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Taehyung regresó de Japón dos meses después de abandonar su ciudad natal. ¿El por qué? ¿Acaso recapacitó y decidió renunciar a su gran oportunidad laboral para entregarse por completo al cuidado y protección de su amor verdadero?

---Hey...---una mano se posó tímidamente sobre la del rubio, sacándolo de sus pensamientos. Taehyung abandonó las vistas que ofrecían la ventanilla del taxi y giró su rostro hacia su acompañante.---Tranquilo, todo estará bien.

Él suspiró. Quería creer aquellas palabras de ánimo, pero no podía. Tras vivir tantos años con Hoseok había aprendido a no bajar nunca la guardia. Nada resultaba lo que parecía ser. Cuando este daba señales de mejora volvía a recaer, y así continuamente, sufriendo bajones y subidas sin rumbo alguno.

---Ojalá sea así.---suspiró nuevamente, dedicando una sonrisa al contrario.---Pero no quiero confiarme. Aún así gracias por los ánimos, Jungkook.

El nombrado se encogió de hombros, cohibido por la perfecta sonrisa de su mayor. Entrelazó sus dedos con los del rubio, apretando el agarre de ambas manos.

---Estoy aquí para lo que necesites, recuerda.---tímidamente se inclinó sobre la mejilla de Taehyung y la besó castamente, apenas rozándola. Jungkook descansó su rostro sobre el hombro del mayor y se mantuvo estático, esperando una respuesta.

Pero aquella respuesta nunca llegó. Taehyung regresó al mar de dudas y temores y inundaba su cabeza. El miedo hacía que su corazón bombeara más rápido, sentía la sangre correr veloz a través de sus venas mientras su mente traicionera jugaba con su cordura.

Hoseok. Hoseok era lo único que le importaba en aquel instante a Taehyung. La llamada de la hermana de este le alertó, algo no andaba bien. La más joven de los Jung fue clara: le necesitaban, Hoseok le necesitaba.
El castaño había permanecido incomunicado desde hace casi dos días, sin dar señales de vida. ¿A dónde se fue? ¿Escapó a algún sitio? ¿Y sí...?

---Taehyung...---susurró la voz de Jungkook muy cerca de su oído.---Estás temblando...

---Ah...---logró decir, reaccionando tardío.---Disculpa, yo...

---No te disculpes.---le cortó el menor.---Comprendo. Se trata de alguien muy especial para tí.

Los labios de Taehyung dibujaron una melancólica sonrisa.

---Sin duda...---su mirada se desvió a los grandes orbes brillantes color chocolate de Jungkook.---Solo una cosa...---pasó saliva, humedeciendo sus labios previamente.---Si me reencuentro con él y lo beso...

---No me molestaré, dalo por hecho.---respondió rápidamente el pelinegro.---Sé que él todavía es el dueño de tu corazón y que me costará quitarle ese puesto.

---Gracias por ser así.---agradeció con sinceridad Taehyung, volviendo a sonreír débilmente antes de plantar sus labios sobre los del contrario, uniéndolos en un beso sin movimiento alguno.

---Ya, para.---rió Jungkook sobre la boca contraria.---Mejor guarda los besos para tu amado, y no para mí.

Taehyung se separó lentamente, dejando un casto beso antes de alejarse.

---Tú, también eres mi amado, Kookie.---dijo el rubio, provocando el sonrojo de este.

---Pero no me quieres de la misma forma que Hoseok.---soltó una carcajada algo apagada.---Y lo entiendo. Aún así seguiré intentando conquistarte cada día un poquito más.

Aquellas palabras agitaron levemente el corazón de Taehyung, enternecido por la determinación del más pequeño.

---Eres un gran novio, Jungkook.

Borderline  || HopeV Donde viven las historias. Descúbrelo ahora