¿SEREMOS NOVIOS?
Me reía con el carisma de Laura, la semana había pasado como una noche de sueño. Le enseñé a montar caballo, brincó y bailó extraño, jamás había visto bailar así a una mujer, fue gracioso cuando logró dominar por completo a Samurái. En las tardes practicábamos baile, se había convertido en una excelente pareja para mí. No se entendía muy bien con Manuel, pero conmigo era perfecta. Seguía mirándome de una forma que me hacía creer que yo era su mundo completo, aún temía besarla. En más de una ocasión contemplé la idea de mi padre, escribirle solo que aún no me veía sentado haciéndole una carta.
Me arreglaba para asistir al cumpleaños de Antonieta. Mi madre les había dado permiso a las damas para durar más tiempo en la fiesta, lo hacía con el fin de pasar más tiempo con mi prima. Me puse el abrigo, la noche se sentía muy fría. Pronto entraría el invierno, bajé a esperar a las señoritas y Manuel hablaba en el desván con mis padres.
—¡Que atractivo estás!, ese traje negro te queda perfecto hijo.
—Gracias madre —le di la mano a Manuel y me senté a esperar a las damas. Al recinto llegó Julieta con una actitud de superioridad.
—Damas y caballeros les presento a las princesas de la mansión Lecontte —se inclinó como hacen los bufones de la realeza, y se escucharon sus risas, yo también quería reírme, pero me quedé sin palabras cuando Laura bajó las escaleras. Jamás la había visto tan hermosa, tenía vestido con un escote que le dejaba ver sus hombros y su cuello, sobre el que caía su cabello suelto, su piel me pareció tan provocativa, que deseé hacerla mía, desnudarla por completo, el color de su vestido era beige con un adorno rojo en su cabello que le hacía resaltar aún más el bello color de su cabellera caoba. De su cuello colgaba un lindo collar que parecía resplandecer en la oscuridad, se lo he visto siempre, jamás se lo ha quitado, al acercarme me di cuenta que era un hada, emanaba una luz azul.
—¡Estás, hermosa Laura! —pude hablar, por primera vez no me quedé mudo.
—Tú también estas guapísimo Franco —arrugué mi frente.
—¿Esa frase significa? —se mordió el labio antes de responder, y luego respondió.
—Significa que eres el hombre más hermoso de este mundo y del universo completo —volvió a ruborizarme.
—Entonces tú estás guapísima —nos perdimos en nuestras miradas.
Su collar brillaba.
—Es hora de irnos tórtolos —dijo mi hermana.
Cuando entramos a la fiesta me di cuenta de que algunas damas me esperaban, traté de mantenerme cerca de Laura, me alejé en un par de ocasiones. Habíamos bailado varias piezas completas, me pidió algo de beber. Mientras esperaba que me entregaran las bebidas se acercó una joven con la que había salido hacía un par de meses atrás.
—Que abandonada me tienes Franco Lecontte —le sonreí.
—He estado ocupado —contesté tajante, no quería darle motivos a Laura.
—¿No podemos perdernos un momento? —no fui yo quien respondió.
—¡Ni en sueños! —fue Laura la que habló—. Él vino a esta reunión con su novia —no podía creer lo que escuchaba. ¿Era su novio? —. Eres tan trepadora que no respetas ni te das tu lugar, que lástima das, cuando un hombre no busca a una dama —hizo los signos de comillas con los dedos—. Es porque no le interesa ¿aun así lo buscas? —le mantuvo fija la mirada a Carmen y está se sintió tan avergonzada, no dijo nada, se retiró. Laura me miró, tragué saliva en seco.
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El Amor de un Fantasma
Fiksi RemajaSolo espero que nada cambie, ni se interponga en nuestro camino. Anabel sigue con su don de ver fantasmas y yo con el olfato para descubrirlos. Pero la que nos sorprendió desde que Antonia murió, fue Laura qué ha desarrollado una capacidad telepátic...