda, haciendo fricción contra la cálida piel ajena. Escuchó un gemido grave, lo que aumentó su deseo, y guió el movimiento de arriba a abajo, dibujando una línea invisible sobre la espalda del chico.

—Amor...—la voz de Taehyung disipó sus malos pensamientos, haciéndole abrir los ojos y concentrarse en los brillantes orbes del menor.

—¿Sí?—preguntó, deteniendo el movimiento y apartando el flequillo que caía sobre la frente de su novio.

—¿Cómo te encuentras?—Taehyung frunció sus labios, formando una línea recta que reflejaba su incomodidad ante aquella pregunta.

Hoseok exhaló y besó momentáneamente la mejilla del rubio.

—Los vómitos parecen ir a mejor.—hizo una mueca, no muy convencido por sus palabras.—Es decir, últimamente no he sentido la necesidad de vomitar.

—¿Seguro? ¿Ni cuando estoy trabajando?—insistió Taehyung.—No me mientas, Hobi.

—Lo juro, bebé.—esta vez besó la punta de su nariz, provocando que el menor arrugase el ceño. El contrario rió levemente ante el gesto y depositó un cálido beso sobre los labios ajenos.

—Bien. Entonces te creeré.

El castaño soltó un gruñido que alertó a Taehyung, seguido de un largo bostezo.

—¿Tienes sueño?—el menor, tumbado de costado, apoyó su mejilla contra la almohada sin apartar la mirada del contrario.—Tienes sueño, ¿cierto? Te ves cansado.

—Tú también.—Hoseok emitió una leve carcajada, volviendo a dirigir su mano al rostro de su novio, acariciándolo y provocando que éste le sonría con ternura.

—El trabajo me está matando.—suspiró Taehyung.—Pero... Necesito obtener un buen rendimiento. Podrían ofrecerme un ascenso si lo consigo.

—Seguro que lo harán.—sus dedos pasaron a acariciar la oreja del chico.—Eres muy trabajador y responsable. Definitivamente ese ascenso será tuyo.

Taehyung rió, agradecido por las palabras de ánimo de su novio. A veces él conseguía calmarlo cuando más lo necesitaba.

—Ojalá sea mío.—sonrió, aunque al instante su sonrisa se disipó.—Aunque...

—Qué.

—...No, tranquilo. No es nada.—negó levemente, mordiendo su labio inferior y apartando la mirada.

Hoseok trató de descifrar que le ocurría y qué era aquello que se negaba a contarle. ¿Debería preocuparse?

—Será mejor que durmamos. Mañana tengo que madrugar.—Taehyung se giró, dándole la espalda al castaño para ocultar sus ojos aguados.—Buenas noches.

—Espera.—Hoseok se apegó a él.—Yo-...

—Tomaste tu medicamento, amor. No te preocupes por las pesadillas.—le cortó Taehyung.—Ahora duérmete.

El mayor exhaló pesadamente, temeroso.

—Bebé...

—¿Sí?

—¿Puedo abrazarte?

Taehyung suspiró y una media aunque triste sonrisa se dibujó en sus labios.

—Eso no se pregunta, Hobi.

Sintió los brazos de su novio agarrando su cintura y su rostro apoyándose sobre su espalda. Sonrió inconscientemente y cerró los ojos, abandonándose ante el cansancio y quedándose dormido.























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©Baby

Borderline  || HopeV Donde viven las historias. Descúbrelo ahora